Hijo Único: Un reinado especial
Si hacemos una retrospectiva en el tiempo, claramente hablar de hijo único era algo muy atípico dentro de las familias chilenas que se caracterizaban por estar constituidas por muchos hijos; situación que fue cambiando con la llegada del nuevo siglo. Hoy es más común ver cómo muchas parejas deciden tener un solo hijo (a) por diferentes opciones de vida. Pero te has preguntado ¿cómo es vivir de esa manera etapas tan importantes como la infancia y la adolescencia?, ¿incide esa condición social en nuestra personalidad adulta? Una serie de inquietudes que quisimos abordar en este reportaje sobre lo que significa ser el rey o reina de la casa…
Para la psicóloga angelina Fabiola Mardones, hay que comprender la vivencia del hijo único, como una característica que bien puede ser transitoria, como lo es para el caso de los primogénitos que luego de varios años de reinar como hijo único, debe compartir su núcleo familiar con uno o más colaterales, o bien de manera permanente, en que crecen sin hermanos y que los primeros lazos con pares, se forman con los primos o compañeros de jardín infantil o colegio.
“Son variados los factores que inciden en el desarrollo de la personalidad, de manera que atribuir la causalidad de un rasgo de personalidad o tipo de comportamiento específico al hecho de crecer o no con hermanos, es totalmente erróneo, puesto que ello dependerá, además del componente biológico y de las experiencias únicas de cada individuo, de los lazos vinculares, el estilo de crianza con que se críe, el entorno de socialización (sala cuna, jardín, colegio, grupos de recreación y deportes), incluso los medios de comunicación a los que se exponga”, explica la profesional.
¿Cómo debe ser su crianza en la niñez?
Nunca se debe etiquetar al hijo único. Leer sus comportamientos con el sesgo de “porque es hijo único”, es tremendamente dañino, injusto e injustificado, incluso puede conducir al niño a comportarse de esa manera. El tener hermanos ciertamente ofrece la oportunidad en mayor frecuencia de tener interacciones con pares, pero el desarrollo cognitivo y socioemocional, así como la internalización de valores y creencias respecto a las relaciones interpersonales, dependerá de muchas variables.
Dejar las expectativas y ansiedad de lado, y dejarse guiar por el niño. Conocerle, sentirle, leerle, mirarle, escucharle, creerle, sintonizar con él. Permitirle al niño, ser quien siente y dice ser.
Ofrecer al niño espacios de socialización con pares de manera genuina, sin forzar el contacto y por supuesto dar la oportunidad de tener encuentros regulares con primos, vecinos, hijos de los amigos de los padres, compañeros del jardín infantil u otros grupos.
Por último, el rol de los padres como facilitadores del encuentro social, realizando verbalizaciones positivas respecto a las interacciones sociales y la amistad, así como también favoreciendo el afrontamiento de conflictos.
Paralelo entre hijos únicos e hijos múltiples
- Una adultización temprana es un posible atributo de los hijos únicos, principalmente al crecer en un entorno familiar conformado por adultos, pudiendo el niño incorporar con mayor probabilidad un lenguaje, hábitos y estrategias de solución de problemas de los adultos que lo cuidan.
- En el hijo único, recaen de manera exclusiva las expectativas de sus padres, pudiendo ser estas, motivo de una autoexigencia mayor que en los hijos múltiples, toda vez que al contarse con hermanos estas aspiraciones parentales, son distribuidas en el bloque de hermanos. De igual modo, en la vida adulta, la responsabilidad de cuidar a los padres, recae en una sola persona, sin posibilidad de contar con colaterales como red de apoyo en dicha tarea.
- Padres con un único hijo pueden destinar más recursos económicos, de tiempo y socioemocionales, lo que permite beneficiarse de una mayor estimulación y consiguiente desarrollo intelectual.
- El bloque de hermanos permite experimentar la vivencia única de tener alguien con quien competir o aliarse frente a los padres, con quien compartir responsabilidades o dividir obligaciones familiares, de manera que pudieran contar los hijos múltiples con mayores habilidades para conformar e integrar grupos y alianzas, especialmente al inicio de la etapa escolar.
En su etapa adolescente, ¿cuáles son los temas que deben tener más presentes para una adecuada relación?
Esta etapa de transición a la vida adulta, requiere de manera progresiva y acorde a las características del hijo (a), equilibrar la supervisión con la autonomía y privacidad que el adolescente debe tener, concediendo espacio para que él cuente con relaciones de amistad y participe de encuentros grupales y/o disciplinarios, sin sobreinvolucrarse ni ser invasivos.
Mitos y verdades sobre el hijo único
- El ser creativos, dice relación con que al permanecer más tiempo solos, realizan mayor ejercicio mental individual y se ven obligados a resolver ciertos problemas solos.
- Más consentidos (mimados), solo en ciertas ocasiones cuando los padres son sobreprotectores y permisivos (lo que también puede suceder en los hijos múltiples), pero si la crianza es más bien democrática, pueden desarrollar las mismas habilidades de autorregulación y de tolerancia a la frustración.
- Manejan de mejor manera los tiempos en soledad, depende del nivel de autonomía que hayan brindado los padres, puestos que si la crianza fue más bien sobreprotectora, es mayor la probabilidad de tener un hijo dependiente, que no tolere tiempos de soledad.
Una saludable elección
“Desde que nos casamos con mi marido decidimos tener solo un hijo o hija, ya que siempre deseamos poder entregar amor y tiempo a una sola crianza. Algo que es muy valioso hoy en día. En ningún momento pensamos en lo económico, simplemente preferimos uno solo lo mejor posible que tres, cuatro o más en condiciones limitantes. Y siento que no nos equivocamos, Ariel es un niño muy inteligente, tanto intelectual como emocionalmente, no ha tenido ningún problema en la interrelación con sus pares en el colegio, con sus amigos y primos. Por eso creo que es una experiencia que actualmente es más común que antes”, relata Gabriela (42), una joven maulina quien de todas maneras nos confiesa que nunca faltan las críticas. “Tanto de nuestras propias familias como de amigos nos hicieron comentarios al respecto por nuestra decisión, pero con el tiempo siento que han respetado nuestra forma de hacer familia. Además al ver a Ariel feliz y sano los prejuicios o estigmas desaparecen”.
Una familia de dos
“En mi caso, siempre soñé con una familia numerosa, pero el destino quiso otra cosa”, dice Jeannette, una madre angelina de 37 años quien tiene en Ema (8) a la razón de su existencia. “Estaba pololeando y con planes de matrimonio, todo muy bien, hasta que quedé embarazada y él cambió. Le vino un miedo al compromiso y me dijo que lo mejor era que cada uno hiciera su vida, aunque siempre comprometido con Emita. Así ha sido y aun cuando sufrí mucho al principio, con el tiempo comprendí que mi chiquitita se había transformado en mi vida entera. No sentí la necesidad de tener pareja ni nada de eso”, asevera, destacando que Ema se ha criado sola pero siempre muy estimulada por su entorno familiar. “Es una niña muy alegre e inteligente, el hecho de ser hija única no siento que haya incidido a la hora de su desarrollo”, concluye.