Mónica Jiménez Salas, gerente administración y finanzas Clínica Chillán “Soy una mujer valiente que se ha reinventado muchas veces”
Con cuatro hijos que son su prioridad y su gran amor, esta profesional, contador auditor, se define como una mujer alegre, positiva, sincera y que le encanta el contacto humano con las personas. A través de la conversación que tuvimos con Mónica fuimos descubriendo a la mujer valiente, empática, graciosa y con una fuerza a toda prueba que ha sabido enfrentar los altos y bajos de la vida, los que siempre le dan dejado grandes enseñanzas. Hoy, recién llegada a Chillán por motivos laborales, nos contó sobre su vida, sus sueños y sus desafíos.
“Soy una mujer que se ha reinventado muchas veces. Esto porque en mi vida he pasado por diferentes situaciones que me han entregado lecciones profundas”, asegura Mónica Jiménez, gerente de administración y finanzas de Clínica Chillán, quien confiesa que en su profesión, a pesar de estar rodeada de números, no olvida el lado humano de lo que significa la interacción con personas. Por eso una de sus grandes motivaciones es conocer y estar cerca de los 34 funcionarios que están a su cargo, comprendiendo sus potencialidades e instándolos a desarrollarlas al máximo.
Cuéntanos sobre tu infancia
Nací en una familia bastante tradicional de la comuna de San Miguel, vivía en una casona antigua, recuerdo que por sus corredores podía andar en patines o en bicicleta. Fui muy feliz en aquella época. Mi familia estaba compuesta por mis padres (Pedro y Adela) y un hermano con el cual tengo una gran diferencia de edad. Soy la “conchito”, por eso me crié muy regalona, sobre todo de mi papá, quien era un hombre muy jovial, activo, culto y sociable; con él salía a todas partes, por ejemplo, recuerdo los viajes a la playa Matanzas en la sexta región, donde practicaba surf. Teníamos un vínculo muy especial ya que era un hombre carismático y esforzado; en cuanto a mi mamá, ella era más bien introvertida, pero era una mujer muy inteligente y trabajaba en una empresa de sastrería donde muchas veces la acompañaba.
A ellos los perdí prematuramente y como mi hermano ya estaba grande y tenía su vida, comencé a vivir con familiares lo que fue un cambio muy drástico. De tener todo el amor, contención y calor de hogar pasé a tener que adaptarme a otro escenario completamente distinto, lo que me hizo vivir una etapa de rebeldía. Fue muy duro y a partir de ahí aprendí varias cosas, principalmente que de todo se debe sacar una lección positiva, tener una facilidad al cambio y ser adecuada con las personas desde el punto de vista emocional, tanto en mi parte personal como profesional. Hoy digo lo que me molesta pero de buena manera, me relajé mucho más y empecé a desarrollar el entendimiento de las personas.
¿Quiénes componen tu familia actual?
Tengo 4 hijos; Claudio (18) que entró a estudiar en la Escuela Militar, Josefa (10), Felipe (8) y Agustín (5). Somos muy unidos, más ahora que recién llegamos a Chillán. Los amo profundamente y disfruto con cada uno de sus logros. Soy una agradecida de la vida. Por ejemplo, el más pequeño nació con una enfermedad cardiaca que gracias a Dios ha mejorado contra todo pronóstico. Eso me da mucha felicidad.
¿Por qué elegiste estudiar Contador Auditor?
Tenía familiares que habían estudiado esa carrera, además que siempre fui buena para las matemáticas y tenía talento para negociar. De hecho tuve mi propia empresa. Se llamaba ASECON y era del rubro de la construcción, donde me fue muy bien y aprendí con esto a tener la visión global de una organización.
Cuéntanos sobre tu trayectoria laboral
He aprendido de muchas personas que supieron guiarme y enseñarme. Fue muy importante tener siempre la pasión y la fuerza interior para querer lo que se hace.
Hice mi práctica en Endesa, una empresa de Enersis, y luego entré a trabajar como jefe de administración en una empresa del mundo de los vinos a los 23 años. Recuerdo que cuando postulé, dije en la entrevista a todo que sí, por recomendación de una persona amiga, quien era jefa de recursos humanos de Enersis además de esposa del presidente de la Organización Internacional del Vino y obtuve el puesto. Claro que al mes mi jefa directa que se iba a jubilar se dio cuenta que había muchas cosas que no sabía y se enojó. Fue ahí donde le dije que necesitaba el trabajo y le pedí que me enseñara, incluso le ofrecí mi sueldo. Ella al principio no aceptó pero durante el día optó por enseñarme en horas extraordinarias, sin tener que entregarle mi sueldo, jajajaja. Estuve 8 años en esa empresa.
Luego trabajé un par de años en recursos humanos en una empresa de ingeniería en construcción, ahí aprendí mucho sobre la equidad en recursos humanos, cómo crear un mejor clima laboral y cómo cultivar el lado humano de una compañía. Eso fue muy enriquecedor. Posteriormente, trabajé 6 años con una empresa exportadora de vinos como jefe de administración y finanzas, donde aprendí de exportación y comercio exterior, mientras paralelamente asesoraba empresas que exportaban sus productos y tuve mi propia empresa de construcción como ya comenté.
¿Cómo se dio el llegar a Clínica Chillán?
Cuando mi hijo enfermó fue un muy duro, perdí contacto con mucha gente ya que me dediqué exclusivamente a él y disminuí mi dedicación a la empresa. Cuando ya estuvo mejor comencé a postular y supe de este cargo disponible en Clínica Chillán. Inmediatamente lo vi como una oportunidad de cambio en general y no me equivoqué. A mis hijos les hizo muy bien, tienen buenos amigos, la vida es mucho más tranquila y tenemos más tiempo para estar juntos. A lo que todavía no me acostumbro es al frío (sonríe).
Lo único que extraño son las amigas, aunque igual tenemos contacto permanente, y salir a correr por el tema de la contaminación.
¿Cómo describirías a los chillanejos y a la ciudad?
Las personas aquí son cordiales y la ciudad es acogedora, hay más seguridad y me he encontrado con jóvenes profesionales de gran capacidad y talento. La verdad Chillán es un lugar magnífico para vivir.
¿Cómo has logrado mantener tus amistades?, ¿has hecho alguna en este corto tiempo?
Amistades aún no, porque estoy en un proceso de adaptación personal y laboral. Con mis amigas de Santiago tenemos un grupo de WhatsApp donde nos comunicamos y siempre me siento acompañada por ellas. Cada una tiene su personalidad, ¡yo soy la chistosa del grupo! Sí me da nostalgia cuando se juntan y envían fotos, pero creo que poco a poco iré cultivando ese tema aquí en Chillán.
¿En qué crees?
Creo en Dios, creo en las oportunidades, en que no hay mal que por bien no venga, en que en cada cosa hay algo positivo. Recuerdo que viví un tiempo en San Pedro de Atacama y profundicé mi lado místico. Siempre buscando respuestas a cosas que me sucedían, pero hoy estoy convencida de que el tiempo es el que brinda esas respuestas. Las cosas siempre pasan por algo mejor. La felicidad se descubre… por eso, me despierto todas las mañanas con música, me da energía y así mis hijos también se levantan contentos.
Música, lectura y película favorita
Me encanta David Bowie, AC/DC, U2, Peter Gabriel, me gusta bailar salsa, viajar al Caribe. En cuanto a lectura me gustan las biografías de crecimiento personal; me reflejo mucho en esas personas que con esfuerzo y voluntad salen adelante; en relación al cine, la verdad es que veo series, ahora sigo la serie “Outlander” de Netflix y documentales, pero no soy de televisión. También me encanta cocinar y comer… es una de mis debilidades (sonríe).
¿A quién admiras?
Admiro a Jesús y su legado. Creo en el respeto y la sinceridad en las relaciones humanas. Es muy importante colocarse en el lugar del otro para desarrollarse internamente, por eso soy muy cristiana. También admiro las ideas de Richard Branson y David Fischman.
Eres una mujer sensible, ¿cómo canalizas tus emociones?
En mi adolescencia escribí poesía y pinté, lo que sucede es que soy muy intensa y apasionada en cada aspecto de la vida. Actualmente me gusta mucho la fotografía y tengo pendiente hacer un curso. Mis temas siempre han sido autorreferenciales, sobre lo que me sucedía. Mis experiencias y mis emociones las he canalizado de esas maneras.
¿Qué te emociona?
Cuando veo gente pasando un mal momento y siento su desesperación es fuerte. Me refleja, me llega mucho porque pienso que en ese estado no se puede pensar ni decidir con claridad. Esto porque soy una persona muy resiliente con una fuerza interior que la trabajo día a día. Lo importante es que cuando se pase por esos momentos, tener el convencimiento de que nada es tan terrible en la vida y todo es posible de subsanar.
¿Qué te da rabia?
La injusticia, la inequidad, la falta de argumentos. No me gustan las personas individualistas, presas de un criterio egoísta, que no logran conectar con el sentir de los demás.
¿Racional o pasional?
Fui muy pasional e impulsiva en mi vida personal. Por ejemplo, en mis 2 matrimonios, cuando tenía 21 y 30 años. Ahora con la madurez que tengo he equilibrado tanto lo pasional como lo racional para todos los aspectos de mi vida.
¿Estás dispuesta a la formar pareja nuevamente?
Por ahora no, quiero estar con mis hijos, viajar… si viene más adelante bienvenido, lo importante es el complemento para llevarse bien. El tiempo no es calidad y lo esencial es saber alimentar la relación permanentemente y ser honesta con los sentimientos. No soy partidaria de las relaciones solo por compañía. El corazón debe primar ante todo.
¿Cuáles son tus virtudes y tus defectos?
Soy honesta, valiente, frontal, pienso que de lo contrario es engañarse a sí mismo. En cuanto a los defectos, quizás en ocasiones soy demasiado exigente con las personas en todo sentido de la palabra.
¿Con qué Pecado Capital te identificas?
Con la gula y la vanidad. Ambas cosas de la mano (confiesa entre risas). Me gusta cuidarme en lo físico y en la alimentación, pero todo tiene una raíz en la salud. Recuerdo que tuve una parálisis facial por un tema de estrés y ahí fue cuando me di cuenta que hay que preocuparse de uno mismo. Es una vanidad saludable.
¿Cuáles son tus desafíos laborales y sueños personales?
Permanecer en la clínica, me encantó este rubro de salud y todas las aristas desde el punto de vista de administración. Sin duda que hay mucho por aprender y por entregar. Quiero seguir desarrollándome.
En cuanto a los sueños personales, seguir viendo a mi Agustín completamente sano, a mi Claudio realizado con la carrera que optó en la Escuela Militar y en general a todos mis hijos felices y sanos. Ellos son lo primordial en mi vida.