Mario Sotillo Vizcarra, gerente general Hotel Four Points Los Ángeles
“Lo más importante de mi vida es mi familia”
La conversación fue en el lobby del hotel. No había nadie y eso contribuyó a que el ambiente fuera más íntimo, que invitara a recorrer su vida y sus recuerdos a través de emociones intensas, honestas, que retratan a un hombre culto, educado, con fuertes valores de hogar, trabajador y amante incondicional de su familia… Estamos hablando de Mario Sotillo Vizcarra, el gerente general del Hotel Four Points Los Ángeles, quien nos abrió las puertas del ser humano y nos contó su historia…
Tiene 41 años, aunque parece una persona mayor por la experiencia y seguridad con que habla de los aprendizajes de vida que ha tenido. Llegó a Los Ángeles hace casi seis años y hoy está liderando un proyecto que le ha planteado numerosos retos que, según confiesa, ha sabido sortear junto al equipo de funcionarios con los que trabaja, que actualmente alcanzan las 75 personas.
¿Quién es Mario Sotillo Vizcarra?
Soy una persona que ha ido descubriendo su vocación, ceñido a su familia, que busca dejar un legado en la vida y que busca trascender a nivel de persona, familiar y laboral.
Vengo de una familia con un acceso a la cultura muy robusto, mi padre (Mario Sotillo) rector de una las universidades más grandes de Perú (Universidad Nacional de San Agustín), nos dio una fuerte estructura de familia, como persona y laboral.
Como profesional una persona que a pesar de no tener una formación académica en el rubro en donde me desempeño (hotelería), llevo 16 años en la actividad, lo que ha establecido una línea de carrera orientada a la vocación. De mi carrera madre soy de la especialidad de recursos humanos pero en el proceso de evolución fui descubriendo mi camino. Originalmente estudié relaciones industriales y de manera paralela banca y finanzas. Además tengo una maestría en administración y contabilidad con mención en organismos gubernamentales.
¿Quiénes componen su familia?
Somos de Arequipa, una ciudad de la zona sur de Perú (la segunda ciudad en importancia del país). Mi padre (Mario) nació en 1922 en Arica pero de nacionalidad peruana, ya fallecido hace 4 años, en febrero del 2014 y mi madre (Carmen) nació en 1936 de familia arequipeña fueron quienes nos brindaron una formación más tradicional que el promedio de mi generación. Fueron padres muy exigentes en el aspecto de formación personal y profesional.
Además tengo dos hermanas, Marianela (comercial) y Carmina (docencia), que viven en Arequipa, al igual que mi madre.
¿Viaja a visitarlas a menudo?
Lo intento, por lo menos una vez al año. De todas formas la tecnología nos ayuda mucho para comunicarnos a diario. Los que sí vienen a verme seguido son mis sobrinos, pero espero pronto coordinar un viaje de mi madre y mis hermanas para acá.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
La niñez fue una etapa donde estuvo muy presente mi madre, gran parte de lo que soy ahora se lo debo a ella, yo era apegado a ella.
De la adolescencia en cambio, tengo recuerdos muy fuertes con mi padre, puesto que muchas veces lo acompañé en sus clases y charlas. Fue una persona muy sabia para educarme.
Ambas etapas son recuerdos que les transmito a mi esposa e hija como una forma de acercarlas a lo que fue mi vida de hogar en Perú.
¿Hace cuántos años llegó a Chile, específicamente a Los Ángeles?
Llegué en abril del 2013 con GHL Hoteles, operador multimarca con gran presencia en Latinoamérica. En esa fecha se me trae a Four Points Los Ángeles para hacerme cargo de este importante proyecto, lleno de desafíos y objetivos por cumplir.
¿Cómo evalúa el proceso de adaptación personal y profesional?
Fue un proceso que tomó su tiempo. Superado eso, uno tiene un reto objetivo que es sacar adelante una unidad de negocios. La operación Four Points Los Ángeles ha tenido retos que hemos superado en una ciudad de no más de 200 mil habitantes pero con mucho potencial en el turismo local y turismo negocios. A nivel de resultados, con cifras positivas, participación del mercado en la ciudad de cerca 45%, Revpar de USD $ 63, ocupación de 73% y un programa de mejoramiento continuo en la propiedad.
¿Cómo califica el momento actual?
De nuevos retos. Estamos en una etapa para el 2019 con escenarios diferentes, habrá algunos cambios, por ejemplo, una reconversión del área de alimentos y bebidas, proyectando a tener un producto único y más competitivo.
Para lograr sus objetivos es importante el desarrollo de Los Ángeles como ciudad, ¿cómo analiza este aspecto?
Todas las operaciones hoteleras tienen una relación directa a la madurez del destino donde se encuentran. Estoy convencido de que Los Ángeles tiene un gran potencial, tanto en atractivos naturales como culturales. El gran reto de la ciudad es poner en valor estas características. Dentro de nuestra posición estamos buscando aportar para que la sensibilidad al mundo del turismo crezca y se identifique a la ciudad como un destino real y no como una ruta de paso. Por ejemplo, el turismo corporativo es una realidad en la ciudad y nosotros somos un termómetro de ello. Debemos convertirnos en la puerta de ingreso al sur de Chile.
¿Qué tanto ha crecido el Mario Sotillo que llegó al actual?
El crecimiento frente a los retos y experiencias estará siempre. Del 2013 a la fecha somos mejores. Ha sido un proceso enriquecedor tanto para mí como para el equipo de trabajo del hotel.
Ser humano
Háblenos de la familia que formó aquí en Los Ángeles
Mi familia está compuesta por mi esposa Alejandra Sepúlveda, angelina con quien nos conocimos en la ciudad y mi hija Carmen (en honor a mi madre) que hoy tiene un año 8 meses. Hemos formado una linda familia y esa es una de las razones por las cuales llevo más tiempo en Los Ángeles. En hotelería la posibilidad de traslado está siempre presente.
¿Qué lo enamoró de ella?
Su sonrisa, su carisma y su personalidad.
Imagino que su trabajo es muy absorbente, ¿a qué destina su tiempo libre?
Básicamente a mi familia. He madurado mucho, antes le dedicaba tiempo al deporte o recreación, pero ahora el tiempo es 100% para mi familia. Uno valora doblemente cada momento que se disfruta con quienes uno ama, siendo que el rubro hotelero es demandante, pero busco tener un equilibrio. Además, tengo aficiones como la lectura y la astronomía, pero lo más importante es mi familia.
¿Cuáles son sus vacaciones soñadas?
Tal vez si esa pregunta me la hubieran hecho siendo soltero te diría algún destino exótico, pero ahora mi familia es lo más valioso y cualquier destino con ellos son mis vacaciones soñadas.
De todas maneras, en cuanto a destinos pendientes que me gustaría conocer a futuro están la India y Europa, espero hacerlo pronto.
¿A quién admira y por qué?
A nivel laboral innegablemente reconozco que mi padre fue un gran referente no solo por los consejos que me dio, sino por lo que yo vi. Él fue una gran personalidad, un líder, que además de sus enormes méritos era una persona sencilla, muy culta. El segundo referente laboral fue mi primer jefe Federico Moore y la tercera persona laboral es nuestro actual director de operaciones, Adolfo Scheel. Siempre he aprendido de ellos.
Momento más doloroso y más feliz de su vida…
Sin duda que el más triste fue el fallecimiento de mi padre (91 años). Él había tenido una caída con fractura y yo viajé a acompañarlo en la operación, recuerdo que lo dejé en proceso de recuperación pero cuando pasó al postoperatorio le sobrevino un cuadro de estrés con otras complicaciones que derivaron en su deceso. Eso me hizo volver a Perú, fue una etapa compleja… Jamás estás preparado para momentos como estos. Desde ese instante uno va entendiendo y apreciando a la persona que partió mucho más que cuando estaba viva, más ahora que soy padre. Y es aquí donde surge el momento más feliz de mi vida, el nacimiento de mi hija Carmen Rafaella lo es todo para mí… Me emociona mucho porque la llevo siempre en mi corazón.
¿Qué valores aprecia en los seres humanos?
La verdad, la honestidad, la ética, el compromiso, eso es básico, no porque lo haya aprendido a nivel académico, más bien es algo personal que lo vivo día a día. Es fundamental tener y cultivar esos valores para evolucionar. Esos valores son lo que busco inculcar en mi equipo de trabajo.
¿En qué cree?
Soy cristiano, provengo de una formación de hogar católica y la mantengo.
¿Con qué personaje real o de ficción se identifica?
Desde niño he sido aficionado a los cómics, especialmente a Superman. Fue mi personaje de infancia.
¿Racional o pasional?
Por naturaleza soy muy pasional, pero los años me han enseñado a colocar el freno y pensar mucho las decisiones. Trato de buscar el equilibrio entre ambos polos.
¿Es de muchos o pocos amigos?
He sido de muchos conocidos pero pocos amigos. Hasta el día de hoy tengo los mismos amigos de la etapa de adolescencia, aun cuando estamos repartidos por el mundo. Somos cinco. En Los Ángeles me pasa lo mismo.
¿Qué hay que hacer para ser su amigo?
No es algo pensado, es más natural, personas auténticas con las que tengamos cosas en común.
¿Cuáles son sus desafíos personales y profesionales?
Busco seguir creciendo y seguir aprendiendo. No me gusta quedarme en la zona de confort, necesito nuevos retos. Si eso me representa un cambio, bienvenido sea. En lo personal, seguir consolidándonos como familia, como matrimonio y darle la mejor formación a mi hija y tal vez a un segundo hijo (a).