Sergio Zarzar como Ramón Vinay
“Yo elijo a Ramón Vinay, un chillanejo muy carismático, un hombre que fue embajador de la ciudad y del país en diferentes escenarios del mundo, un gran cantante lírico, tenor y barítono. Realmente dejó muy en alto nuestro país, a Chillán y a la cultura a través de su incursión profesional en el mundo de la ópera”.
¿Cómo lo representa este personaje?
“Tuve la suerte de conocerlo y compartir con él. Recuerdo que su figura trascendía de manera impresionante, pues era un hombre muy alto y corpulento, de una sencillez magistral y que compartía con todo el mundo. Lo recuerdo muy bien vestido de huaso con su manta blanca y negra. Tenía una cercanía impresionante con la gente.
Hoy, yo llevo 10 años como alcalde de Chillán y pienso que la forma de ser de Ramón Vinay me marcó en el aspecto de estar cerca de la gente de manera sencilla y sentir respeto por la ciudad y su gente, eso tiene un valor tremendo”.
De todas las características que ha nombrado, ¿cree tener alguna de ellas?
“Guardando las proporciones de la comparación, ya que Ramón Vinay fue un hombre del mundo de la cultura y de la ópera, lo que podría tener similar es la figura voluminosa y el vozarrón, ya que él cuando caminaba por las calles de Chillán se escuchaba a una cuadra, era muy histriónico para reírse y muy contagiosa su risa, además era un hombre muy desenvuelto y que conversaba con todos. Creo que en esos aspectos nos podríamos parecer”.
Usted comentaba que tuvo la oportunidad de conocer a Ramón Vinay, ¿cómo la recuerda?
“Hay un momento en que salió en una carretela, se paseó por las calles de la ciudad y todo el mundo lo saludaba, luego bajó en la plaza y recorrió el mercado. En 1967 yo tenía 15 años y él demostraba una imagen que sinceramente a mí me impresionó, en ese mismo año realizó una actuación magistral en el Teatro Central que tenía una capacidad para mil 500 personas y se repletó, incluso quedó gente afuera, recuerdo que fue una presentación que está dentro de los espectáculos más relevantes en la historia de esta ciudad de 438 años”.
Nosotros lo conocemos como alcalde y también por su fuerte relación con el deporte, específicamente con el fútbol, ¿a qué se debe que elija a un personaje de las artes?
“En el deporte puedo tener muchos personajes que admiro, entre dirigentes, jugadores, entrenadores o hinchas. Pero, yo me quedo con Ramón Vinay, por el hecho de cómo se incorporó en mi mente la imagen de un hombre tan extraordinario.
Cuando yo asumí como alcalde me preocupé de saber dónde estaban sus elementos, recuerdos y fotografías, ahí descubrí que estaban en un conteiner en Houston, Estados Unidos. Me puse en contacto con su hija Rosita Vinay que vive en Puebla, México, y llegamos a un acuerdo, trajimos todas las cosas del artista. Ahora, parte de todos esos elementos están en una de las salas del Teatro Municipal que vamos a acondicionar como un museo.
En fin, son varios factores que desencadenaron que me sienta representado en esta figura varonil y de gran hombre, artista y chillanejo como fue Vinay”.
¿Le hubiese gustado ser cantante o dedicarse a la música?
“Sí, a mí siempre me gustó la música. Yo pensé que cumpliría mi sueño de joven de ir al Conservatorio de Música en la Universidad de Chile, ya que fui autodidacta para aprender a tocar guitarra, pero lamentablemente no fui responsable con mis clases de piano, pues era muy niño en ese entonces. Y me quedé con eso, porque después estudié Educación Física, abracé el deporte y estoy feliz con ello.
En cuanto al canto, cuando puedo lo hago y por lo menos soy afinado, así que tengo una gracia (ríe). Pero, lo hago en escenarios más bien familiares y con amigos. Recuerdo que una vez canté en el teatro y en la Casa del Deporte interpreté un tango, me encantan los tangos porque creo que me acompaña la voz, eso sí, nunca me he aprendido una letra completa, ya que estoy tan planificado y estructurado en mi rol de alcalde, que no me da tiempo para destinar a mi lado más artístico”.
¿De dónde viene su lado artístico?
“De mi madre, quien fue una pianista extraordinaria, yo creo que de ella se incrustaron algunos genes para desarrollar un poco mi lado artístico. Ella era de Santiago y se vino a Chillán, fue la primera mujer que llegó en auto a la ciudad en el año 43, en ese entonces habían muy pocos vehículos y ella llegó manejando su Ford 39, algo muy raro que una mujer manejara”.
Sergio Zarzar, alcalde de Chillán: “Creo que la sencillez y la simpleza de la vida son valores importantes para saber disfrutar de la existencia y saber compartir felizmente con la gente”.