Madres después de los 40
¿Ser o no ser?, esa es la cuestión
Seguramente muchos hemos escuchado sobre la baja tasa de natalidad en nuestro país, la cual ha disminuido dramáticamente (en 2017 se registraron 219.186 nacimientos en el país, un 5,4% menos que el año anterior, según el INE). Hoy las parejas prefieren postergar el ser padres por un sinnúmero de factores. Pero hay otros grupos etarios que también se hace presente en este escenario y son el de las mujeres profesionales que están llegando a los 40 años o han sobrepasado esa edad, que no tienen pareja, pero que quieren ser madres y las que claramente no quieren serlo. ¿Por qué se dan ambos fenómenos?
Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, la edad media de las mujeres al tener su primer hijo aumentó en 2,57 años entre 1972 y 2016. Fenómeno ha ido a la par de un alza en nacimientos del primer hijo cuyas madres tienen entre 25 y 39 años. Lo que constituye un panorama diametralmente opuesto a las generaciones de antes, que tenían su primer hijo a los veintitantos.
LA EVOLUCIÓN DE LA MUJER
Para el Dr. José Luis Lama, ginecobstetra y experto en sexualidad femenina, un hecho natural y biológico, asociado a femineidad, hoy en día se transforma en algo opcional, condicionado por variables culturales, sociales y económicas.
“Antes, las prioridades de la mujer eran: casarse, tener hijos, vivir en una linda casa y formar una familia feliz. Ahora son: lograr una educación superior, se independiente social y económicamente, viajar, etc. Por otro lado, el instinto maternal, si bien es cierto que es muy potente, existen restricciones que son condicionadas por experiencias pasadas, donde muchas mujeres vivieron situaciones ingratas y traspasaron sus miedos y temores a sus hijas y en casos extremos, padres que fueron abandonadores o violentos, creando en el inconsciente un castigo al árbol familiar, lo que conlleva a postergar la maternidad o a no desear tener hijos.
Además, con el avance de la medicina y el mejor estado biológico de las mujeres en el siglo 21, han contribuido a que la mujer confíe en que ser madre a edades más avanzadas podrá ser posible y con menos complicaciones que en décadas pasadas”, asevera el especialista.
¿Qué rol cumple el hombre en esta decisión?
Cada vez el varón influye menos en la decisión de tener hijos. Sin embargo, existen razones por las cuales los varones deciden posponer el tener hijos y que se pueden superponer a las razones que motivan a la mujer.
En el varón, el porcentaje en que fueron padres entre los 45 y 49 años aumento a 29 % entre el 2000 y el 2011 y entre los 40 y 44 años subió a un 6 %. Uno de cada 10 nacimientos corresponde a padres sobre los 40 años.
Las causas por las cuales los varones postergan su paternidad son fundamentalmente tres: Estudios, casados por segunda vez y respetar el deseo de su pareja de posponer la maternidad.
¿Qué tanto incide las relaciones de pareja inestables y las relaciones íntimas insatisfactorias?
Cuando una pareja tiene una relación armónica, basada en el amor, en el respeto y muchas veces también existiendo un trasfondo religioso, se consolida una estabilidad de pareja. Si a esto le agregamos una madurez en la relación, es la fórmula para que la mujer se sienta segura y opte por la maternidad, sin el miedo de quedar sola, sin el apoyo de su pareja al correr del tiempo y tener que enfrentar sola la crianza de sus hijos.
Ahora, si la relación íntima es insatisfactoria, la frecuencia de las relaciones sexuales disminuirá con la consiguiente disminución de los embarazos.
Hay que destacar que en muchas parejas, aun cuando la relación sexual sea muy satisfactoria, la frecuencia de las relaciones sexuales disminuye por un tema relacionado con el trabajo, el estrés laboral, el cansancio físico y mental, teniendo como consecuencia una disminución de los embarazos.
¿Qué consejo daría a las mujeres que quieren tener hijos después de los 40 años siendo solteras o sin pareja?
La ciencia avanza pero ineludiblemente el cuerpo envejece, lo que se asocia a una menor fertilidad y a un envejecimiento de los ovocitos.
Existen alternativas en Chile que van desde procedimientos simples cuando existe algún problema para embarazarse derivado de la disminución de fertilidad con la edad hasta la adopción.
Sin embargo, cada vez las mujeres están en mejores condiciones biológicas y la ciencia cada vez contribuye más a que la maternidad después de los 40 tenga el menor riesgo posible. Como consejo, mantener una vida saludable, una buena alimentación, ejercicios, buscar ayuda profesional antes de decidir un embarazo con el objeto de prepararla lo mejor posible para enfrentar la maternidad tardía.
“Mi hijo es mi compañero de aventuras” (testimonio)
Rosa Jiménez, oriunda de Los Ángeles, tiene actualmente 44 años. Si bien, compone una familia de 5 hermanos, la maternidad nunca fue un tema o una decisión clara en su vida. Obtuvo el título de Contador Auditor y luego decidió estudiar Ingeniería Comercial. Así, consiguió un trabajo estable y ya con mayor poder adquisitivo, comenzó a viajar y no quiso parar. De forma paralela, obtuvo su casa propia, la que mantuvo, pese a cambiarse de empleo a otros puntos del país.
Buscó estabilidad y por ello ser madre “nunca fue un objetivo, ni un fin”, reflexionó la profesional, quien explicó que “hay períodos en la vida en que te sientes más maternal, en que ves a un bebé y como que lo quieres, pero después pasas una época en que ni siquiera quieres que se acerque un niño”.
Sin proponérselo, fue madre a los 39 años y hoy cría sola a su hijo. Renunció a su empleo en al área privada y buscó un trabajo en el sistema público, para coordinar mejor sus tiempos y hacerse cargo. “Cuesta, pero es llevadero. Lo veo y siento que todo vale la pena”, aseguró.
Aunque es un tema asumido y la edad no forma parte de los cuestionamientos, Rosa teme que la brecha generacional, por la diferencia de años, ocasione problemas más adelante, como falta de confianza o distancia. Reconoce que la condición económica cambia, porque en gran medida los recursos son para él, así también la posibilidad de tener pareja “puertas adentro” se reduce al tener que compatibilizar su tiempo entre ser mamá y su trabajo, pero su hijo se convirtió en un compañero de aventuras, y eso compensa. Ya fueron juntos a México y Estados Unidos. Ahora planifican su próximo destino.
MATERNIDAD RESPONSABLE
La primera reflexión que hace el Dr. Muñoz, ginecobstetra y especialista en fertilidad, es que nuestra sociedad ha cambiado y esto también se percibe en la maternidad. Antes, las parejas tenían más hijos, hoy ser padres se planifica o lisa y llanamente, se posterga. “La mejor edad biológica para embarazarse fluctúa entre los 18 y 20 años, edad que socialmente no es la más adecuada”.
La cigüeña no espera
En este punto el Dr. Muñoz hace una aclaración importante. “La mujer debe saber que la capacidad fértil no es siempre la misma. Hay tres momentos en los cuales esta disminuye y, por ende, las posibilidades de embarazarse son menores, lo que ocurre a los 34, 37 y 43 años. Esto se debe a que la cantidad de óvulos es finita, por lo cual es recomendable embarazarse por primera vez, antes de los 34 años. Esta caída en el número de óvulos depende de diversos factores, tanto ambientales como hereditarios (antecedentes de menopausia precoz, por ejemplo). Tanto mujeres como hombres “suelen creer que serán fértiles más tiempo de lo que en realidad son”, afirma el Dr. Muñoz y agrega: “De las parejas que consultan por problemas de fertilidad, en mi consulta, el 20 % de las mujeres tiene más de 38 años, edad en la que la reserva ovárica ya está disminuida”.
¿Cuáles son los riesgos?
Así como a los 40 años la posibilidad de embarazo espontáneo está reducida, la probabilidad de pérdida precoz, es decir, abortar antes de los tres meses, es mayor, alcanzando cifras de hasta un 50 % (entre los 20 y 37 años el riesgo es de un 20 %). Pasado este primer trimestre, la gestación tiende a cursar bien, pero pueden sobrevenir enfermedades como la diabetes, hipertensión y cáncer de mama, patologías que si bien es cierto son de baja frecuencia en general, aumentan su prevalencia a mayor edad de la madre. Por otro lado, también está el riesgo para los bebés de tener Síndrome de Down (1 a 3 %) entre los 40 y 43 años (0,05 % en mujeres de 20 años). Por todo lo anterior, se cataloga como un embarazo de alto riesgo, el que se minimiza con un adecuado manejo y cuidado. Una de las alternativas que se ofrece a las parejas y madres, es congelar los óvulos, (cuanto más joven la mujer, mejor, 37 años es la edad más usual).
¿Cuál es el camino a seguir para ser madre sobre los 40?
Hay que ser conscientes que la maternidad es algo que no tiene vuelta atrás. El embarazo nunca debe ser por capricho. Por eso invitamos a las parejas o mujeres solas, de más de 40 años, que quieran ser madres, a que consulten y se asesoren para evaluar las diferentes alternativas disponibles. Estas opciones son tratamientos de fertilidad de baja y alta complejidad, desde congelar óvulos, ovodonación, uso de semen de banco de espermatozoides, entre otros.
Costos
Estos tratamientos tienen un valor elevado (desde 2 a 9 millones de pesos, según las técnicas que se apliquen) y no son 100 % eficaces, ya que la chance de embarazo es de un 30 a 40 % por vez. La buena noticia es que en estos momentos, el sistema público ofrece tratamientos de fertilidad para parejas beneficiarias. De hecho, este año se aumentó al doble la oferta para pacientes de Fonasa y en el sistema privado recién, hace unas semanas, salieron los códigos para los tratamientos de alta complejidad, lo que obliga a las Isapres a ofrecer cobertura, la que debería llegar al 50 % o más, dependiendo del tipo de tratamiento, lo que es un gran avance. Para mujeres solas los beneficios previsionales van más lento, pero en un plazo no muy largo tendrán las mismas posibilidades”, manifiesta.
“HAY QUE AVANZAR HACIA EL RESPETO DE LAS DECISIONES DE LAS MUJERES”
María José Caroca, psicóloga linarense, se refiere a las razones por las cuales algunas mujeres han decidido ser madres después de los 40. “Es importante considerar que existen parámetros etarios para la maternidad, los que se han ido modificando con los avances médicos. Hasta hace unas décadas se hablaba de que era riesgoso ser madre después de los 35 años, pero actualmente se cuenta con condiciones que permiten con mayor facilidad, una gestación y parto después de los 40 años. Esto ha permitido que las mujeres podamos considerar una mayor amplitud en el rango etario para ser madre, lo que se ha flexibilizado y en ocasiones se ha puesto en un lugar posterior en la lista de prioridades para el desarrollo personal.
Por tanto, el estar más empoderadas con el ámbito laboral, académico, personal, junto con la mayor amplitud del rango etario en que es posible tener un embarazo, ha facilitado que las mujeres pensemos en las posibilidades de ser madres a los 40 años o más”.
¿Existe psicológicamente el instinto materno?
El instinto materno es una característica del tipo biológica que se nos ha atribuido a las mujeres, como si fuera un gen incorporado en el ADN femenino, asumiendo que de este instinto se desprenden una serie de actitudes y conductas propias de las mujeres, especialmente en relación a los niños y las niñas, conductas de mayor pasividad, la orientación hacia el hogar y el cuidado de los demás. Sin embargo, no existe un gen como tal, sino más bien construcciones socioculturales que definen ciertos roles y atribuciones que se le realizan a cada género. Es lo que llamamos roles de género, y el instinto materno no es más que una más de las atribuciones que se realizan al rol de mujer.
¿Por qué también se produce el fenómeno inverso, mujeres que definitivamente no quieren ser madres?
Tiene que ver con experiencias individuales que son difíciles de asociar directamente con algún factor específico. Puede que existan mujeres que no quieran tener hijos por una razón en especial. Puede que otras no logren definir por qué, pero que simplemente sientan que no quieren ser madres. Puede que haya mujeres que les encante compartir con niños y niñas y no querer ser madres. No existen explicaciones lineales, sino una conjunción de factores que llevan a las personas a tomar determinadas decisiones, entre ello que las mujeres decidan o no ser madres.
Es importante destacar que socialmente esto ha sido más validado en el último tiempo, pese a que dentro de todas las posibilidades, creo que es la opción que recibe mayores cuestionamientos. Aún es fuerte la creencia del instinto maternal, o la creencia de que una mujer no está completa hasta que es madre. Por lo que aún para las mujeres es más fácil lidiar con una respuesta del tipo “no quiero ser madre todavía” versus a responder “no quiero tener hijos”, frente a lo que considero que es importante avanzar hacia el respeto y la validación de la diversidad de opinión y de opciones de vida.
¿Cómo proyectas el tema en nuestra sociedad?
Considero que es relevante que se continúe avanzando en cuanto a la concepción de la maternidad como una decisión que además es personal, más que como una obligación biológica evolutiva.
Testimonio desde la psicología
Pero el querer ser madre en edad madura puede tener diversos matices. Es lo que explica la psicóloga chillaneja Paula Bustos (41), quien además nos da su testimonio, no quiere ser madre biológica, pero sí tiene es sus planes el serlo a través de la adopción.
“Creo que uno de los factores incidentes es que las mujeres se dedican a crecer profesionalmente que les brinde estabilidad y les permita tener una maternidad más tranquila. Podemos ver a mujeres que deciden primero dedicarse a estudiar, viajar, para luego de cumplir ciertas metas dedicarse a la crianza. Por otro lado, he visto mujeres que no han logrado establecerse adecuadamente con una pareja lo que ha hecho postergar la maternidad en la búsqueda del ideal de familia. Y desde una mirada personal, hay mujeres que simplemente han decidido, como yo, repensar el concepto de maternidad, relegándolo a un segundo plano, y ser consciente que en la situación de desear ser madres existen más opciones como el ser familia de acogida y la adopción. Al menos en mi caso, la maternidad no es un tema en mi vida, lo encuentro totalmente aburrido, de mucho sacrificio para restarme de la libertad que me ofrece el mundo. No me pienso con hijos propios al menos”.
¿Por qué decidiste no ser madre biológica?
He tomado la decisión por varias razones, desde la más sencilla porque simplemente no estoy dispuesta a sacrificarme al nivel que se requiere para traer a un niño o niña a este mundo. Otra razón porque creo que es más interesante no ser madre y entregar una propuesta de vida distinta que me permita desarrollarme en todos los aspectos de mi vida. Además, creo en la adopción, si en caso que me surja el deseo de tener un hijo o hija quiero adoptar, hay demasiados niños y niñas que están en situación de abandono que necesitan un hogar y me encantaría ser una alternativa, no es algo que deseo a corto plazo, pero sí espero en algún minuto concretar este deseo.
¿Has sentido crítica de tu entorno familiar y de amistades?
Nunca me he sentido criticada hasta el momento, siento que tampoco es un tema para mi familia cercana y lejana, tal vez, porque cada vez hay más mujeres que postergan este proyecto. Además, mis padres nunca me inculcaron que el camino ideal o correcto era tener una familia.