Reportajes

Un símbolo personal. La cultura del Tattoo

Porque quieren rememorar a un ser querido o una situación que marcó sus vidas, porque solo les gustó un diseño o porque quieren cubrir una imperfección o parte del cuerpo… las razones para llevar un tatuaje pueden ser muchas y muy distintas según la persona. Eso sí, todos deben tener claro que es una decisión indeleble.

Si antes eran considerados para grupos transgresores, rebeldes e incluso estigmatizados como delincuentes, hoy los tatuajes han quebrado todas las barreras y cambiado el paradigma de muchas personas, pues la visión ha dado un vuelco en 180 grados, cada vez son más aceptados y muchos optan por llevar marcas de tinta en su piel.

LUZ BOGGIE, 56 AÑOS

“Si bien cuando era más joven nunca me llamó la atención hacerme un tatuaje, los encontraba bonitos pero no estaba en mis planes tener uno. Sin embargo, a los 52 años me hice mi primer tatuaje y ya tengo otros cuatro en diferentes partes del cuerpo”, expresó Luz, quien con orgullo muestra las imágenes que lleva plasmadas en la piel.

Para muchas personas los tatuajes representan un antes y un después en sus vidas, y así fue para Luz. Tras vivir un periodo de cambios y lograr reinventarse, decidió no olvidar nunca la fuerza que tuvo y lo plasmó en un recuerdo especial.

“Pensé que ya tenía 52 años, había cosas que todavía no había hecho y dije ‘me haré un tatuaje’. Ahora, llevo una flor de loto en mi brazo por su significado, ya que florece a pesar de las imperfecciones de su entorno, a pesar de estar en agua y barro. Me vi reflejada en ella, decidí salir adelante, no dejarme vencer y pese a las adversidades florecí, como la flor de loto. Para recordar ese episodio, quise estamparlo en mí y cada vez que la vea no olvidar ese momento”.

¿Por qué decidiste hacerte otros?

“Después te gusta tanto que decides hacerte otro, ya que los demás que tengo son porque me quedó gustando. Mi segundo tatuaje es una flecha en la espalda que me la hice junto a mi hija, ambas tenemos la misma. El tercero fue en la pierna, tenía un lunar que no me gustaba así que decidí taparlo con una flor y el signo del infinito. El cuarto es el símbolo del pez cristiano, ya que representa mi pensamiento religioso. Y finalmente, el último que me hice fue en un lugar más escondido que no lo puedo decir (sonríe)”.

En cuanto a lo que puedan pensar de ella sobre sus tatuajes, Luz tiene una opinión clara: “Muchas personas me dijeron que para qué me hice tatuajes, pero yo creo que es algo muy personal”.

MARINA JARA, 56 AÑOS

Marina Jara tiene en su muñeca una figura que para ella representa mucho, a los 50 años decidió hacerse su primer tatuaje. “Representan a mi familia. Es el signo del infinito que contiene las iniciales de mis hijos Diego, Pablo, Paulina y Priscila; y mi nieto, Rodrigo. Además, crea la imagen de una madre protegiéndolos”, indicó Marina.

¿Por qué quisiste tatuarte?

“Decidí hacerme este tatuaje porque es una imagen significativa y los ando trayendo en mi piel. Además, es una marca del amor que siento por ellos y la llevaré por siempre conmigo”.

JAVIER AGUIRRE, 26 AÑOS

Javier actualmente tiene cuatro tatuajes, diferentes diseños que comenzó a tatuarse desde los 19 años. “Siempre me llamó la atención los tatuajes, así que esperé tener la edad prudente para poder hacérmelos. La verdad es que duele, pero el resultado es satisfactorio, y con el trabajo terminado dan ganas de hacerse otro”, enfatizó.

En el brazo izquierdo lleva una guitarra, imagen que decidió, pues le gusta la música y toca dicho instrumento, este fue el primero de todos lo que se hizo.  “El segundo es una lechuza en acuarela. El tercero es un búho en la espalda desde el cuello hasta más debajo de la cintura, ese me lo hice en un evento, tiene un corazón en las garras, con las alas abiertas y es de hartos colores. Y el último es un cuervo, en el antebrazo derecho”, explicó Javier.

Para este joven todas las imágenes que lleva en la piel tienen un significado, pues el primero es por la música, la lechuza y el búho porque le gustan las aves nocturnas; y el último, el cuervo de su antebrazo refleja la continuidad de nuevas obras. “Es un proyecto que tengo sobre hacerme tatuajes de los cuentos de Edgar Allan Poe”, aclaró.

¿Te has sentido discriminado por llevarlos?

“En los trabajos que he tenido no me han puesto complicaciones, actualmente trabajo en un canal de televisión y no he tenido problemas. Sin embargo, sé que no en todos los lugares es así, llevándolo a la realidad local en Chile antiguamente estaba ese estigma de que los tatuajes lo tenían los delincuentes y gente que estuvo en la cárcel, pero poco a poco se han ido dejando atrás esos pensamientos, pero aún falta avanzar en no discriminar y ver la realidad de cada persona”.

ATRÁS LOS PREJUICIOS

Como los testimonios de Luz, Marina y Javier, cada vez son más las personas que se deciden por los tatuajes, aquellas marcas de tinta que de forma permanente se llevan en la piel, y pese a que actualmente existen técnicas para borrarlos, es concreto que, actualmente, ya no son tan mal vistos como hace algunas décadas, y así lo indicó la última encuesta Adimark:

  • 2 de cada 10 chilenos mayores de 15 años tiene por lo menos un tatuaje en el cuerpo, es decir, 17% de la población tiene un tatuaje.
  • El 13 % de los encuestados cree que los tatuajes hacen ver negativamente, sin embargo, está por debajo de la forma de hablar con un 41% o estar poco aseado con un 53%.
  • Las personas entre 65 a 74 años son el grupo etario más prejuicioso frente a los tatuajes.
  • El 8% cree que en Chile se discrimina por tener tatuajes.

CON LAS MANOS EN LA PIEL

LOURDES ÁLVAREZ, 29 AÑOS

“Por lo general, la gente me pide diseños de acuarela, es lo que más hago, así que si debo definir mi estilo actual es ese, junto con el sketch y un poco de animé”, así Lourdes Álvarez señaló qué es lo que más tatúa, un rubro al que se dedica de manera profesional desde hace tres años.

Ella partió como aprendiz en un estudio de Concepción, antes, ya había comprado su primera máquina para comenzar a practicar y le gustaba dibujar, “conjugaron diferentes cosas en mi vida, no fue que yo dijera un día ‘ya quiero ser tatuadora y lo seré’, sino que yo comencé a tatuarme, sentía que los que me hacían eran feos, creía que yo lo podía hacer mejor porque siempre me ha gustado dibujar”, explicó.

Actualmente, son muy amplias las formas en que se puede tatuar, pues existen diferentes técnicas, estilos y diversos diseños, rompiendo barreras poco a poco. Así lo ha comprobado Lourdes, pues hace un tiempo le pidieron desde Puerto Montt tatuar una prótesis: “La prótesis correspondía a una niña de 13 años que había perdido su brazo muy pequeña y por ello sufrió bullying. Entonces, ella quería que su prótesis llevara un tatuaje”, comentó.

Un trabajo que a Lourdes la sorprendió en una primera instancia, aunque “luego lo pensé y entendí que para esta niña su prótesis es parte de su cuerpo, por ende por qué no podría ser tatuada. Si bien no es piel, ella lo va a reconocer como el tatuaje de su brazo y mano”. A lo que agregó que “fue enriquecedor, por el hecho ayudar a alguien, poder mejorar su vida en cierto aspecto y apoyarla en salir del estigma que tenía y que le hicieran bullying, eso fue lo mejor”.

¿Cómo crees que ha cambiado el pensamiento frente a los tatuajes?

“El pensamiento ha ido evolucionando, cada vez es mayor la aceptación de los tatuajes, pero aún está súper arraigado, sobre todo en la gente adulta mayor, que los tatuajes son sinónimo de delincuencia, pero eso se da porque antiguamente los tatuajes comenzaron en los lugares más pobres o cárceles por eso se tiene ese mal concepto. Pero, sin duda el pensamiento está cambiando y me atrevería decir que por lo general en todas las familias, al menos, hay una persona tatuada”.

ERIK AGUIRRE, 28 AÑOS

Hace cerca de tres años que se dedica de manera profesional a tatuar. Para él, ser parte de la cultura del tattoo partió como una inquietud cuando estaba en el colegio, época en que existían diversas limitaciones, por ende, no fue hasta que terminó sus estudios universitarios de Diseño Gráfico, que evidenció que “había mucho más arte en los trabajos y desde ese punto yo dije ‘me quiero dedicar a esto de lleno’”.

En relación a su estilo, Erik explicó que estos años se ha dedicado a potenciarlo “es una mezcla de acuarela o watercolor, junto con el sketch que es una simulación de un dibujo. Me gusta mucho esa combinación porque es más humano. De las imperfecciones junto con los colores y trazos se logra una belleza y diseño único”.

Sobre sus trabajos, este tatuador enfatizó en que un buen tattoo se logra en complemento con el cliente. “La persona se contacta conmigo, me indica su idea de tatuaje y me trae alguna referencia o diseño; y por mi lado yo les sugiero mi estilo, es decir, en base a eso tratar de lograr lo que ellos desean”.

Desde su experiencia, Erik indicó que la gente “se tatúa mucho a sus mascotas, algo que me agrada mucho, me gustan esos tipos de tatuajes”.

Además, enfatizó en que le piden diseños relacionados al amor por la familia, símbolos, concepto de unión o nombres de personas.

¿Cómo defines la cultura del tatuaje?

“Antes, cuando yo era más chico los tatuajes no estaban tan en boga como ahora, la cantidad de tatuados era menor.

Hoy se ha expandido y cada vez más personas se quieren tatuar. También, ha quedado atrás el estigma del submundo e incluso canero que se le adjuntaba a los tatuajes, pues hoy se toma como una expresión corporal, muchas personas quieren lucir sus tatuajes y se ha dado un boom viéndolo como algo normal”.

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