
El pasado es un yugo muy grande para quién no es capaz de reconciliarse con él.
Hiere, pesa, encadena, y esclaviza. Merma la autoestima, debilitando nuestra voluntad.
El pasado se roba muchas veces la alegría del presente. Quitándonos la posibilidad de creer que si es posible un mejor futuro.
El pasado tiene la capacidad de cortarles y mutilarles los sueños a muchas personas que son víctimas de experiencias traumáticas o dolorosas, o bien creencias limitantes que son heredadas. Paradigmas que han sido parte de una estructura familiar. Traspasando aquella carga emocional por generaciones.
Personas que no han sabido aceptar el dolor, abrazarlo, digerirlo y dejarlo ir.
Reconciliarnos con nuestra propia historia es fundamental para poder avanzar en post de nuestros sueños.
Nuestro pasado no es modificable. Los hechos son hechos. Rotundos y contundentes hechos.
Nuestras experiencias son únicas. Querámoslo o no es nuestra historia. No podemos renegar de ella. Irá con nosotros donde quiera que vayamos.
Una persona que no hace una reflexión sobre su propia historia aceptándola como es, vivirá eternamente herido, insatisfecho escapando de ella.
Convirtiéndose en un rehén del pasado.
Las personas que no son capaces de modificar sus acciones cometerán los mismos errores u experiencias una y otra vez. Porque no son conscientes de lo que les impide el progreso. No han trabajado en sus limitaciones, dolores, o carencias. En entender el origen que creó un conflicto, experiencia o trauma.
Repetiremos la misma historia cientos de veces ya que son nuestros patrones los que no han cambiado. De manera sistemática realizamos una y otra vez las mismas acciones obteniendo el mismo resultado.
Observarnos con honestidad es el primer paso para entender el pasado y aprender de él.
La toma de conciencia es primordial para generar un cambio real en nuestras vidas.
Quien no observa su error, Nunca será consciente de él. Por tanto no podrá modificarlo. Vivirá de manera automática de error tras error y le echará la culpa a Dios, al destino, a las energías, al mal de ojo, de todos sus pesares y limitaciones. Sin darse cuenta que el creador de aquella experiencia es uno mismo.
Cuando no somos conscientes, estamos ignorantes frente al origen de nuestro conflicto. No podremos tener la voluntad suficiente para modificar aquello que nos perjudica, limita o condiciona. No podemos modificar y resolver aquello que nos negamos a ver.
La voluntad y disciplina son determinantes para generar un cambio significativo en nuestras vidas.
El pasado no se puede desconocer. Puedes mentirle a todo el mundo, menos a ti mismo.
Consciente o inconscientemente hemos sido los protagonistas de cada una de nuestras acciones que se han transformado en experiencias.
Muchas veces esa carga emocional no es propia. No nos pertenece en absoluto, pero emocionalmente nos pesa y limita. Condiciona nuestra autonomía y libertad de acción.
Reconciliarnos y aceptar las cosas como son el el acto m´pas inteligente que puedes hacer.
Recoger las enseñanzas y lecciones de aquella experiencia, capitalizándola en sabiduría para nuestro presente y futuro.
Para aquello se requiere tiempo dedicado a nosotros mismos.
Nada bueno es inmediato. Las lecciones que provienen del aprendizaje de nuestras propias experiencias se ven reflejadas después de un tiempo de observación y análisis respecto de lo que hemos vivido.
El pasado puede ser tu mejor maestro si eres inteligente.
No todo es malo, hay mucho que rescatar.
No podemos permitir que nuestro pasado nos condicione, limite, o corte nuestras alas para volar.
El pasado es el pasado. No debes cargar con nada que no te corresponda.
Y lo que te corresponda, hazte cargo, aprende y suelta.
Que sea esa cadena que nos impida emprender vuelo, soñar, independizarnos hacer cosas nuevas,
No permitas que tu pasado o el de los demás, condicione tu presente y determinando tu futuro.
Una mala experiencia es solo una mala experiencia.
Fuerte es aquél que sabe lidiar con su dolor y sobreponerse a él-
Hay muchas personas que después de un evento traumático se encierran. Quedan presas del dolor, del odio, resentimiento, desolación.
No siguen soñando porque alguien no creyó en ellos, no intentan rehacer sus vidas porque tuvieron un fracaso anterior, no persiguen un objetivo en la vida porque un día sus intentos no prosperaron
Se quedan con el sabor de la maña experiencia y la transforman en una sentencia.
Siendo que las experiencias son solo experiencias.
Nadie, absolutamente nadie tiene el poder de destruirte la vida.
Ya sea con una crítica destructiva, por envidia, por celos, por ignorancia, por negligencia.
Las personas hacen cosas todo el tiempo. Hay personas que se encargan de cortarle las alas a otros… descalificarlos, ignorarlos, perjudicarlos, o envenenarlos con sus propias limitaciones y creencias.
Es parte de su infelicidad propagar más infelicidad.
Nosotros mismos somos los protagonistas de boicotear nuestros planes constantemente.
Nadie, absolutamente nadie tiene el poder de destruir tus sueños y cortar tus alas… Solo tú tienes ese poder permitiéndolo.
No boicotees tu autoestima y voluntad con tu exceso de crítica y falta de confianza.
La culpa no ayuda en nada. Debes aprender a reconciliarte contigo mismo y con tu pasado.
Tú eres el creador de tu vida. Si tú crees en ti. No necesitas que nadie más crea en ti.
Todos tenemos la capacidad de crear un mejor futuro con disciplina y voluntad
No dejes que el pasado condicione tu presente y determine tu futuro.
Tienes la capacidad y responsabilidad de cambiar tu propia historia.
Te invito al cambio.