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Chile: El país de la furia

Nos internamos en las marchas, conversamos con algunos ciudadanos, fuimos testigos presenciales del actuar de la fuerza pública y hemos oído lo que transmite la clase política… Chile hoy estalló, ya no quiere más corrupción, ni abusos de poder. Pero no solo es por el alza de 30 pesos del metro, se cansó de las burlas de quienes nos representan y exige lo que corresponde: derechos sociales en una sociedad inclusiva y con oportunidades para todos.

Nuestros lentes estuvieron en tres ciudades importantes: Talca, Chillán y Los Ángeles, y aquí les mostramos lo vivido y los invitamos a darle el verdadero sentido a este hecho histórico, no nos quedemos con los enfrentamientos ni la delincuencia, sino con los 30 años Chile ha vivido en un mundo virtual. Señores políticos y elite empresarial, los invitamos al mundo real.

Estallido social

La construcción de una sociedad no se da espontáneamente, es algo que se planifica y se trabaja más allá del gobierno de turno. Han pasado 30 años de la vuelta a la democracia y durante ese tiempo hemos sido testigos de una serie de vicios y corrupción que el sistema neoliberal capitalista ha impuesto, beneficiando a las grandes empresas de retail y de servicios, y perjudicando a la mayoría de los chilenos, los de clase baja, pero también los de la llamada clase media. Así podemos nombrar una serie de situaciones donde la democracia se ha escondido bajo el velo de la colusión, el abuso, la falta de equidad de género, las pensiones de jubilación (NO + AFP), la seguridad, la educación y salud de calidad para todos. Temas que nos han expuesto como “idealistas”, pero poco aterrizados.

Y así llegamos a los hechos actuales, las manifestaciones pacíficas de miles de compatriotas que por todo eso y más, han salido a las calles para protestar y exigir demandas ciudadanas que, sin duda, son los verdaderos cimientos de una sociedad sana y con oportunidades para todos.

¿Qué hemos escuchado de la clase política?, que estamos en guerra, estado de emergencia, toque de queda, entre otros términos, sindicando al vandalismo como el eje, y por ende, nos hemos visto expuestos, hombres, mujeres, niños y ancianos a la represión, con carabineros y militares en las calles como una forma de restablecer el orden, pero que han dejado algunos muertos y muchos heridos inocentes.

La voz del pueblo es la voz de Dios

  • Ana María, 52 años

“Las manifestaciones y marchas son algo que se veía venir. No es posible que las autoridades de gobierno y toda la clase política pensaran que el pueblo iba a estar aguantando mucho más. ¡Basta de abusos!, yo protesto porque no es posible tener pensiones de hambre y un sistema de salud tan mediocre que deja morir a los que no tenemos plata”.

  • Gladys, 69 años

“Lo que está pasando en netamente el producto del uso y abuso que han hecho de la gente, sobre todo los políticos que ganan tremendos sueldos y la gente muriéndose del hambre. Por ejemplo, las pensiones miserables de los ancianos y profesores, además todo está más caro en alimentación y medicamentos. ¡Ese es mi descontento!”.

  • Víctor, 22 años

“Nosotros como estudiantes debemos ser consecuentes. Ser líderes del cambio social que necesita este país. ¡Basta de la corrupción de nuestras instituciones!, eso ha llevado al caos a Chile y somos los jóvenes los que debemos despertar al resto de la sociedad. La violencia no es el camino, pero no debemos desviar el foco de atención que es la salud, la educación, las pensiones, etc.”.

  • Francisca, 34 años

“Soy madre soltera y sé lo que es ‘sobrevivir’ con sacrificio. Gracias a Dios, mis padres me apoyan, y encima ellos sacan pensiones indignas. Es hora que el pueblo salga a las calles y haga valer sus derechos. Los medios de comunicación no deben tergiversar la realidad”.

No es por 30 pesos sino por 30 años

El país ha pasado en unos pocos días a estar en otra dimensión, esa realidad donde nada representa seguridad y donde todo parece estar en tierra de nadie. Pero ¿qué pasa con las demandas ciudadanas?, esas que los chilenos han callado y aguantado por años. Abusos tras abusos en puntos que son fundamentales para crecer y proyectarnos como un país desarrollado.

Se pueden resumir en:

  • No más AFP: El sistema de pensiones es uno de los grandes temas que ha estado en discusión en los últimos años. Es un sistema que rige desde 1982, en plena dictadura, que apunta a las administradoras de fondos de pensiones, la que administran los fondos de cuentas individuales de ahorros para pensiones al momento de jubilar.

El tema es que dicho sistema no ha cumplido con las expectativas de los chilenos y, en voz de muchos, no ha sido capaz de entregar pensiones dignas, concentrando las riquezas en manos de pocos e instalando una brecha más grande en materia de desigualdad de ingreso.

  • Salud precaria: ¿Cuántos de los chilenos que han salido a marchar no lo hacen por sentirse desprotegidos en el área de la salud?, En nuestro país tenemos dos alternativas: FONASA o ISAPRE, siendo la primera la que concentra el mayor número de personas afiliadas (80 %). Entre las problemáticas que aún subsisten están: baja o nula presencia de especialistas en hospitales, la necesidad de reducir las listas de espera, entre otros. En relación con las ISAPRES, el reclamo va por el alza de los planes de salud, las preexistencias, la baja cobertura y el acceso restringido a los centros de salud.
  • Transporte público: Desde hace más de una década que venimos siendo testigos de la irresoluta capacidad por brindar un servicio de transporte seguro, con valores adecuados, sustentable, etc. Seguramente se le vino a la mente el Transantiago, así es, quizás fue el punto de partida para una escalada de descontento frente a los desaciertos de la autoridad, personificada en los distintos gobiernos que se han sucedido en los últimos 30 años. Hoy son los 30 pesos de alza del metro, y es que los chilenos se han cansado de transportes caros, inseguros y lentos. De hecho, un reciente estudio de la Universidad Diego Portales de Santiago, de un total de 56 países alrededor del mundo, el de Chile es el noveno transporte más caro en función del ingreso medio de sus habitantes.
  • Privatización del agua: Muchas personas, especialmente del mundo del agro, han venido colocando el tema en la mesa desde que se presentó el Código de Aguas, pues si bien este reconoce el agua como un bien nacional de uso público, establece que los particulares (o privados) puedan constituir sobre las aguas derechos de aprovechamiento perpetuo. Por eso que algunas voces han hablado no de “sequía” sino de “saqueo”. Un verdadero aprovechamiento del agua que desabastece a la población.
  • Educación de calidad para todos: Es un tema que desde hace 13 años está en nuestro ADN. Desde la “revolución pingüina” es que se ha venido conversando el tema, cómo no recordar la fuerza con la que los estudiantes secundarios hicieron sentir su descontento, lo que vino a refrendarse en 2011 con nuevas marchas, esta vez integrando a toda una comunidad que exigía gratuidad y calidad. Frente a lo anterior, y aunque se ha avanzado en algunas materias, la educación continua siendo una piedra de tope para que nuestra sociedad crezca en igualdad de derechos, vale decir, que nuestros niños y jóvenes tengan las mismas oportunidades.
  • Corrupción: Recuerdo que hace 20 años un político dijo que Chile era un país sin corrupción, que a pesar de tener deficiencias, se podía vivir en paz y tranquilidad, sin exponer a la comunidad a los abusos. Hoy esa afirmación suena más a un cuento que a la realidad. Y es que lamentablemente nos hemos acostumbrado a familiarizarnos con palabras como colusión, abusos, escándalos, evasión de impuestos… palabras que ya son habituales a nuestro diccionario y que aun así, no nos deja de sorprender, ya que no solo lo vemos de las grandes empresas, sino también de instituciones como Carabineros, el Ejército y la clase política.

¿Qué dicen nuestras autoridades?

Con el transcurrir de los días, los ediles de las tres ciudades, Talca, Chillán y Los Ángeles han tenido un discurso conciliador para buscar soluciones y han condenado la violencia como medio de encontrarlas.

Sergio Zarzar, Alcalde de Chillán, ha afirmado en los medios: “Hace falta dialogar, tenemos que entender que el ser humano es la especie que más tenemos que proteger y defender y hoy día quedó desamparada y eso es lo que realmente protesta la gente con justa razón”.

Por su parte Juan Carlos Díaz, Alcalde de Talca aseguró que “creo que más allá del derecho válido a manifestarse, no puede volver a ocurrir este tipo de manifestaciones tan violentas y destructivas. Los talquinos no merecemos la violencia de destrucción y vandalismo que se vio en la ciudad. Es válido y existe también el derecho a manifestar las inquietudes, la desigualdad, pero sin violencia, sino a través del diálogo”.

En tanto, Esteban Krause, Alcalde de Los Ángeles, afirmó que las manifestaciones son legítimas, “ya que están en el marco de sus atribuciones y derechos ciudadanos, pero siempre deben ser con respeto y consideración ciudadana”.

En resumen, el llamado ciudadano debe ser respondido de manera rápida y eficaz por las autoridades de gobierno, la clase política y los grandes empresarios. El pueblo se cansó de tanta palabra y nada de acción. Debemos hacernos cargo de nuestros problemas y es ahora el momento.

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