Mi otro Yo

Mauricio Cepeda, actor y director teatral es Patch Adams

¡LA RISA LOCURA TODO!

“Ser payaso es un poco de anarquía”, afirma Mauricio Cepeda, un artista maulino que ama la conexión pura con los seres humanos, donde no existen barreras y se rompen las estructuras cotidianas. “A mí me ha ayudado mucho. El payaso me ha hecho recuperar algunas cosas que había perdido al transformarme en adulto. Me permito ser yo mismo y eso es maravilloso”.

Eres actor y director teatral, ¿cómo comenzaste en el mundo de las tablas?

Llevo 26 años en el mundo teatral y me dedico más que nada a la pedagogía, me gusta enseñar, darle oportunidades a nuevos talentos. Por eso, para mí es importante la formación de actores. Mis inicios fueron en 1994 cuando comencé a hacer teatro en la calle por un tema de sobrevivencia. Así, más tarde nació la compañía Walymai haciendo pantomima, luego fuimos buscando talleres para irnos puliendo, siempre apuntando hacia lo profesional, dando lo mejor al público en un trabajo de excelencia. Además, mi vínculo al teatro tiene una raíz en la necesidad de expresión, sanación y recuperación del niño interno que llevo dentro.

Diriges la compañía Walymai, ¿cuáles son sus objetivos?

Nuestros objetivos son educar, crear nuevas audiencias, entregar un teatro honesto. Siempre partimos de la carencia, lo que nos brinda nuevas ideas para seguir creciendo. Permanentemente buscamos textos que nos llamen la atención, con hechos actuales que nos toquen a todos, para comunicar y educar. Nos gusta dar a la gente un teatro puro desde lo real y creativo. Cabe señalar que la compañía está constantemente incorporando a nuevos actores (profesionales y no profesionales), por eso me gustaría destacar a Haydee García, Michelle Carrasco, Julio Tolosa, Luis Albornoz, Iván Núñez, entre otros.

Hacemos un teatro inclusivo que convoca a todo tipo de personas, esa plenitud es nuestra mayor libertad.

Dijiste una vez que te gustaría que cada persona se conectara con su payaso interior, ¿a qué te referías?

Cada persona tiene una inocencia que vamos perdiendo y que hay que recuperarla. Aunque estemos metidos en el sistema, debemos entrar en conciencia para volver a ser frágiles, equivocarnos y dejarnos sorprender como cuando se es niño. El payaso interno es inquieto sin prejuicios y se deja fluir.

A eso me refería, es la posibilidad de permitirnos descubrir aspectos poco conocidos del universo del payaso. Es desacostumbrarse, tener libertad, tener un espíritu lúdico, que juega sin reservas ni tapujos.

Recomiendo conectarse con su payaso interior, puesto que es vincularse con lo más humano y puro que tiene cada uno. Hay que ser uno mismo y vivir lo que es la risa. La risa lo cura todo. Es un regalo de la vida, de Dios y del universo.

¿En qué estás ahora?

Actualmente me encuentro con un proyecto Fondart 2019 en la ciudad de Lebu que tiene por nombre “Escuela de Teatro Patrimonial para la Inclusión”, donde estoy con un elenco ciudadano hasta diciembre. Con el Teatro Alondra estoy preparando una obra que se llama “Rojo Pasión, Rojo Sangre”, que es una comedia de humor que se presentará en noviembre con un grupo de adultos mayores. Además, con la compañía siempre estamos preparando intervenciones callejeras para entregar buena energía a todo el mundo. Ahora estamos visitando hospitales, hogares y lugares poco convencionales a través de la obra “Papelucho en colores choriflai”, con la que estamos recorriendo diferentes comunas de la región. Asimismo, también estoy haciendo la “Ruta del Clown” con el Instituto Nacional de la Juventud en algunos liceos de Talca.

¿Cuál es tu proyecto principal?

El proyecto a futuro que queremos realizar es tener una sala de teatro, un galpón, una bodega, como un lugar de encuentro para hacer talleres y descentralizar el teatro de Talca. Nuestro deseo es llevar el teatro a los barrios a través de este lugar.

¿Por qué elegiste a Patch Adams?

Lo elegí porque tuve un encuentro con él hace como dos años cuando lo trajo la Fundación Sonrisas de Paz a la UC y siempre lo he admirado. Es una persona muy generosa que recorre el mundo con la idea de llevar alegría y hacer reír a la gente con su característica nariz y su vestuario estrafalario. De hecho, mi payaso se llama “colores” con una clara influencia en él. Patch Adams es respetado porque lleva la risa a todos lados. Yo he tratado de ser un discípulo y misionero. Siento que él me inspira para llegar a todos lados y compartir con todas las personas, ya que todos somos especiales. Patch siempre dice que hay que dejarse vivir, no pensar tanto, simplemente vivir.

El otro día salí a la calle con algunos alumnos y muchas personas se emocionaron. Eso pasa porque la gente necesita mirarse a los ojos, reírse y abrazarse. Patch nos llama a eso, a tocar la esencia emocional que tenemos todos.

¿Cuáles características comparten?

La locura de vestirte como quieras y ser como eres, sin ofender al otro. Aceptar a todos por igual. Soy exagerado en todo y me encanta aportar desinteresadamente. Siempre ando con mi nariz porque la guardo en el bolsillo de mi corazón. Ambos somos extravagantes para comunicar y para sacar sonrisas. De todas maneras, me falta harto para llegar donde él ha llegado y para eso lucho día a día.

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