Rutina sexual, una asesina en serio
¿Quién no recuerda el enamoramiento como una de las etapas más lindas de su vida?… esos días cuando lo único que nos importaba era él o ella. La persona amada… Y en esos días, cómo olvidar los primeros y salvajes encuentros sexuales, donde el amor se fundía con la pasión… Claro está que no es algo que se eternice así como así. Por eso, en un abrir y cerrar de ojos nos descubrimos en diversas relaciones, de pololeo, andantes, noviazgo, matrimonio… Donde el encuentro sexual ya dejó de ser el plato principal y se transformó en el acompañamiento. ¿Cómo reavivar la llama?, entérate de esto y más en el siguiente reportaje…
Claramente hablar de rutina puede encrespar los pelos de todo el mundo, pero seamos sinceros, lo positivo o negativo del tema depende de cómo se aborde y cuán afiatados estén los componentes de la pareja. Todo extremo es nocivo.
La lógica indica que la rutina es parte inherente del ser humano, que nos organiza, que nos brinda seguridad, pero tratándose de la sexual la cosa cambia. Cuando consciente o inconscientemente perdemos la motivación por cultivar la intimidad con nuestra pareja, sintiéndonos frustrados y al borde de caer en alguna infidelidad.
Ahora bien, si ese es tu escenario es fundamental primero hacerse los chequeos médicos pertinentes para descartar cualquier anomalía física. Si los exámenes arrojan que estás sano, entonces busca ayuda psicológica para liberarte del estancamiento sexual.
¿Cómo nos afecta?
Para el psicólogo maulino, Adrián Aguilera, la rutina en la pareja si no es tenida en cuenta, puede pasar la cuenta, extinguiendo el deseo y llevando el timón hacía el fracaso. Lo que a veces se torna complejo, es mantener la llama del amor.
“Hablar de rutina sexual puede llevar a reflexionar en cuán importante es el sexo en la pareja. Algunos matrimonios no lo consideran importante (o tan importante) otros arman horarios o días de la semana para su encuentro y otros pueden seguir un itinerario sin agenda. Pero cuando se torna rutinario, el deseo pierde fuerza y ya no aparecen los encantos que en un principio hacían llamar la atención del otro.
Hay parejas que con el tiempo se vuelven relación de amistad, por lo mismo hay que atacar o darnos cuenta a tiempo”, asevera el profesional.
Causas y sugerencias
Un factor principal puede ser los años de relación, culpando a esto como piedra de tope. “Así y todo, el chispazo inicial no debería morir. Por el tiempo que les dedicamos a los hijos, por el tiempo que le dedicamos al trabajo o simplemente no dar los mismos tiempos a la pareja como al espacio personal” asegura y agrega “además, se generan discusiones y conflictos si este tema no se habla a tiempo. Alguno de los dos miembros del matrimonio puede grabar creencias del otro que luego harán resistente la relación a factores que pueden influir hasta en la libido.
Es importante reconocer las emociones del otro, cómo se siente, que le gusta, etc. La comunicación es clave. Hay parejas que pasan años juntas y nunca hablan de sus momentos íntimos. Luego cuando van a terapia, descubren mucha información que no sabían y que les sirve para sintonizar en el otro, fantasías, caricias, palabras, etc.
Algunas parejas, para no llegar a esta rutina, ponen horarios, días o momentos para disfrutar de una verdadera intimidad. ¿Te suena conocido esto? Al principio puede ser algo natural y fácil de sobrellevar. Luego con el tiempo, van apareciendo excusas que alimentan la disminución del deseo. Factor estrés, ya sea laboral como de proyectos personales puede provocarlo. A veces puede pasar mucho tiempo sin tener un contacto con nuestra pareja. Esto también lleva las cosas al fracaso. Asimismo, caemos en la creencia de pensar que nuestra pareja está ahí y la tendremos para siempre. Muchos se sorprenden cuando les piden el divorcio o simplemente frente a una discusión se separan. Eso es una consecuencia de no haberse preocupado del otro”, explica Aguilera.
Una interrogante favorable es: si has planificado vivir juntos, si deseaste tener hijos, porque no probar novedades en nuestra vida sexual. En las relaciones sexuales no está todo dicho, por eso una buena instancia de conversación entre ambos, ayuda a descubrir en el otro lo que espera o quiere.
“El sexo va acompañado de intimidad, placer, deseo, amor. Todo esto genera unión y no una lucha de poder. No permitas que los factores negativos empujen tu relación al fracaso y monotonía. Es interesante por ejemplo, generar un espacio o ambiente para ambos, puedes tomar una copa o bien alguna comida que a ambos les guste. Quitar el factor TV o series que pueden influir negativamente a la comunicación”, argumenta.
Maldita rutina
Me llamo Antonio, tengo 44 años y estoy divorciado. Seguramente están pensando que fue por alguna infidelidad mía, pero no, todo lo contrario. Fue ella (María José) quien un día me dijo que tenía que hablar conmigo de algo muy serio y me lo contó todo. A todo esto, nosotros nos habíamos casado hacía 15 años y teníamos un hijo. Resulta que los días previos a dicha conversación, María José había estado más cercana que de costumbre. Debo reconocer que con los años las relaciones se enfrían en la parte sexual y se tornan más rutinarias y llenas de lo que yo llamo “la basura cotidiana”. Pues bien, el momento elegido fue un viernes, cuando nuestro hijo había ido a pasar el fin de semana con los abuelos. Salimos a cenar y cuando volvimos a casa ella comenzó a referirse a todo lo maravilloso que había sido nuestro matrimonio en esos años. Yo sabía para dónde iba pero la dejé hablar. Surgieron recuerdos, historias, emociones y sentimientos, todo de golpe… Y me dijo “no te amo como antes, te quiero mucho, pero ya no está el amor…” A pesar de que lo esperaba fue un cachetazo. Cuando me tocó intervenir a mí, no sabía bien qué decir. Por un lado estaba enojado pero por otro comprendía que también había algo de lo expuesto por ella en mi discurso. Nos alejamos, abrimos la puerta a otras prioridades y por ese espacio a nuevas personas con intenciones amorosas. Porque soy un convencido de que la vida es como un océano, basta echar las redes o la caña de pescar y siempre habrá peces hambrientos o, en el último de los casos, curiosos, que no les importará vivir la aventura. Yo tuve una que otra oportunidad, pero la dejé pasar… Ella no. Ella se enamoró de otro y cuando estaba realmente convencida me lo dijo. ¿Dónde encaja la rutina sexual?, en todo. A esas alturas teníamos nuestros momentos íntimos a cuentagotas y casi por cumplir. Por esa satisfacción estúpida del ser humano para contener lo inevitable. En resumen, la falta de preocupación, de sorprenderte del otro, jugar más, la comunicación (donde va la sexual por supuesto), socavó lo que parecía firme, inalterable. Por eso creo que la rutina en general es el cáncer de cualquier relación y lo importante es detectarlo a tiempo”, aseguró Antonio, un hombre angelino.
La antesala del bajo deseo
Katherine Astudillo Aedo, Licenciada en Psicología, Magíster en Terapia de Pareja y Sexóloga nos entregó su visión del tema, la cual invita a una profunda reflexión. “Es verdad que cuando llevamos varios años, nuestra relación de pareja cambia, hay una mayor confianza, conocemos todo lo bueno y todo lo malo de la otra persona y el factor sorpresa va desapareciendo.
Es importante considerar que la sexualidad va cambiando a medida que la relación pasa por distintas etapas. Es diferente cuando la pareja está sola, cuando llegan los hijos o cuando estos se van. La sexualidad es un tema muy sensible que puede alterarse por muchos factores. En la pareja la renovación a todos los niveles, mantiene los vínculos emocionales vivos y es un factor clave en momentos difíciles, los cuales sirven para afrontar las dificultades que vayan surgiendo. Por ello entre otros componentes, la comunicación sexual forma parte del nexo en la pareja”, explica Katherine.
Un toque de erotismo
La pareja al ir desarrollando su potencial sexual y los diversos conocimientos sobre el erotismo, superan los hábitos rutinarios y amplían sus conocimientos y expectativas sexuales. “Por ello al compartir nuevas posturas, juegos y diversas propuestas, la comunicación interior con el otro, lo privado, lo propio, la complicidad y la confianza también mejora. Entre adultos, los límites los generan ellos en función de sus vivencias y sus necesidades, nada se puede imponer, con libertad y con respeto, ambos marcan las pautas y los territorios que desean descubrir.
En terapia se ven muchas parejas que se aman, pero que les falta el deseo. Y comentan que se sienten amados, pero que hace años que no se sienten deseados. La respuesta que se les ofrece frente a esto es; o se reinventan, o transgreden, o se divorcian. También está la posibilidad de cambiar la estructura de la pareja. Lo básico es algo que todos los niños saben, que es romper las reglas, aunque sean las propias que uno se impone. Y lo cierto es que cuando rompes reglas, te sientes más libre y poderoso. Cada niño entiende eso: romper reglas te da el sentimiento de hacer lo que quieres, no lo que debes o lo que te impongan. También todos sabemos que lo prohibido es erótico, pero lo prohibido no tiene que ser solo un concepto ligado a la infidelidad. Son cosas pequeñas, sutiles, detalles, como cosas que no hago más porque soy mamá, o porque tengo la responsabilidad de la familia.
Y cada pareja que sabe romper esas reglas, aunque no haga cosas revolucionarias, mantiene ese contacto. Si las parejas se organizan y tienen la voluntad suficiente para dedicar tiempo a aquello que, en realidad, les gusta, los apasiona o aman, podrán tener aquellos momentos que tanto desean experimentar. Sin embargo, el mayor problema que se origina es que sentimos a nuestras parejas aseguradas, que creemos que estarán siempre para nosotros y nos despreocupamos por activar constantemente nuestro factor sorpresa”, manifiesta la sexóloga ñublensina.
En la terapia sexual se recomienda frente a la pérdida del deseo ciertas técnicas a trabajar como son:
- Establecer tradiciones con la pareja, ponerse de acuerdo para salir una vez a la semana, estar con el otro, independiente si salimos a caminar o generamos un panorama en casa, ya que el objetivo es volver a vincularnos.
- Realizar actividades intencionadas con la pareja para lograr la felicidad y el bienestar. Es importante disfrutar de los instantes mientras los niños duermen, ya que avivan el deseo y el compañerismo.
- Intercambiar información sobre que rutina es aburrida, o a que no deseamos exponernos. En definitiva, dejar comportamientos que pueden matar la relación y evitarlos a como dé lugar.
En resumen, lo importante es siempre considerar la opinión y las necesidades de nuestra pareja, estar dispuestos a comunicarse y dialogar sobre nuestra sexualidad, estar dispuestos a trasgredir las reglas, e innovar en nuestras prácticas, darle mayor hincapié a la sensualidad por sobre la genitalidad y por último dar más cabida a nuestros deseos y fantasías sexuales.