Cultura

César Belmar Bascur, dramaturgo angelino

“Soy un escritor a la antigua: amo la confabulación de la hoja con la tinta”

Se mueve entre las letras, la preparación de su examen de grado para ser abogado, el trabajo y los bomberos. Compatibiliza todas sus actividades, y asegura que más de alguna de ellas podría ayudarle a dar vida a un personaje de sus nuevas obras.

Se acostumbró a escribir a la antigua, primero a mano y luego lo traspasa. Reconoce que tiene la adicción de coleccionar plumas, porque ama “la confabulación de la hoja con la tinta”. Este angelino de 36 años, radicado en la localidad de Santa Fe, manifestó a temprana edad su amor por la literatura, aunque no tiene un recuerdo tan vívido de aquello, más allá del testimonio de sus ex profesores.

En el liceo se especializó en electricidad y más tarde estudió leyes, por lo que no tiene preparación específica en literatura. Sin embargo, los perfeccionamientos que ha tomado vía concurso durante los últimos años, le han brindado experiencia y herramientas para seguir engrosando su lista de obras. “Los seminarios han sido muy intensos. De hecho, el último que tomé en Buenos Aires, pensé que podría ser casi como vacaciones, pero fueron más de dos meses escribiendo sin parar”, explicó.

¿Cuál es el género de tus obras publicadas?

Me acerqué primero a la poesía, luego al cuento y a la narrativa, hasta que, el 2015 fue mi primera publicación. La editorial Camino del Ciego publicó tres libros, los dos primeros poemarios, (“El silencio de un corazón combativo” y “Versos de un aprendiz”) y el tercero, una novela (“Racimos de polvo y barro”). Después de eso, algunos amigos me invitaron a trabajar en la Agrupación Perfiles y Siluetas, donde me pidieron escribir teatro, y yo no tenía idea.

¿Cómo lograste ese desafío?

Apareció un fondo estatal de perfeccionamiento, relacionado con la muestra nacional de dramaturgia y había que participar con un texto. Sin saber escribir teatro, me acuerdo que tomé un libro, “Las 11 obras” de Juan Radrigán, y me gustó mucho su estilo, empecé a seguir el formato, postulé y quedé. Luego, seguí participando de concursos de perfeccionamiento, escribí algunas obras de teatro y Perfiles y Siluetas montó “Cuestión Familiar”, bajo la dirección de Néstor Carrasco.

¿Cuál de los géneros explorados es el que más te gusta?

Es difícil, porque siempre que vas explorando un género te vas encantando. El cuento me gusta por la facilidad con que vas escribiendo, en cambio, la novela depende mucho del lector, la poesía te otorga una profundidad deliciosa y escribir teatro es de las cosas más complejas que he hecho.

¿Cuál es tu escritor favorito?

Admiro a varios escritores, hablé de Juan Radrigán, porque fue de los primeros textos que leí, pero todos tienen su encanto. Me quedo con cada uno de los que hasta el momento he leído, aunque me falta mucho por descubrir. Hay que considerar que un escritor, más allá de si es conocido o no, tiene un trabajo detrás y merece ser considerado.

RETROALIMENTACIÓN Y APRENDIZAJE

Es miembro de la “Sociedad de Escritores de Chile”, instancia en la que ha conocido a diversas personas que le han permitido retroalimentarse, explorar nuevas alternativas de escritura y proyectarse.

¿Has tenido experiencias literarias distintas a las descritas?

El año pasado fui al festival “Aguacero Comic” en Valdivia, me invitaron este año a dictar un taller de guión, y la verdad es que ellos se sorprendieron, porque tuvo muy buena convocatoria, los cupos se llenaron muy rápido.

¿Qué proyectos literarios tienes a corto y mediano plazo?

Tengo algunas cosas abandonadas que quiero retomar y ver qué y cuándo publico. He intentado también aplicarme un poco al dibujo. Quiero darle más tiempo al teatro y ahora lo voy a hacer, de hecho, los chicos de Perfiles y Siluetas siempre me llaman la atención por eso.

¿Quisieras ser publicado por una editorial nacional?

Es el sueño de cualquier persona que escribe, aunque yo no me considero escritor. Me gustan las letras, juego muchas veces a escribir, pero es duro el trabajo, te vas dando cuenta que siempre hay muchos obstáculos. Generalmente, para las artes y en especial para las letras, hay trabas. Pese a eso, creo que hay que ser constante.

DE TODO UN POCO

 

Pero las letras no son todo en la vida de este escritor y dramaturgo, ya que estudia para rendir este año su examen de grado y así titularse como abogado, también dedica su tiempo libre al servicio a la comunidad como bombero y de paso, cada tanto se da un espacio para la introspección a bordo de “La Poderosa”.

¿Qué te atrae del motociclismo?

Me gusta andar en moto, a la mía le puse “La Poderosa”. En ella me he desplazado por parte de Chile. Compré moto en 2012 y con el tiempo me he ido encariñando con ella, ya que sirve de terapia, por la sensación de andar en dos ruedas, el equilibrio, el viento, la soledad, la libertad, uno puede hablar solo y pensar.

Más allá de esa introspección, también trabajas al servicio de la comunidad…

Desde el año 1998, soy voluntario de la Quinta Compañía de Bomberos de Los Ángeles. Me ha dignificado ayudar a las personas. Esto implica compartir tu tiempo libre para ayudar a los demás, somos bichos raros, nos podemos levantar de madrugada a ayudar a alguien que no conocemos, y el único pago es la gratitud de esa persona que fue ayudada.

César Belmar trabaja de forma paralela en la creación de su propia editorial, la que asegura, será lanzada en conjunto con una nueva obra, aunque no decide cuál de todas las que tiene en carpeta será escogida para tamaño evento.

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