Reportajes

Música y personalidad

Dime qué escuchas y te diré quién eres

¿Será tan así?, ¿te has preguntado cuán importante es la música en tu vida? Muchos estudios lo demuestran. La música es un elemento que está vinculado fuertemente con nosotros mismos y, por ende, influye en cómo nos relacionamos con el mundo. Más allá de las palabras, las melodías son capaces de llegar a lo más profundo de nuestro inconsciente, gatillando o canalizando las emociones que brotan sin cesar.

Cuando somos pequeños, sin duda que el sentido de la audición nos determina tremendamente. Aprendemos a reconocer las voces de nuestros seres queridos y jugamos con todo lo que nos llame la atención, siendo los sonidos protagonistas principales. En la adolescencia, la música es parte esencial de nuestro desarrollo y en la adultez también es un canalizador de emociones.

¿Qué nos dice la psicología?

Alejandra Quilodrán, psicólogaAlejandra Quilodrán, psicóloga angelina, especialista en psicología clínica, psicología infanto juvenil, psicometría y neuropsicología, señala que, como se ha comprobado, las estructuras cerebrales que procesan las emociones son las que procesan la música, lo cual explica la relación directa que existe entre ambas. “A medida que el niño se desarrolla, las neuronas disminuyen, debido a la poda neuronal (se eliminan las neuronas que no se ocuparon y las que quedan se van dividiendo si se utilizan); pero aumentan sus interconexiones y las emociones intensifican las redes neuronales. Mientras más temprano sea el contacto del niño con la música mejor es el refuerzo en las conexiones  neuronales, fortaleciendo la atención y concentración, mejorando las capacidades cognitivas como la abstracción e incrementando la escucha y la expresión, lo que permite un mejor acceso al mundo interno, sensorial, afectivo y cognitivo del sujeto”, explica la profesional angelina, quien agrega que como seres sociales, y en especial en la etapa de adolescencia, la música tiene un papel importante en la configuración, consolidación de la identidad y es un medio para exteriorizar sus emociones; sin embargo, no define la personalidad del individuo. La música cumple un papel socializador y diferenciador en donde el joven utiliza diferentes mecanismos para construir su identidad, “mecanismos como la identificación con determinados grupos, géneros musicales o cantantes; lo que manifiesta a través de peinados, vestimentas y comportamientos, entre otros elementos que lo hacen igual y diferente a otros. La música puede  llegar  a ocupar un lugar fundamental en la vida de algunos adolescentes puesto que descubren que con ella pueden alejarse de su ambiente, cambiar su estado de ánimo, crear y mejorar relaciones interpersonales”, complementa.

Camila Merino, psicólogaPor su parte, Camila Merino, psicóloga chillaneja, especialista en psicología clínica, psicología infanto juvenil y psicología integral, manifiesta que “la música tiene una gran influencia en todas las etapas del ciclo vital, especialmente la adolescencia, que es una etapa donde la tarea central es la conformación de la identidad y el desarrollo de la personalidad, por ende, cumple un papel importante ya que la música sirve para identificarnos con ciertas posturas e ideas que nos representen”, señala y reafirma lo dicho por Alejandra en cuanto a que si bien ocurre este proceso de identificación y representación, no es que la música pueda llevar al desarrollo de ciertos rasgos de personalidad, sino más bien, dependiendo de los rasgos que los adolescentes van desarrollando pueden tener más predilección hacia ciertos estilos musicales que otros, “sin embargo, esto no es una regla general, existiendo adolescentes que pudieran desarrollar personalidades muy distintas pero que pueden compartir un mismo estilo o gusto musical”, asevera.

¿Cómo la vivimos en la adultez?

“En la adultez, cuando nuestra identidad no es tan plástica, seguimos disfrutando los estilos musicales que escuchábamos en la adolescencia, y esas sensaciones que produce la música, (canciones, melodías, sonidos de instrumentos o naturaleza), movilizan información en el inconsciente que realiza cambios en la actividad neuronal, ayuda la expresión de emociones, produce la descarga de impulsos y emociones, e incluso puede propiciar el surgimiento de emociones relacionadas  a situaciones traumáticas; por lo tanto, pueden surgir conductas como llorar, reír, gritar, ya que esa persona está evocando episodios del pasado, recuerdos con fuertes conexiones emocionales.

Es tanto así que en los adultos mayores o en personas con patologías como el  Alzheimer, la música es muy usada en terapia donde se estimula la memoria episódica autobiográfica, por ejemplo, con música de su época. También se puede trabajar la atención, el lenguaje expresivo y comprensivo, la orientación, la memoria semántica y gnosias, entre otros aspectos.

Se debe dejar claro que la respuesta emocional a la música es variable de una persona a  otra ya que depende de los aprendizajes y las experiencias vividas individualmente”, afirma Alejandra.

Para Camila, “en la vida adulta la música puede seguir siendo un elemento importante que va permaneciendo en la consciencia a distintos niveles, por lo que podría llegar efectivamente a influir en distintos aspectos de la vida de la persona, como por ejemplo en las relaciones interpersonales, donde lo que escuchamos puede generar predisposiciones, sin embargo, no es una norma general y hay que tener claro que esto no ocurre en todas las personas”.

¿Es una “herramienta” útil en los tratamientos psicológicos?

“Sí, la música se utiliza como una forma de hacer terapia. La música ha intervenido en el desarrollo y el aprendizaje del ser humano desde sus comienzos, involucrando el cuerpo, la mente, las emociones y hasta las relaciones sociales, siendo un medio de comunicación que asocia, integra y evoca; llegando a mejorar, con ello, tanto la salud física como la psicológica. La  MUSICOTERAPIA, como disciplina se inicia en Chile en 1999, pero el uso de la música como herramienta de apoyo en procesos terapéuticos en pos del bienestar humano data de los años 50. Hoy se utiliza en personas de todas las edades ya que es una terapia no invasiva, es aplicada, por ejemplo, en enfermedades neurológicas, en neonatología, estrés y dolor, oncología, discapacidades motrices, tanatología, sistema inmunitario, entre otras, y con buenos resultados”, menciona Alejandra.

“Considero que es un recurso muy valioso a distintos niveles. Por un lado, es un medio para acercarse especialmente a los adolescentes, que muchas veces no saben o no se sienten dispuestos a verbalizar sus sentimientos o pensamientos en sesión y la música puede resultar muy útil para acercarse a ellos y a sus intereses, generar un diálogo, favorecer el vínculo y conocerlos e intentar comprender lo que les sucede, haciéndolos sentirse escuchados. Por otra parte, dentro de lo que son los procesos psicoterapéuticos, la música es un recurso que puede usarse desde distintas aristas, a nivel expresivo, o por ejemplo con los jóvenes que hacen música, para externalizar a través de la creación alguna situación que sea difícil de integrar para ellos, y en el trabajo de la construcción identitaria puede resultar un buen insumo para ayudarlos a mirarse, favoreciendo el autoconocimiento a través de la música”, responde Camila.

¿Qué dicen los estudios?

Alejandra Quilodrán establece que sí existen numerosos estudios que abordan la relación o influencia de la música con las personas; por ejemplo, existen los que investigan sobre la  relación entre la música que escuchan las personas y el tipo de personalidad que tiene; otros estudios investigan cómo la personalidad y los estilos de pensamiento predicen las preferencias musicales y la capacidad musical. También investiga el talento musical en el autismo y cómo la música puede aumentar la salud mental.

“Sin embargo, los que más avances han tenido son los estudios de los efectos de la música  en el bienestar o salud del individuo. La Neurociencia   a través del PET (Tomografía por Emisión de Positrones) ha descubierto los mecanismos neuronales del cerebro, señalando que el sonido recepcionado por el oído viaja por diferentes áreas del cerebro que son importantes para la percepción y almacenamiento de la música escuchada, y la respuesta a dicha música está condicionada a lo que se ha escuchado y almacenado en la base de datos guardados con anterioridad. En concreto, la música es traducida y expresada en emoción gracias a  nuestro “cerebro emocional” (sistema límbico) compuesto por la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo y el tálamo estructuras que son las encargadas de esta tarea; por lo tanto, las emociones son la reacción de nuestro organismo a un estímulo, que en este caso sería la música que estimula la producción de neurotransmisores (dopamina, oxitocina, endorfinas), fomentando las emociones; es así, que cuando escuchamos una melodía (estímulo) experimentamos diferentes sensaciones en el cuerpo”, concluye.

Investigación gringa

Según un estudio realizado por los psicólogos Peter J. Rentfrow y Samuel D. Gosling, de la Universidad de Texas, las preferencias musicales de cada individuo son consecuencia, pero a la vez influyen en algunos rasgos de su personalidad.

  • Rock y Heavy Metal: Eres una persona inteligente, curiosa, atlética y social, aun cuando te es difícil el trabajo en equipo, ya que no te congenias del todo bien con la presión y la responsabilidad.
  • Pop / Baladas Pop: Estás dentro del grupo mayoritario. Tus rasgos de personalidad son más bien conservadores, económicamente equilibrados, soñadores, pero con cierta tendencia a la inestabilidad emocional. Además, no tiendes a ser muy creativo por lo que eres fácilmente influenciable por las tendencias que surjan en la sociedad.
  • Blues o Jazz: Te has de desarrollado como una persona imaginativa, lúdica, tolerante y abierta a las demás personas y experiencias.
  • Música Clásica: Eres una persona muy sensible. Tus emociones están a flor de piel y en algunos aspectos de tu vida tiendes hacia la introversión ya que has desarrollado un espíritu más crítico de la sociedad. Por lo mismo, muchas de esas emociones te las guardas, aunque afloran en tus relaciones interpersonales de mayor confianza.
  • Electrónica, Hip-Hop y Funky: Posees una autoestima muy grande, eres una persona segura, extrovertida, energética y siempre te gusta estar conectado (a) con tu entorno, ya que eres un caudal de emociones.

TESTIMONIO

Francisca Del Sol, cantante (Talca)

Francisca del Sol, cantante“La música influyó de una manera muy notoria en mi vida, ya que yo era muy tímida cuando chica, y no hablaba. Entonces estuve con diferentes psicólogos pero nada cambió, hasta que mi papá, que es músico (saxofonista), me empezó a mostrar música de los ochenta, ópera, además de otros estilos. Con ocho años comencé a tararear las canciones para posteriormente cantarlas y descubrí que era muy afinada. Eso me ayudó muchísimo a mejorar mi personalidad, ya que desarrollé mayor desplante, confianza en mí misma y pude ver la vida de una manera más tranquila. Recuerdo que en ese tiempo integré por 10 años el Coro de niños de la Universidad de Talca, donde conocí gente maravillosa. Por eso la música ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Hoy mi personalidad es más sociable y en cada presentación tengo un dominio escénico. La música, sin dudas, ayuda a desarrollar lo mejor de cada persona en relación a expresar emociones y hacerlas sentir a los demás”.

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