Taller para Padres

Convulsión social y consecuencias

¿Cómo ayudar a los niños a enfrentar el ambiente de crisis?

Ps. Macarena Fischer Vásquez  Psicóloga clínica infanto juvenilVivimos en un mundo acelerado, vertiginoso, donde lo cotidiano del día a día presenta numerosos escenarios (estrés escolar, conflictos familiares, cambios psicológicos) que afectan a nuestros hijos en el ámbito emocional. Si a eso le sumamos el periodo de cambios sociales que está viviendo nuestro país, las crisis que se presenten pueden ser más profundas. Por eso abordamos el tema con la psicóloga clínica infanto juvenil, Macarena Fischer, quien nos desarrolló las distintas etapas que viven y cómo deben ser afrontadas por los padres.

  • Niños preescolares: Los niños menores de seis años son más sensibles y vulnerables por lo que están más propensos a captar más rápidamente los cambios en las dinámicas establecidas del día a día, como también, las tensiones de los adultos; por ese motivo los niños de esta etapa necesitan una explicación ante lo que está ocurriendo, ya que sienten y captan que algo no anda bien. Sobre todo al percibir que ellos están asistiendo menos al colegio y/o jardines; incluyendo a esto el uso limitado del celular o televisión. Además, a lo anterior se suma que ellos escuchan el discurso de los adultos ante la tensión emocional y clima en el hogar, lo que les produce un cierto nivel de miedo ante lo que ocurre. Es necesario explicarle a ellos con lenguaje preconcreto (muy simple y ojalá con ejemplos) lo que está ocurriendo y por qué la gente actúa de la forma que lo hace ante el grado de violencia, así como cuando ellos tienen rabia, tiran objetos y quieren ser escuchados. Si el hijo/a tiene alto grado de miedo a lo que ocurre, hay que tratar de bajar su sentimiento y empatizar con su sentir ocupando el reflejo de sentimientos para que se sienta comprendido/a y escuchado/a ante lo que le sucede, indicándole junto a un buen abrazo que lo que siente acontece cuando tenemos pena o rabia y que esto nos sucede a todos. Con esto también logramos darle seguridad al hijo/a sobre la validez del sentimiento, le enseñamos a que debe expresarlo y se le ayuda a través de la comunicación. Esto trae como consecuencia que bajará el nivel de ansiedad, la tensión emocional y otros sentimientos y emociones que tengan contenidos. No olvidar indicarles a nuestros pequeños que el grado de violencia ejecutado no es bueno, mostrándole que eso no soluciona nada y que hay un descontento social de hace mucho tiempo (se le da ejemplos de cuales). En momentos de alta ansiedad o introversión tratar de consolar, aparte del abrazo, con algún elemento de transición que les dé seguridad inmediata al niño/a y así puedan calmarse mientras usted no está o está en otro lugar.

Cabe recordar que es muy importante que los adultos siempre tengan un nivel de calma ante lo que está pasando, ya que nosotros somos el espejo de nuestros hijos. Así como nosotros estamos, ellos estarán o actuarán.

  • Edades de 6 a 10 años: En esta etapa es importante escuchar lo que ellos tienen que preguntar ante lo que ocurre (sus dudas) y a su vez lo que tienen que comentar (ideas). Es por ello por lo que es clave ayudarlos a reconocer y autocontrolarse ante sus rabias y enseñarles a expresarlas de forma adecuada; ayudarles a canalizar emociones de forma adecuada; sin que sean destructivas sino constructivas. Explicarles a nivel concreto (ejemplos y en algunos casos abstractamente) qué significa estar en el estado de crisis instaurado en el país. (Actuar de carabineros, marchas, niveles de enojo que manifiesta la gente; por qué la destrucción; cómo afecta a los demás lo que ocurre). Es importante señalar que la experiencia ante la intensidad vivida es muy importante ya que marca para adelante. Esta etapa está enfocada en la construcción de experiencias así que hay que estar más alertas del estrés traumático que pueden tener los niños ante cómo construyen lo que sienten y visualizan en el entorno.
  • Adolescentes y/o jóvenes: Presentan conductas de riesgo debido a sus conductas impulsivas, por esa razón se aconseja que no se les deje solos y se les guíe ante lo que ellos sienten y piensan; la idea es establecer una comunicación fluida entre el adulto y el adolescente frente lo que ocurre en el país, para que así el joven no recurra en forma inmediata al consumo de OH y/o otras drogas, como también el mal uso de las redes sociales. Si hay conducta introvertida en el adolescente sería muy adecuado ir de a poco ganándose su confianza a través de cercanía en el lenguaje y los afectos para que de a poco logren expresar lo que sienten o tratar de acercarse a sus hobbies o a su red de amistades para que nos vea como un aliado y no un rival. Expresar de forma adecuada y cercana lo que a uno le pasa como adulto sobre lo que ocurre, mejorará la relación materno-filial.

 

Ps. Macarena Fischer Vásquez

Psicóloga clínica infanto juvenil

ps.mfischer@gmail.com

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