El Valle de Loncomilla apuesta a ser el nuevo destino enoturístico
Esta zona geográfica, parte del gran Valle del Maule, tiene su propio carácter dado por un clima privilegiado, una tierra fértil, una rica historia y amplio patrimonio vitivinícola. Es la idea que está potenciando un grupo de viñas de la zona, que bajo el alero de un Profo de Corfo, busca diferenciarse para hacer de este territorio un destino obligado para un turista que cada vez más busca descubrir los vinos y las bondades de nuestra tierra.
El Valle de Loncomilla es reconocido por los entendidos como una de las zonas de donde provienen algunos de los mejores vinos chilenos. El terruño, ese conjunto de factores naturales como son el suelo, la topografía o el microclima, que se disponen para el cultivo del viñedo bajo la acción del hombre, marca un sello característico para esta zona que se traduce en calidad y diversidad.
Si a eso se agrega que estas zonas vitivinícolas son cada vez más apetecidas por un turismo de intereses especiales que busca justamente entregar una experiencia a los visitantes, el Valle de Loncomilla cuenta con las condiciones propicias para desarrollar productos y servicios enoturísticos de primer nivel, con los cuales pueda reforzar su imagen de marca vitivinícola a través de la convergencia de elementos como la calidad de los vinos, la cultura, el terruño, las variedades, las tradiciones, el desarrollo tecnológico y el patrimonio arquitectónico.
Eso lo ha entendido la zona y sus actores, y a través de un PROFO financiado por Corfo está reforzando la relación existente en el territorio entre la naturaleza, la aventura, la gastronomía, la ruralidad, el patrimonio y el vino como elemento central.
Marcela Leni es la gestora comercial del PROFO Valle de Loncomilla y para ella es claro que Chile debe convertirse en un referente del enoturismo. “Hoy los enoturistas se concentran en la Región Metropolitana, sin embargo, regiones como Maule y Biobío están captando cada vez más su atención. De ahí surge la idea de promover el Valle de Loncomilla, en la Región del Maule, que cuenta con una enorme tradición y patrimonio vitivinícola”, dijo la Gerente.
Para eso, Leni indica que llevan casi dos años trabajando con distintos actores de la zona, de manera de generar una oferta atractiva para el visitante que pase por enseñar los aromas, las texturas y el cuerpo que dan vida a un buen vino, también mostrar la forma en que se trabaja en el campo, dando especial importancia al rescate de las tradiciones y el patrimonio en torno a la vitivinicultura.
Y como el vino es el elemento aglutinador de esta oferta, el Profo ha logrado que seis viñas de la zona estén participando asociativamente para generar un sello que los diferencie como una región mágica.
De hecho, durante este período se han venido realizado actividades de connotación nacional e internacional, como el Tour Catad´Or Wine Awards 2017 y 2018, catas educativas y promocionales a huéspedes en hoteles y asistentes a eventos culturales, y este año en la celebración del Día Nacional del Vino Chileno se realizó una cata de los grandes vinos del Valle de Loncomilla en la casona del Parque Municipal de la ciudad de San Javier dirigida por el sommelier Mario Astudillo, profesional san javierino destacada como Mejor Joven Sommelier el 2016.
Viña Balduzzi
Balduzzi es una empresa familiar productora de vinos premium tanto para el mercado nacional e internacional (se exportan a más de 20 países). Ubicada en San Javier, en el corazón de la Región del Maule, Jorge Balduzzi y su familia trabajan comprometidos en producir vinos de alta calidad inspirados en su tradición vitivinícola y el amor al medioambiente, estando en constante innovación. Fue una viña pionera en lo que a enoturismo se refiere porque hace más de 20 años abrió sus puertas a los visitantes, desarrollando un tour que incluye un recorrido por la bodega colonial, la sala de guarda subterránea, el museo del vino, el parque centenario con vista a la casa patronal y la degustación de sus reconocidos vinos.
Cooperativa Vitivinícola Loncomilla Ltda.
Fue fundada en 1959 en la ciudad de San Javier, es hoy la única cooperativa vitivinícola que se mantiene en pie, sana financieramente, apoyando incondicionalmente a sus socios – cooperados, promoviendo su progreso socio-económico y cultural a través de las actividades vitivinícolas. Elabora vinos y provee de servicios de la más alta calidad. Apoyados por una serie de instrumentos de fomento del Estado, como FIA, CORFO, INDAP, PROCHILE, entre otros, ha desarrollado cinco líneas de vino: Kimche (convencional), Testigo (orgánica), Rehue (Comercio Justo), Invicto (bajo en alcohol y desalcoholizado), País Mágico (proveniente en su totalidad de parras de variedad país centenarias) y Ovo (espumantes innovadores a partir de una variedad única en el Valle como la blanca ovoide). Ofrece tours por sus instalaciones y catas en su sala de ventas.
Viña Erasmo
Esta viña aclamada internacionalmente demuestra todo el potencial de la más antigua y tradicional zona vitivinícola de Chile como es Caliboro. Su bodega antigua de adobe en estilo colonial es una de las pocas estructuras de este tipo utilizada, siendo un patrimonio histórico. Posee una conducción agrícola con certificación orgánica y utilización de prácticas biodinámicas, además de fermentaciones espontáneas y manipulación mínima de los vinos. Erasmo ofrece a sus clientes maridajes gastronómicos con vinos, donde la mayor parte de los ingredientes que utilizan en su cocina son producidos en la misma viña. La zona que rodea a la viña es un oasis de vegetación nativa, encerrada por el río Perquilauquén y donde las tradiciones campesinas se mantienen vivas. Ofrece recorridos y almuerzos criollos, previa coordinación y reserva.
Viña Gillmore
Fundada en 1990 por Francisco Gillmore, un visionario empresario que buscó este territorio para desarrollar un proyecto de vinos de alta gama. En Loncomilla encontró viñas centenarias, en condiciones de secano, obteniendo uvas de alta calidad. Al proyecto se une su hija Daniella y su yerno, el connotado enólogo, Andrés Sánchez. Su filosofía es producir grandes vinos en el Valle del Loncomilla, abriendo la mente de sus consumidores con sus vinos de autor donde se refleje el sello del trabajo familiar en los aromas, sabores y concentraciones. Poseen un exclusivo lodge llamado Tabonkö, en medio de los viñedos. Allí se puede explorar la vida rural y la exquisita cocina típica chilena acompañada por los mejores vinos. La Viña Gillmore está abierta al turismo hace más de 10 años, ofrece tours, degustaciones, visitas guiadas, etc.
Viña J. Bouchon
Julio Bouchon S. se entusiasmó con los suelos arcillosos del secano costero del valle del Maule adquiriendo en el año 1977 el fundo Mingre. Un joven Julio Bouchon L. se unió al proyecto familiar a mediados de la década de los 90 y sus hermanos Juan y María lo hicieron un decenio más tarde. La cuarta generación se sumó en plena época en que Bouchon comenzaba a exportar sus vinos al mundo y en que se necesitaba una mirada joven que ensamblará tradición y modernidad. Hoy Bouchon Family Wines cuenta con prestigiosas líneas de vino: J. Bouchon, Las Mercedes, Mingre, País Viejo, País Salvaje, Vigno, entre otras, y numerosos reconocimientos internacionales como Decanter, Robert Parker, Tim Atkins, entre otros. En 2017 incorpora definitivamente el enoturismo a través de la inauguración de Casa Bouchon, exclusiva casa de huéspedes donde realiza catas, almuerzos y cenas.
Viña Las Veletas
Las Veletas se ubica en una propiedad tradicional y antigua, ubicada en la zona de secano de San Javier, en donde, por muchos años, los viñedos han sido de cepa País, Carignan y mezclas de otras variedades tintas. Con esa premisa, se ha trabajado en recuperar las cepas antiguas y desarrollar nuevos viñedos de cepas más tradicionales. Todo este trabajo fue impulsado por su dueño Raúl Dell’Oro, quien luego de varios años trabajando el campo se une con el reconocido enólogo Rafael Tirado para desarrollar el proyecto de vinos Las Veletas. En estos pocos años han posicionado sus vinos en todo Chile como representantes de este secano potente, lo que complementan con una casa de huéspedes, totalmente restaurada respetando su arquitectura original y con muchos proyectos a corto plazo, como Sala de Ventas, visitas guiadas, estadías en vendimia, entre otras.