Héroes del fuego
Disciplina, técnica, audacia y una labor voluntaria
Son las 03.30 horas y suena la sirena en la ciudad, muchos se encuentran durmiendo, pero hay otros que se alistan para recurrir a la emergencia. Se trata de los bomberos y bomberas, quienes, en una labor desinteresada, cumplen un papel fundamental. Es por esta razón que este reportaje da cuenta de tres historias de héroes, como los identificamos nosotros, ya que ellos no se califican así, del fuego.
El inicio de este nuevo año comenzó en llamas. La Dirección Regional de ONEMI Maule reportó, hasta el 17 de marzo 2019, 17 personas damnificadas, cuatro viviendas destruidas y 17 personas lesionadas en la comuna de Pencahue y tres personas lesionadas en Longaví, todo esto a raíz de los incendios forestales.
En la Región de Ñuble la realidad no fue diferente. Hasta esa fecha también 17 personas fueron damnificadas, cuatro lesionadas y seis viviendas destruidas en Coelemu, además de cuatro lesionadas en Chillán, mientras que en la Región del Biobío se encontraron seis viviendas destruidas de Nacimiento, Cañete y Mulchén, 18 personas lesionadas y cuatro personas damnificadas.
A modo general, el Centro Nacional de Alerta Temprana, de acuerdo a la información técnica proporcionada por CONAF, comunicó que, hasta el día domingo 17 de marzo, a nivel nacional se registraron un total de 66 incendios forestales. Un hecho lamentable, aún más cuando en la página web de CONAF se afirma que “el origen de los incendios, recae en la acción humana”.
Es así como, en cada una de estas emergencias, aparece la figura humana que apaga las llamas e incluso arriesga su vida, se trata de los bomberos y las bomberas, quienes voluntariamente cumplen un rol fundamental. Con este contexto, en Nos Magazine quisimos retratarlos, saber quiénes son, qué los motivó a seguir este camino y cuál emergencia los marcó más, para conocer a la persona detrás del traje de Nomex.
Comandante Cristian Rojas, Talca
Con tan solo 13 años de edad, Cristian Rojas partió como cadete en la institución de Bomberos de Chile. Su interés comenzó cuando tenía cinco años y vio un incendio al lado de su casa: “Uno cuando es niño quiere ayudar, pero tus padres no te dejan por la edad, yo vi cuando llegaron los bomberos, hicieron su trabajo y evitaron que se quemara nuestra casa, esa labor me motivó a querer servir a la comunidad”, comenta.
Fue así como, de esos típicos domingos cuando iba junto a su madre a misa, se encontró con el aniversario de la Cuarta Compañía de Bomberos de Talca y divisó a niños bomberos: “Yo le pregunté a mi mamá qué hacían ellos y ella me contó que eran los cadetes. Ingenuamente fui a preguntar y me indicaron que debía ir acompañado de un padrino que fuera bombero para entrar, yo en ese tiempo no conocía a ninguno, así que le pedí a mi mamá que me buscara alguno”.
Afortunadamente, a media cuadra de la casa del actual comandante Cristian Rojas, vivía Felipe Carreño, bombero tercerino y excomandante por muchos años. Él lo llevó a la Cuarta Compañía de Bomberos y logró ingresar. Sus funciones principales eran conocer la historia del Cuerpo de Bomberos, la ética bomberil, aprender sobre formación de escuela de desfile y estudiar la teoría del fuego, todo para preparar a esta semilla que brotó a los 18 años, siendo bombero profesional.
De esta forma, ya son 23 años cumpliendo esta labor voluntaria, de la cual en seis ha sido elegido democráticamente como comandante. Con toda esta trayectoria, hay un evento que él no olvida: “La experiencia más complicada para mí es cuando tengo que hacer maniobras donde están involucrados los niños. Una vez llegamos a una vivienda, estábamos en la etapa de remoción y nos encontramos con dos niños de 6 o 7 años detrás de una puerta, eso fue muy chocante, uno se da cuenta que la vida es sumamente frágil”.
Acerca de cómo separar las emociones con la labor, el comandante señala que existe un trabajo denominado Psicología de Emergencia, la cual consiste en realizar una pequeña reunión después de ir al suceso y liberar las emociones. Una reflexión que debe hacer cada vez que asiste a un lugar, como por ejemplo, cuando se vio encerrado junto a su esposa, quien también es bombera, en los incendios forestales, producto del fuego.
Además de ser comandante de Talca, instructor de la academia nacional y con especialización en rescate urbano, Cristian Rojas trabaja en el Ministerio de Obras Públicas como conductor y es padre de cinco hijos.
¿Qué significa para usted ser bombero?
“Yo me emociono mucho con esta labor, para mí es parte de lo que yo he podido dar en esta vida y para ser un buen ciudadano. Hay que sentirse muy orgulloso de ser bombero, sobre todo porque somos voluntarios”.
Comandante Gustavo De La Fuente, Chillán
“Comencé siendo bombero a los 17 años en la Primera Compañía por un tema familiar, luego por motivo de estudios renuncié y, posteriormente, me reintegré a las filas de la Tercera Compañía a los 20 años. Tengo un tío que es capitán honorario y para mí siempre fue como la imagen del bombero o superhéroe, lo veía corriendo cuando había una emergencia o en los desfiles, eso me llamó la atención”, menciona el comandante chillanejo Gustavo De La Fuente.
Es así como inició un camino del cual se especializó en áreas como incendio en altura, rescate vehicular y urbano, esta última orientada a las catástrofes naturales: “Al principio obviamente la adrenalina era un tema que había que tratar de controlar. Hoy cada vez que voy a la emergencia me preparo previamente en el trayecto en cómo ayudar”, cuenta.
Durante su vida como bombero nos menciona que se deben pasar pruebas que son bastante fuertes, fue el caso de un accidente que asistió hace aproximadamente siete años en el enlace Pablo Neruda. Se trataba de un volcamiento de un bus donde fallecieron 17 personas, muchos de ellos menores de edad, ese suceso dice que le marcó y recuerda hasta hoy.
También lo fueron los incendios forestales en 2017, donde se vio “apurado”, como dicen los bomberos: “Estuvimos en varias situaciones complejas, yo siendo comandante muchos dirán ‘pero, ¿por qué el comandante estaba ahí?’ Soy de esas personas que si voy a ser líder, tengo que estar con la gente”, un cargo que asumió hace dos años y este año asume por otros dos periodos más.
Pero detrás de este cargo, Gustavo De La Fuente es funcionario de la Universidad del Bío-Bío, está a cargo de todos los recintos deportivos del campus, y también es padre de dos niños, uno de 8 y otro de 4 años, quienes vibran con los bomberos, al igual que su papá, que define la actividad bomberil como una verdadera pasión.
¿Cree que los bomberos deberían ser remunerados?
“No”.
¿Por qué?
“El bombero tiene que tener pasión, esta linda labor debe ser desinteresada, nosotros no buscamos pago monetario ni regalos. Para nosotros el ‘gracias’ de la persona que ayudamos nos llena y nos deja más que satisfechos. Sí estoy a favor que el Gobierno se haga cargo de los gastos que incurre el Cuerpo de Bomberos, hoy tenemos subvenciones, pero son muy insuficientes para lo que nosotros realizamos”.
Comandante Raúl Márquez, Los Ángeles
“Yo, Raúl Márquez Marnich, juro y prometo, por mi honor y fe de bombero, ante el estandarte con la enseña de mi Patria, respetar y acatar los reglamentos de mi compañía y del cuerpo, aun a costa de mi vida si fuere necesario”, fueron las palabras que pronunció y juró el actual comandante Raúl Márquez cuando decidió, hace 21 años, ingresar al Cuerpo de Bomberos de Los Ángeles.
Con 31 años de edad, el comandante hizo un cambio radical en su vida en cómo hacer servicio público. Durante su juventud participó como dirigente estudiantil, posteriormente fue dirigente político de un partido y también precandidato a diputado en un distrito. Pero poco a poco la actividad comenzó a desencantarle por la forma que algunas personas estaban haciendo política: “No tengo nada en contra de la política, de hecho la respeto mucho, pero hay quienes la ensucian”, aclara.
Pero su rol social es grande, lo que lo motivó a ingresar a la Compañía de Bomberos: “Pude desarrollar este espíritu de servicio público que es anónimo, y es que uno puede estar al lado de un conocido y esa persona ni siquiera te podrá identificar cuando uno está con la máscara, casco, guantes, casaca, pantalón, esclavina y botas. Esta forma de brindar ayuda en el anonimato es mucho más llenadora”, dice.
Desde su ingreso se encontró con los valores cívicos de los bomberos: la democracia, el respeto y aprender a ser tolerante. “En una mesa usted puede tener sentado un médico, abogado, ingeniero, lustrabotas, barrendero y entre todos votamos para elegir al comandante, superintendente, vicesuperintendente, secretario general, capitán, a los tenientes, todos se eligen”, señala, y añade que “uno sabe que este año soy comandante, pero tengo muy claro que puedo ser el próximo año el último de la fila y eso es increíble”.
Respecto a su actual rol operativo, indica que en 2009 fue comandante, luego entre 2014 a 2016 volvió a ejercer el cargo, en 2017 asumió debido a la renuncia del anterior comandante, y por el periodo 2018-2019 también sigue en este papel, que tiene como principales funciones dirigir, coordinar y velar por los recursos que se usan en una emergencia.
Pero detrás de este hombre de casco y traje, Raúl Márquez de profesión es abogado, es papá de cuatro hijos, uno de ellos voluntario de la Sexta Compañía de Bomberos, y es abuelo de dos nietas. “Para cualquier profesional que ingresa a nuestra institución significa un gran sacrificio, ya que uno debe cumplir con ambos roles”, detalla.
Y con el mismo nivel de descripción recuerda en una oportunidad haber dicho “de la que me salvé…”, fue cuando hizo un rescate de personas en el Salto del Laja, quienes habían caído al agua, el comandante tuvo que atravesar de una orilla a otra y resbaló en unas piedras.
Mientras que una anécdota que no olvida fue un día de lluvia en Los Ángeles: “Nos dieron el aviso que en un canal al sur de la ciudad había caído un perrito, en ese tiempo como compañía estábamos recién desarrollando lo que era rescate integral y no teníamos la experiencia de rescate de agua, pero sí teníamos trajes con tallas de casi XS, ninguno de los voluntarios podía entrar a ese traje, salvo quien habla, el problema es que no sabía nadar”.
Aun así, el comandante Raúl Márquez ingresó al agua, hizo un rastreo pero no logró con el paradero de la mascota, se trataba de una pitanza, y al no saber nadar, el comandante hoy reflexiona y dice con seguridad que “la adrenalina por rescatar al perrito llevó a que tomara una decisión muy poco acertada”. Pero tiene su fundamento, y es que para él ser bombero es entrega, sacrificio, acción desinteresada y servicio público desinteresado.
Como cuando tuvo que asistir un accidente vehicular en la Av. Las Industrias, donde un camión chocó de frente con otro camión, uno de ellos llevaba una familia compuesta por tres personas que falleció producto del impacto. O cuando fue a un incendio en una población donde fallecieron cerca de siete personas, entre ellos menores de edad: “Lo que más me impactó fue que lamentablemente fallecieron porque vivían con barrotes, todos los resguardos para sentirse seguros. A veces los seres inocentes deben recurrir a protegerse porque la sociedad ha invertido los papeles”.
¿Usted como bombero se siente un héroe?
“No, creo que no. Pienso que la palabra héroe está designada para aquellas personas que hacen una actividad, desarrollan un hecho o una acción que merece el reconocimiento, porque aun cuando él mide las consecuencias, toma una decisión de hacer algo que ponga en peligro su vida, ese para mí es un héroe. Uno cuando está en bomberos está cumpliendo con un deber de servicio público”.
Una pasión compartida
La labor que cumplen los Bomberos de Chile es de pura vocación, nadie lo niega. Un servicio que cumplen los comandantes Cristian Rojas, Gustavo De La Fuente y Raúl Márquez, bomberos que decidieron aportar al país y a su región apagando incendios, rescatando accidentes vehiculares, ayudando en desastres naturales y tantas labores más.
En estas tres regiones coinciden que sean tres comandantes hombres, pero las mujeres también están presentes, donde el número de voluntarias ha crecido con el tiempo. En el caso de Talca 56 son mujeres, en Chillán corresponden a alrededor de 60 voluntarias y en Los Ángeles son 40. De hecho, las bomberas chillanejas son bicampeonas nacionales de la competencia “Desafío Bomberos de Chile”, quienes se unen en esta pasión compartida.
TALCA | LOS ÁNGELES | CHILLÁN |
9 compañías
422 bomberos 16 llamados diarios aprox. |
9 compañías
450 voluntarios 3 llamados diarios aprox. |
7 compañías
450 bomberos aprox. 3 a 5 llamados diarios aprox. |