“YO SOY, YO SIENTO”: UNA PROFUNDA MIRADA A LAS EMOCIONES DE NUESTROS HIJOS
Colegio Veinte de Agosto, Escuela de Lenguaje y Jardín Infantil
Desde el año 2004 que este establecimiento educacional viene destacando por el fuerte compromiso social que tiene con la comunidad. Lo que se ve reflejado en un programa de educación emocional que comenzó a dictar el año pasado llamado “Yo Soy, Yo Siento” que se gestó como un complemento a las exigencias del Ministerio de Educación en la malla curricular, para educar las emociones de los niños y las niñas, así como trabajar fuertemente al interior de la comunidad educativa.
Dicen que toda gran iniciativa tiene como fundamento la experiencia, ese cúmulo de vivencias que van forjando quienes somos y construyen nuestra historia. Es lo que nos relató Pamela Céspedes Arias, Representante Legal de la Corporación Educacional Veinte de Agosto. “Este programa es una idea que nació hace años para hacernos cargo del componente emocional de nuestros estudiantes (120 en la escuela de lenguaje y 48 en jardín infantil), ya que estoy convencida de la importancia de reconocer que cada ser humano es un mundo diferente donde las emociones rigen su vida. Por lo tanto. nuestro objetivo apunta a entregar un plus más humano a nuestra forma de enseñar y para eso creemos que es necesario brindar herramientas que ayuden a los niños y las niñas a reconocer y verbalizar sus emociones (alegría, rabia, tristeza, entre otras) para que aprendan a gestionarlas (manejarlas de manera apropiada, tomar consciencia de ellas)”, afirmó Pamela, quien nos contó que también ha sido un trabajo y compromiso interno del personal del colegio para potenciar el programa.
2019: PRIMERA VERSIÓN
Al respecto, la profesional indica que el balance en 2019 fue muy positivo por cuanto llegaron a la conclusión que para hacer un programa de educación emocional realmente efectivo, se debía trabajar mancomunadamente junto a los padres. “Fue una grata experiencia ya que las mamás y papás que participaron quedaron muy agradecidos de los resultados porque notaron un cambio sustancial en sus hijos y en la forma de relacionarse al interior del hogar. Además es preciso señalar que nuestro personal está en permanente capacitación, por ejemplo hace poco tuvimos un encuentro con Felipe Lecannelier, un psicólogo de vasta trayectoria y conocimiento en este tema, todo con el fin de continuar perfeccionando el programa”, manifestó.
DESAFÍO DE LARGO PLAZO
Pamela asevera que su gran anhelo es que “los alumnos que estén en nuestro establecimiento sean capaces de verbalizar sus emociones sin ningún temor, así como afianzar su autoestima y sus habilidades sociales, considerando que la primera infancia, es la etapa más importante del desarrollo del ser humano. Como anécdota quiero contar que todavía tengo contacto con un alumno que estuvo en la primera generación del colegio. que este 2020 cumplió 16 años. Él nos recuerda con mucho cariño por el amor que se le entregó acá, lo que me hace pensar que si ese amor que se le entregó hace 16 años aún lo conserva, cuán grande podría ser el efecto que logre año a año el programa de educación emocional con los niños y las niñas. Sin duda dejará una huella muy profunda en ellos, con lo que para nosotros se cumple el gran objetivo que es sembrar una semilla en el corazón de cada uno (a)”, complementa.
Cabe señalar que este programa de educación emocional a su vez se complementa con clases de yoga y mindfulness (técnica de relajación que enseña a tomar conciencia plena de nuestras emociones con el fin de eliminar la frustración, ansiedad y angustia que produce el no poder cambiar ciertas situaciones), que buscan el bienestar en los (as) niños (as), más ahora en estos tiempos de pandemia que estamos viviendo.
VISIÓN PSICOLÓGICA
El psicólogo Pavel Ferrada se integró este año al colegio y para él fue un hecho maravilloso encontrarse con este programa, puesto que su enfoque y vocación personal están vinculados a la educación emocional. “Me he ido capacitando en diferentes aspectos de la neurociencia, la convivencia escolar y la crianza respetuosa, por lo que fue un agrado conocer este programa “Yo Soy, Yo Siento” que se direcciona precisamente a la educación emocional de nuestros niños y niñas, sobre todo considerando la crisis sanitaria del Covid-19 que afectó la emocionalidad de toda nuestra sociedad”, afirmó.
¿Cuáles fueron los puntos más relevantes del plan de trabajo?
Como esta es su segunda versión, revisé el registro del programa 2019 y me encontré con un gran primer paso en esta materia. Fue así como este 2020 trabajamos, en primer término, en la identificación de las emociones y en su verbalización que son aspectos muy importantes de la inteligencia emocional. Básicamente es la autoconciencia, la capacidad de identificar lo que me ocurre y la autorregulación de poder gestionar esas emociones para no pasarme a llevar ni a mí ni al resto. Asimismo, incorporamos un aspecto fundamental que es darle otras herramientas a los padres para que ellos puedan aplicarlas como estrategias de crianza que permitan fomentar y potenciar las aptitudes socioemocionales dentro de la familia, por ejemplo, la empatía y la forma saludable de relacionarse con el entorno.
¿Cómo se estructuró el contacto con las familias?
A través de cinco módulos tratando de abarcar la mayor cantidad de competencias socioemocionales. Cada módulo incluía una sensibilización respecto del tema con los apoderados, ellos tenían que saber de qué se trataba esto y cómo funcionan las emociones en los seres humanos. De esta manera, les enviábamos diferentes dinámicas, las que complementaban con experiencias personales de la propia familia que pudieran considerar estos aspectos.
Los contactos eran individuales ya que cada persona es muy distinta y percibe su entorno de manera particular así como también sus emociones, por eso consideramos la flexibilidad y los ritmos de cada niño, lo que parte de la neurodiversidad que habla sobre que aprendemos a ritmos distintos.
Diagnóstico social
Para el profesional, es claro que el diagnóstico de lo que ocurre con la salud emocional de nuestra sociedad tiene su fundamento en el núcleo familiar. “En estos tiempos el estilo de vida es muy rápido, las familias no tienen tiempo ni paciencia para darle al niño o a la niña una adecuada crianza respetando sus procesos emocionales. De ahí surge la idea de trabajar con toda la familia a través de contactos online, entrega de material y redes sociales, donde a través de cápsulas se abordan los temas para entregar las competencias que se pueden trabajar y cómo hacerlo. Lo importante es que las familias están siendo conscientes de este tema porque ven que al respetar la emocionalidad de los niños, al escucharlos, al no castigarlos inmediatamente sino tratar antes de entenderlos, se obtienen muy buenos resultados a futuro”, explicó Pavel.
¿Cuál es la valoración que haces sobre “Yo Soy, Yo Siento”?
Desde mi punto de vista este tipo de programas son el camino y esperamos seguirlo mejorando para el año 2021, esto lo afirmo por lo que dicen los investigadores y la evidencia. Por ejemplo, Chile tiene el primer lugar en un estudio dentro de 24 países con peores emociones displacenteras (ansiedad, depresión, agresividad en niños de etapa preescolar). Asimismo el psicólogo Felipe Lecannelier en un estudio reciente junto a otros investigadores realizó una evaluación sobre el bienestar emocional en nuestro país, donde también se determinó a Chile, dentro de un grupo de 14 países, con peores índices de bienestar emocional entre niños de 1 a 4 años.
También recientemente terminó vía online la 1era Cumbre Internacional de Educación y Salud Emocional que se gestó en Ecuador y de ahí se obtuvo una declaración que es un llamado a la ONU para que realice un llamado a todos los gobiernos con el objetivo de que la educación emocional se imparta en las instituciones educativas.
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