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Adolescentes de hoy

Crecer con amor

Ya nada es igual que antes. Todo cambia y por supuesto nuestros adolescentes, esos que aún creemos niños, están experimentando una serie de cambios, no solo físicos y psicológicos, sino que conductuales que los llevan a interactuar de diferente forma entre ellos y con la sociedad. ¿Cómo es el adolescente actual?, ¿cuáles son sus intereses?, ¿qué piensan de las relaciones sentimentales y sexuales?, ¿cómo conviven con el tema de las drogas? Ellos tienen la palabra.

El lado teen desconocido

Marco es un “frienzonero” (lo que se conoce como amigo con ventaja) tal y como lo reconoce. No falta el fin de semana cuando se queda solo, mientras sus padres salen, para invitar a alguna “amiga” a tener un momento a solas. Ese es el comienzo hasta que los dos se dejan llevar y comienzan a “incursionar”. “Además estamos en plena época de ‘experimento’, por lo que hacerlo con una amiga es como un símbolo de cercanía y confianza”. Así comienza su relato este joven de 15 años, estudiante de un colegio tradicional de Chillán quien no tiene reparos en contarnos su historia, con la excepción de que nada lo identifique directamente ya que teme que sus padres se enteren de algunas cosas. “Es mejor que me sigan viendo como un “nanay” (niño bueno), pero le puedo asegurar que a esta edad está todo pasando, pero en mi caso con responsabilidad y conciencia”, nos aclara.
Carolina con 16 años, pronta a egresar del colegio, se siente atípica, ya que aun cuando sabe que existe la promiscuidad sexual, el abuso del alcohol y las drogas en la juventud, ella ha optado por tener una vida ordenada ya que sueña con ser profesional y no tener problemas con cosas que le pudieran desviar de su objetivo. “Soy una joven tranquila que siempre ha tenido una estrecha comunicación con sus padres, por lo que tengo claro lo bueno y malo que puede suceder en esta etapa de la vida”. Su grupo de amigos, con los que se comunica a través de las redes sociales, es más o menos de su misma sintonía, aunque reconoce que hay excepciones. “En las fiestas una debe cuidarse sola porque hay de todo y se ve de todo. Por eso yo voy solo a algunas, ya que no me gusta la distorsión”.

Universo adolescente

Sara Reyes, asistente social y diplomada en abuso sexual, así como en familia y resiliencia, con experiencia en el área de tratar con jóvenes adolescentes, nos indicó que hay que establecer un paralelo entre la generación del siglo XXI y las generaciones anteriores, ya que antes los adolescentes vivían en una época donde se mantenía un contacto más estrecho dentro de los componentes de la familia. “Se respiraba ese calor de hogar, lo que es clave a la hora de entregar y fomentar valores positivos que sean la base del desarrollo de los jóvenes”, afirma.
Actualmente, la profesional visualiza una sociedad más apática, donde la agresividad y la violencia están presentes en todas partes, y en un amplio porcentaje dentro de los mismos hogares. “Haciendo un análisis profundo, podemos decir que todo comenzó en la década de los ochenta cuando la mujer se insertó en el ámbito laboral y el hombre no logró asimilar este cambio, donde ambos trabajan y destinan menos tiempo de calidad a la crianza de los hijos. Es por ello que el concepto de familia ha ido mutando y los adolescentes, independiente de su condición socioeconómica, han ido recibiendo un vínculo afectivo-comunicacional más débil con los padres. De esta forma, hoy tenemos tres tipos de adolescentes bien definidos, aunque con características transversales a la vez: el que cuenta con más posibilidades económicas y vive inmerso en un mundo más material para compensar sus carencias afectivas, el adolescente medio que tiene menos recursos y cuyo crecimiento está dado en base al esfuerzo y el adolescente vulnerable que está expuesto a situaciones negativas desde lo económico y la calidad de vida”, detalla.

Características de la nueva juventud

• Desde el punto de vista neurológico los jóvenes aún no cuentan con la madurez para planificar su vida.
• Normalizan las relaciones sexuales tan pronto alcanzan la madurez física sin mucha responsabilidad e información.
• Se comunican más con sus pares lo que hace que copien modelos de comportamientos y normalicen muchas cosas que pueden generar peligro en su salud como el alcohol y las drogas.
• Son más individualistas pero a la vez establecen sus grupos, sobre todo en base a las redes sociales y aplicaciones tecnológicas.
• Muchas veces soportan violencia psicológica y física con sus parejas por ese afán de aferrarse a quien, según ellos, “los acoge”, aunque estén siendo víctimas de maltrato.
• Se preocupan por la apariencia física para mostrarse y validarse frente a sus grupos sociales.
• Son los llamados generación on – off. Sienten al mundo como algo instantáneo y rápido.

¿Cómo ser mejores padres?

• Entregar mayor afecto en base a acciones, lo que generará lazos de confianza. La idea es que estos se puedan seguir fortaleciendo inclusive en etapas adultas.
• Fomentar la autoestima y la valoración propia, ya que ese es el primer paso para desarrollar adultos equilibrados emocionalmente que sean capaces de generar y mantener relaciones socio-afectivas saludables.
• Establecer límites entre ser padre y ser amigo, ya que es importante no dejar nunca de ser una figura de autoridad cercana y con ternura.
• Conversar con ellos para que exterioricen lo que les sucede. Esto es una consecuencia de la confianza trabajada desde la infancia. Siempre será positivo que nuestros hijos nos digan lo que les sucede, qué temas les preocupan o interesan, qué situaciones les desagradan. Todo eso con la mayor apertura, aceptando críticas y contribuyendo a que la relación padre-hijo sea cada vez más transparente y cercana.
• Fijarse en las relaciones de amistad y amorosas que establecen nuestros hijos a través de las redes sociales, haciéndoles ver siempre que la verdadera forma de cultivar una buena relación es cara a cara.
• Darse cuenta que los niños crecen y debemos estar creciendo con ellos en todas las etapas. Esto quiere decir que nuestro vínculo y trato hacia ellos siempre debe ser acorde a su edad, respetando sus espacios y fomentando su independencia emocional.
• No idealizar las familias y reconocer las crisis como una instancia a superar para solucionarlas y fortalecer al grupo familiar.
• Frente a problemáticas graves es recomendable la ayuda de profesionales psicólogos y trabajadores sociales para conducir los conflictos entre padres e hijos con el fin de llegar a una buena resolución.

El hechizo de la tecnología

Según un estudio reciente realizado por una universidad chilena, un 28,5 % de los jóvenes se toma y publica en Internet fotografías y videos que tienen alguna connotación de tipo sexual. Y un 16 % lo hace abiertamente en ropa interior.
Un fenómeno en constante ascendencia que tiene sus comienzos en los fotologs o blogs donde los adolescentes descubrieron la posibilidad que tenían de expresar sus emociones o canalizar sus intereses sobre temas que están presentes en esta etapa de la vida como son la sexualidad, los afectos, la pertenencia, entre otros.
Claro que también estas nuevas plataformas virtuales han dado paso a exposiciones psicoemocionales riesgosas o definitivamente peligrosas que tienen su ejemplo en el ciberbullying, el grooming o actualmente en el sexting, donde los jóvenes comparten abiertamente una sexualidad sin límites a través de conversaciones, imágenes o videos íntimos, lo que da pie para amenazas, extorsiones, venganzas, etc. Asimismo, gran parte de este material es guardado en “aplicaciones fantasmas” que son apps que tienen la apariencia de aplicaciones normales pero que no son más que bóvedas secretas a las que se ingresa con una contraseña.
Muchos de los adolescentes conocen a la perfección todas las aplicaciones que van saliendo al mercado y en sus smartphones logran crear todo un mundo cibernético que los hace dependientes y verdaderos “esclavos”, por cuanto lo primero que hacen al despertar es ver su celular y, en promedio, navegan no menos de dos horas al día.
Pero ¿cuáles son las redes sociales más importantes para los jóvenes? La delantera la llevan WhatsApp, Instagram, Facebook, Snapchat y Twitter, por medio de las que comparten “su vida” con los demás, subiendo fotos y videos de todo lo que realizan en cada jornada. El mismo estudio señaló que un 44 % de los jóvenes utilizan la cámara de su celular por lo menos una vez al día y el 76 % de las fotos son compartidas en redes sociales.

Escáner psicológico

Desde la psicología se entiende la adolescencia como parte de un ciclo vital que se constituye por cada una de las etapas de crecimiento: lactancia, primera infancia, segunda infancia, preadolescencia y adolescencia. Según la psicóloga Daniela Guzmán, “hace algunas décadas la adolescencia no existía y tú pasabas de ser niño a ser adulto, lo que quiere decir que la adolescencia es una construcción cultural. Por ejemplo, en la actualidad, cuando decimos que los adolescentes están madurando antes tiene que ver con la forma en que la sociedad ha ido modificándose. Somos una sociedad muy acelerada que sexualiza a los niños desde temprana edad, eso lo podemos apreciar en la publicidad y en la proliferación de instancias como concursos de belleza para menores”, asevera.
Por lo anterior, la psicóloga indica que ‘adultizamos’ a los niños y eso sucede también con los adolescentes. Además, está el factor del acceso a las nuevas tecnologías con la posibilidad de tener mayor conocimiento sobre un universo de temas, mucho más que los que tuvieron los padres.
“Como padres debemos entender que la adolescencia es una etapa de transición. Según la psicología del desarrollo el desafío normativo más importante de los adolescentes tiene que ver con la progresión hacia la autonomía e independencia (adultez), considerando también su nivel cognitivo más avanzado y abstracto, aquí los jóvenes comienzan una diferenciación con el grupo primario (familia) y los padres ya no son los referentes más inmediatos. Por ejemplo, se puede dar el cuestionamiento a situaciones base de la familia como la religión, la política o reflejarse en la búsqueda del propio estilo y de su identidad”, dice la profesional.

Exploración sexual

En este campo, la experimentación es la forma que los adolescentes van descubriendo su propia sexualidad. Frente a eso, es necesario que los padres asimilen que la exploración no es un fenómeno negativo, sino todo lo contrario. “Es una instancia positiva en tanto sea resguardada y preventiva, ahí tiene un rol fundamental la familia y las instituciones educativas. La educación sexual debe ser amplia, abierta y responsable para que el adolescente no solo tenga las herramientas necesarias para practicar una sexualidad sana, sino también para descubrir su orientación sexual o identidad de género, sin ser patologizados como trastornos. Además, hay que considerar, según indicadores, que las enfermedades de transmisión sexual (entre ellas el VIH) han aumentado en los adolescentes porque no son conscientes de muchas cosas, lo que los lleva a exponerse y colocar en riesgo su salud y su vida. Reitero la importancia de la educación abierta, sin el acervo machista que impera en nuestra sociedad, ya que eso conlleva también comportamientos violentos hacia la mujer”, indica.

Pautas de crianza y competencias parentales

Son habilidades que los padres adquieren en la crianza y existen tres formas de ellas:
• Padres laissez faire: Que tiene que ver con criar al libre albedrío, donde los padres son permisivos y no tienen control, lo que genera que el aprendizaje del hijo sea a través del ensayo y el error. Los padres no ponen límites ni advierten las consecuencias, sino que el adolescente experimenta y se equivoca corriendo riesgos como las drogas, el alcohol, las dificultades para asumir compromisos, lo que finalmente se agudiza en la adultez. Por eso es importante que los padres generen vínculos seguros a través de una crianza respetuosa.
• Padres autoritarios: Cuya dinámica familiar se define a través de normas impuestas, muy estrictas, estructuradas y poco flexibles, donde no existe el espacio al diálogo. Esto genera adolescentes sometidos que carecen de habilidades sociales para negociar lo que no les parece o que transgredan constantemente las normas.
• Padres democráticos: Es cuando los padres colocan límites a través de normas establecidas y consensuadas. El valor del diálogo es fundamental lo que permite una relación padre-hijo más fluida y estrecha, por cuanto existe una comunicación abierta.

Como padres debemos estar conscientes de que este universo adolescente que vivimos en la actualidad es una instancia para estar más atentos y cerca en la crianza de nuestros hijos. Ellos nos necesitan e independiente de que hoy se muestren más “maduros” que antes, recuerda que tus enseñanzas, consejos y amor durarán para toda la vida y serán la base para que alcancen su realización personal.

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