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Uso indiscriminado de antibióticos, una amenaza latente

Felipe Huepe Echeverría. Químico Farmaceutico Universidad de Concepción. Farmacias Huepe

A diario en farmacias, se reciben solicitudes de venta de antibióticos sin receta. Dolor de garganta, tos, resfríos, dolor al orinar, entre otros, son algunas de las causas por las que los pacientes recurren a los antibióticos. Pero, ¿realmente estos síntomas deben ser tratados con antibióticos?, ¿se tiene conciencia de los riesgos asociados a su uso?

Los agentes patógenos que nos pueden causar enfermedad son variados: Bacterias, Hongos, Virus, etc. Cada uno de estos agentes, se puede tratar con diferentes tipos de medicamentos.

Los antibióticos, son aquellos medicamentos utilizados para prevenir y tratar infecciones bacterianas, ya sea matándolas o deteniendo su reproducción. Neumonía por neumococos, tuberculosis, sífilis, cólera, salmonelosis, gonorrea, entre muchas otras, son enfermedades causadas por bacterias.

Los antibióticos NO combaten las infecciones causadas por virus, como por ejemplo:

  • Resfríos
  • Gripe
  • La mayoría de las causas de tos y bronquitis
  • Dolores de garganta, excepto que el causante sea una infección por estreptococo (un tipo de bacteria).

Si un virus (y no una bacteria) es la causa de una enfermedad, tomar antibióticos puede provocar más daños que beneficios.

Existen varias familias de antibióticos, y cada uno tiene distintos espectros de acción, es decir, actúan contra distintos tipos de bacterias. Amoxicilina, Claritromicina, Azitromicina, Cefadroxilo, son ejemplos de antibióticos.

La resistencia antimicrobiana es la capacidad de las bacterias para soportar el efecto de los antibióticos sobre ellas. Las bacterias que originalmente eran vulnerables al efecto de un medicamento antimicrobiano y que posteriormente no lo son, se consideran bacterias farmacorresistentes o resistentes. Este fenómeno se produce por una mutación en sus genes o por la adquisición de genes de resistencia presentes en otro microorganismo.  Si bien es un fenómeno natural, que ha ido sucediendo desde hace mucho tiempo, el uso de los antibióticos y sobre todo su uso indiscriminado, ha acelerado este proceso.

La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad. Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Es importante que la población tome conciencia al respecto. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria.

La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles, y a veces imposibles, de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia.

La resistencia a los antibióticos está poniendo en riesgo los logros de la medicina moderna. Si no disponemos de antibióticos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, los trasplantes de órganos, la quimioterapia y las intervenciones quirúrgicas se volverán más peligrosas.

Es por lo anterior, que el uso de estos medicamentos debe ser bajo la supervisión de un profesional de la salud competente. Ante cualquier duda, siempre consultar a su médico tratante o a un Químico Farmacéutico.

Datos a considerar

  • La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
  • La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad o el país en el que viva.
  • La resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, aunque el uso indebido de estos fármacos en el ser humano y los animales está acelerando el proceso.
  • Cada vez es mayor el número de infecciones —por ejemplo, neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis— cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.
  • La resistencia a los antibióticos prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costos médicos y aumenta la mortalidad.

Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos La población general puede:

  • Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
  • No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
  • Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
  • No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
  • Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.

Por su parte, los profesionales de la salud deben:

  • Prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios.
  • Informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos correctamente, la resistencia a estos fármacos y los peligros de su uso indebido.

Informar a los pacientes sobre cómo se pueden prevenir las infecciones (por ejemplo, vacunándose, lavándose las manos, velando por la seguridad de las relaciones sexuales o cubriéndose la boca y la nariz al estornudar)

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