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“NUNCA ES TARDE PARA CUMPLIR LOS SUEÑOS”

Román Cárdenas Zúñiga, Ingeniero en Administración de Empresas

100 % magallánico, feliz y orgulloso de ser de la ciudad de Puerto Natales, Román, mientras nos cuenta su vida, deja al descubierto ese brillo en los ojos que solo tienen los soñadores, los que se atreven a perseguir y concretar esas metas de vida que brindan una total plenitud al ser humano. Sin ir más lejos, él mismo se define como “un soñador desde siempre”, que ha ido cumpliendo con cada desafío emprendido, siempre con la ayuda de su familia de origen (padres y hermanos), así como con la bella familia que formó junto a Carolina Rodríguez, una profesional chillaneja con quien fueron padres del pequeño Martín Alonso de 1 año y medio. “Ellos son mi gran soporte emocional para superarme día a día”.

Román contagia simpatía, es un hombre de 38 años, reflexivo, solidario y profesional que aún guarda en su corazón ese niño que en la lejanía de la Patagonia Magallánica, en la ciudad de Puerto Natales, soñaba con ser un jugador profesional de fútbol, con nieve, frío o haciendo frente a diversos sacrificios que tuvo que hacer para dar cada paso. “Estoy muy agradecido por todos los valores y principios que me han entregado mi familia, gracias a todos ellos me he convertido en un hombre feliz, capaz de sacar lecciones tanto de las situaciones positivas como negativas que se van presentando”, dice con energía.

SUEÑOS EN EL FIN DEL MUNDO

El solo mencionar la palabra recuerdos, hace que Román se emocione. Nos dice que inmediatamente se le vienen a la mente sus padres, Román (un crack por todo lo que se entregó por sus hijos) y América (una mujer luchadora que nos legó su fuerza interna), sus hermanos Angelina y Luis (cercanos y grandes personas que admiro mucho), y su abuelita “Isha” (de quien recibí sabiduría y amor). Guarda silencio un momento y luego destaca la infancia vivida. “Tuve una infancia súper tierna y cálida, crecí con una familia maravillosa en un entorno natural de una belleza sobrecogedora en un ambiente tranquilo”, afirma y agrega “allá a todos les llamábamos tíos y tías, lo que refleja la unión que existía entre las familias. Cada momento que tuve en mi infancia en Puerto Natales y que disfruté al máximo, se convirtieron sin duda en los más preciados recuerdos”.

Su papá está dedicado al rubro turístico en lo concerniente a las mantenciones de la maquinaria generadora de electricidad en las Torres del Paine y del transporte terrestre y marítimo que llega a la zona de Punta Arenas. Su madre hoy está vinculada a emprendimientos personales y sus hermanos, Angelina al área ejecutiva y Luis al rubro deportivo.

¿Dónde estudiaste?  

En la Escuela Bernardo O’Higgins E-1 de Puerto Natales que era una escuela muy popular en esos años, donde cultivé grandes amistades que se han mantenido en el tiempo. Además, siempre me destaqué en notas y en el deporte (fútbol). Me encantaba jugar con los demás niños, había un sentido de compartir único, ya que en esa época (ochentas) recién había llegado la televisión y se hacía una vida sana y natural. La enseñanza media la realice en el Instituto Don Bosco de Punta Arenas gracias a mis logros deportivos, los que se acrecentaron al participar en torneos nacionales e internacionales. Además, tuve el apoyo de grandes profesores.

¿Qué anécdotas puedes compartir con nosotros?

Hay muchas, por ejemplo, fui de los niños que creció con vientos de 120 kilómetros por hora, me tocó el terremoto blanco del año 1995 cuando estaba en octavo básico y la nieve tenía más de 2 metros de altura y no se podía salir de las casas o cuando salía a jugar a la pelota en short y polera con -5 grados. 

Román se sonríe y complementa “si volviera el tiempo atrás, haría todo igual, porque con sacrificios y todo, la vida no estaba contaminada, éramos gente muy cercana y con un alto grado de empatía por los demás. ¿Cómo olvidar que al término de cada partido tomábamos Coca-Cola mientras comíamos pan?, ¡un clásico!, todo en un sector muy popular en Puerto Natales llamado Chile Nuevo”.

Como decías, imaginamos que fue un tiempo donde se forjaron buenos amigos

Sí, conservo muchos amigos de esos años, sería injusto nombrar alguno en particular, porque todos de alguna manera me han entregado una amistad sincera y duradera, a pesar que por razones laborales se han radicado en Santiago o fuera del país, aunque hay algunos que aún hacen patria en mi querido Puerto Natales.

ROMANZINHO

Pero ese sueño de ser futbolista fue acrecentándose en la mente del Román niño. Además debido a que toda su familia siempre fue muy futbolera. “En todas las selecciones comunales o regionales tenía algún tío o primo. Y como no recordar a mi querido papá que también fue futbolista, le decían el “Pata de Huascazo” por lo fuerte que le pegaba a la pelota o a mi primer gran manager, mi abuelo, el que me conseguía zapatos de fútbol o canilleras hechas de medias de lana de oveja (lanza una carcajada). A eso hay que sumar que mi primer entrenador fue mi tío Pedro Zúñiga o que el entrenador que más me marcó fue Mario Anticevic, por eso el ‘bichito’ de jugar a la pelota fue algo que siempre estuvo presente y me prometí intentar ser profesional. Fue así como en la infancia jugué en el club Esmeralda de Puerto Natales, después estuve en dos clubes populares en Punta Arenas, el Club Sokol y el Club Deportivo  Chile. Luego pasé a Deportes La Serena y Deportes Talcahuano (Naval) en Segunda División, la cual fue mi etapa de mayor relevancia como jugador.

También participé en muchos clubes de Futsal, que era muy popular en magallanes, teniendo la oportunidad de participar en campeonatos destacados nacionales y en el extranjero”, indica con alegría.  

¿En qué momento hiciste un stop y comenzaste a pensar en los estudios?

Fue cuando tenía 23 años. Después de mucho reflexionar comencé a pensar en los estudios como una alternativa válida de vida, lo que hizo alejarme del fútbol, ya que sueños y realidad no iban de la mano en ese entonces.

Estudié Técnico en Administración en el Instituto Santo Tomás de Concepción, Ingeniería en Administración de Empresas en la Universidad Diego Portales y realicé un Diplomado en Gestión de Operaciones en Eclass de la Universidad Adolfo Ibáñez, pero nunca me desligue del deporte como aficionado, por ejemplo, hacía tablas de estadísticas lo que hoy es importante para el deporte profesional porque entrega un análisis profundo en base a datos concretos. Por ahí va el camino que quiero seguir en la actualidad.

¿Cómo siguió tu trayectoria laboral?

Mi primera experiencia fue en Brasil. Me fui durante un año a través de contactos con el Cónsul en Porto Alegre y trabajé como administrativo, lo que me sirvió para ganar experiencia.

Por eso, de vuelta en Chile, me contacté con personas que conocía como un expresidente de un club deportivo que había sido gerente de una minera, quien me ayudó a entrar al Grupo CGE en un cargo importante y de proyección como Supervisor de Atención Clientes de la empresa en Concepción. Ahí surgió un concurso que invitaba a la creación de proyectos innovadores para la compañía eléctrica con el objetivo de obtener recursos. Junto a unos colegas participamos con la Tarjeta Contigo, una manera de vender productos masivos a través de la boleta de consumo y ganamos. Eso me permitió junto a un colega a ser encargado de abrir puntos de venta dentro de los Centro de Pago en Talca, Chillán, Concepción y Temuco. El éxito de la idea trajo como consecuencia asumir la fuerza de venta en todo Chile. Estuve viajando de Arica Punta Arenas como Supervisor de Zona hasta que vino el Terremoto en 2010. Eso me llevo a asumir un cargo de mucha responsabilidad como hacerme cargo de toda la zona costera de la Región del Maule, asumiendo labores de contingencia lo que me ayudó a consolidarme como profesional.

¿Qué se vino después?

En CGE creamos un proyecto que era muy importante Asociar los seguros complementarios a un bajo costo con una entrega de garantías para el cliente bastante importante. Fue un proyecto que asumí y cuando se vendió CGE Distribución fueron eliminados todos estos tipos de proyectos, pero el Grupo Santa María de los Ángeles, que era el socio estratégico que teníamos para llevar en adelante el tema de los seguros, me hicieron una oferta para trabajar con ellos con el fin de presentar mi idea en otras compañías eléctricas que estaban muy interesadas. Estuve dos años y medio pero por la cantidad de viajes que tenía que hacer, entre Temuco y Coyhaique, durante mi jornada laboral se me hacía difícil viajar a ver a mi familia a Chillán, por lo que decidí buscar nuevos desafíos laborales, además eso se juntó con un problema de salud que tuvo mi señora.

Busqué trabajo en Chillán, asistí a dos entrevistas en empresas de Retail, pero en una me dijeron que tenía mucho currículum y en otra, luego de haberlo modificado, me señalaron que me faltaba experiencia en la parte de jefatura.

Así llegue a SOSER en 2018, que es una empresa encargada del  Programa de Alimentación Escolar (PAE), para jardines, hogares, escuelas y liceos de varias regiones. Al principio, trabajé en la zona de Parral-Cauquenes y posteriormente en Concepción como Jefe de Implementación, Mantención, Multas y Biométrico del Biobío.

De mi actual empresa soy un eterno agradecido, me cuidó en lo personal de la pandemia entregándome muchas posibilidades (principalmente teletrabajo), además se preocupó de cuidar su capital humano en las diferentes áreas y que el modelo proyectado funcione a pesar de la contingencia, entregando principalmente valor a la cadena de suministro y al control de sus procesos. En esta empresa, sin duda, no hubo temor a los cambios por la pandemia porque hubo una correcta planificación y diversos planes de acción para cumplir dentro del sistema PAE (Programa de Alimentación Escolar). Me gustaría destacar a mi jefatura Sr. Sergio Contreras, quien en momentos difíciles de salud tuvo la empatía, apoyo y cercanía que necesité, y en lo profesional me ha entregado herramientas de persistencia, generosidad, capacidad de análisis y de toma de decisiones, claves para mi aprendizaje.

Hoy me siento muy feliz y realizado laboralmente, pero tras una enfermedad que tuve entre 2018 y 2019, me replanteé muchas cosas, entre ellas, la posibilidad de retomar ese sueño de infancia y concretarlo.

Tu esposa debe ser clave en estos nuevos desafíos, ¿cómo se conocieron?

Con Carolina nos conocimos en 2007 en el ámbito laboral (ambos trabajábamos en CGE), comenzamos a salir como amigos y nos enamoramos. Es una chillaneja que llenó mi corazón y con la cual creamos nuestro propio universo de amor.  Ha sido un camino creciendo juntos, por ejemplo, nos costó ser padres porque le dedicamos mucho tiempo a nuestros estudios y trabajos. Lo que se sumó a problemas de salud de ella y míos; además teníamos presión por parte de nuestro entorno y por parte de nosotros mismos. Cuando ya estábamos perdiendo la esperanza llegó Martín Alonso, y nuestra felicidad fue completa.  

Juntos hemos pasado situaciones muy difíciles, pero nuestro amor ha sabido unirnos en los momentos más complicados y nos ha dado mayor fortaleza. Ella ha sido una mujer maravillosa con la cual he caminado tomado de la mano, recibiendo mucho apoyo incondicional. Estoy muy enamorado y reconozco que al lado mío está la mejor mujer con la que podría estar, lo que me pone muy orgulloso. Además nos apasionamos con las mismas cosas, por ejemplo, salir y tener contacto con la naturaleza, hacer trekking, ir al estadio, entre otras cosas.

RENACE EL SUEÑO

Luego de sus complicaciones de salud, Román hizo profundas reflexiones sobre mi vida y sacó del baúl de los sueños, uno que atesora junto al corazón,  el ser un futbolista, aunque por circunstancias lógicas de la vida canalizándolo en la pasión por el deporte, específicamente el fútbol, a través de diferentes estudios que le pudieran dar la posibilidad, el día de mañana, de trabajar en ese ámbito que tanto le gusta.

“Yo no le tengo miedo al fracaso, quería dar un giro de 180 grados y salir de mi zona de confort. Sé que es un sueño en el cual tengo que ir quemando etapas. Por eso conversé con muchas personas vinculadas al mundo del fútbol, tanto en Chile como en el exterior, y me di cuenta que había un nicho que no estaba bien cubierto en nuestro país. Eso fue lo que me instó a estudiar durante 2020: Master en Análisis Táctico – Scouting en Afopro; Analista de Fútbol – Barca Innovation Hub; Máster en Director Deportivo en Afopro; Cursos Marketing y Patrocinios en Análisis Deportivo; Formación de la Integridad en FIFA; Introducción Dirección Deportiva y Estructura Cuerpo Técnico en  UPSoccer y un Diplomado en Gestión Deportiva en Conmebol (que inicio en febrero). Todos con profesores altamente preparados que trabajan en clubes profesionales”.

¿A quiénes agradeces por la etapa que están viviendo?

En esta etapa de preparación, estudio y toma de conocimientos para el gran salto que quiero dar, debo agradecer enormemente a una persona que de manera desinteresada me ayudó, orientó y evaluó mi proceso, el Sr. Pedro Gutiérrez (DT y Analista de Palestino Divisiones Menores), también hago mención al Sr. Reinerio Márquez (DT chileno que trabaja en Ecuador y Centroamérica), quien me proporcionó mucha información y me acogió muy gentilmente en grupos de trabajo. Con respecto a la transición y los diversos consejos que he recibido desde un inicio para encaminar el proceso, soy un agradecido de todo el feedback, consejos y apoyo entregado por mis amigos Sr. Renato Ramos (Jefe Técnico en Palestino) y Sr. Alexis Viera (Ex Ñublense, actual DT en Colombia), además de los tips e información que recibo gentilmente de quienes he considerado mis mentores y ejemplos a seguir por su gran trabajo como la Sra. Patricia Rodríguez (Ceo Elche y VicePresidenta de La Liga Española), Sr. Ricardo Pombo (Analista Técnico y de Desempeño de la Selección Femenina Brasil), Michele Kanitz (Analista de Desempeño de la Selección Femenina de Ecuador) y de quien admiré como jugador, ahora como profesional y sin duda como una excelente persona, el Sr. Clarence Acuña (Gerente Técnico Conmebol), quien además me ayudó a aterrizar las ideas, enfocar mis sueños con la realidad y abrir potenciales caminos en base al aprendizaje, un tipazo sin ninguna duda.

 

¿Con quiénes te reflejas en el ámbito deportivo-dirigencial?

A quienes sigo, de quienes he leído sus prácticas y formas de trabajo, así como  también sus logros y esfuerzos son: Sr. Ramón Rodríguez (Monchi, actual Director Deportivo del Sevilla) y Sr. Víctor Orta (actual Director Deportivo del Leeds). En el medio nacional, por toda la gestión que lleva y porque no solo son triunfos deportivos los que la UC ha acumulado, sino también en marketing, redes sociales, comunicación, contrataciones, finanzas, etc., sería un honor aprender del Sr. Juan Pablo Pareja (Gerente General de la UC).

¿Cómo evalúas el campo laboral?

Es amplio y podría trabajar tanto aquí en Chile como en el extranjero. La idea mía es profesionalizarme y mi primer gran anhelo seria llegar a trabajar en la Universidad de Concepción, club del cual soy 100 % hincha; también otra alternativa puede el Club Ñublense, ambas son instituciones serias. La idea es presentar mis proyectos en relación a las divisiones menores, al fútbol femenino, entre otros temas, que sean un aporte al desarrollo de esta disciplina deportiva que tanto quiero. Más tarde quizás me gustaría trabajar en la ANFP y en la Conmebol. Mi pasión no tiene límites.

¿Cuál es tu proyección y qué mensaje les dejarías a jóvenes y, sobre todo, a los adultos que aún no concretan esos sueños de vida?

Este cambio con un objetivo ligado al Deporte (Fútbol) me ha generado un sin fin de sensaciones, pero principalmente de felicidad absoluta porque en este 2020 y lo que se viene en 2021, espero poder prepararme, estudiar y, quién sabe, poder insertarme en el mundo hermoso del fútbol o en trabajar desde cero en un gran proyecto deportivo, donde pueda aportar mi experiencia en el mundo privado con los conocimientos que estoy adquiriendo en el análisis, dirección y gestión deportiva, y sin duda dar ese salto que tanto añoro.

Es por eso que quiero enviarles un saludo afectuoso y agradecimiento por estar incondicionalmente a nuestra familia chillaneja Rodríguez-Mora; Alarcón-Rodríguez y Pérez-Rodríguez. Así como a mi familia magallánica Cárdenas-Zúñiga; Oporto-Cárdenas; Zúñiga-Ibarra y Zúñiga-Zúñiga, y a toda nuestra inmensa familia chilota Cárdenas-Galindo.

Como mensaje decir que uno puede fracasar una, otra y otra vez, pero nunca hay que dejar de soñar y colocarse metas, que la lejanía, que los tiempos, que los espacios, que la gente, que nada ni nadie les quite la posibilidad de ser felices, que no haya miedo al fracaso, porque nunca será tarde para preguntarnos que si lo que hacemos hoy, nos acercará al lugar que queremos estar mañana, seamos felices y tengamos fe en que los sueños se cumplen cuando se los entregas a Dios.

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