Roberto Parada, propietario de Copramar y Hotel Parada Linares
UN LINARENSE DE TOMO Y LOMO
Roberto Parada es un hombre esforzado, quien durante muchos años se sacrificó para lograr lo que tiene: una empresa exportadora de frutas y verduras de las más importantes a nivel país y el primer hotel de lujo en Linares, todo gracias al apoyo de su familia. Hoy, a sus 72 años, observa lo que ha construido y reflexiona con emoción: “Misión cumplida”.
Llegamos al sector Las Toscas, ruta que une Linares y Yerbas Buenas, a Copramar, una empresa exportadora y procesadora de frutas y verduras con más de 30 años de experiencia en el mercado. Sus dependencias son de gran tamaño, adornadas por un bello prado verde y una cascada artificial acompañada de estatuas con figuras de aves. La idea es que cada cliente, nacional o extranjero, que llegue, recuerde esta empresa siempre.
Es una de las plantas de procesamiento más modernas de Latinoamérica y la revista Estrategia la posiciona como la tercera exportadora de IQF en Chile. Pero quien está detrás de esta empresa y también del Hotel Parada es Roberto Parada Rosales (72), quien accedió a esta entrevista para hablar de su vida, sus preferencias y mucho más.
Roberto nos recibe gentilmente en su oficina de Copramar, un espacio acogedor y con una linda decoración. Entre los objetos se destaca un cuadro pintado a mano de la conocida Catedral de San Ambrosio de Linares que lo deja en evidencia, se trata de un linarense de tomo y lomo.
¿Cómo transcurre su vida en Linares?
Estudié en la Escuela 3 (actual Liceo Técnico Diego Portales), después en el Instituto de Linares y luego me fui a Santiago a estudiar por un tiempo Geología, pero volví y me quedé para siempre, eso sí, la única vez que estuve fuera de esta ciudad fue cuando trabajé en ENAP (Empresa Nacional del Petróleo) en Punta Arenas, fue en el tiempo de la Unidad Popular.
¿Qué tal esa experiencia de vivir en el extremo sur?
Me fui por trabajo, en esa época era muy difícil trabajar y estuve tres años allá. Fue una buena experiencia, muy bonita, distinta, mucho viento (ríe).
Y luego volvió a Linares…
Sí, regresé a Linares y en ese momento decidí radicarme acá, y con mucho esfuerzo partí con Copramar, luego el Hotel Parada.
TODO ESFUERZO TIENE SU RECOMPENSA
Originalmente ubicada en Linares, Copramar es una empresa exportadora y procesadora de frutas y verduras, entre ellas están los hongos, moras IQF, espárragos congelados, frambuesas IQF y frutillas IQF. Hoy, está ubicada en Las Toscas, km. 7, camino a Yerbas Buenas.
Actualmente, Copramar exporta sus productos a casi todo el mundo y tiene 296 trabajadores: “Exportamos a Estados Unidos, Canadá, Europa… Inglaterra yo diría que es una de las pocas partes que no vendemos”, señala Roberto.
¿Cómo nace la idea de Copramar?
Cuando me independicé, trabajé en frutas y cada vez fui incorporando más, así comenzó Copramar. Primero, inicié con la compra de mora y hongos, productos que vendía a frigoríficos en Santiago, quienes congelaban y exportaban. Hasta que, por los años ochenta, empecé a armar un pequeño frigorífico y también a vender en el extranjero, eso me permitió ir creciendo, no fue rápido, las cosas tan a la rápida no se hacen.
¿Fue difícil emprender?
Sí, fue muy difícil por falta de dinero, eso de perder todas las mañanas en los bancos para saber si te podían ayudar fue un proceso bien complicado.
Una historia de sacrificio…
Así es, una historia de mucho sacrificio, muchos “sin sabores”, pasar malos ratos y mucho, pero mucho trabajo. Yo recuerdo que trabajaba día y noche, llegaba en las mañanas a dormir un poco y luego tenía que estar en el banco, era muy cansador, pero mi familia siempre me estuvo apoyando.
¿Qué cambios ha tenido la empresa con el tiempo, además de su expansión?
Ha habido una evolución muy grande, cuando partimos en el año 80’ nuestra capacidad era alrededor de 400 toneladas al año y ahora tenemos 15.000 toneladas al año. Nuestro fuerte es la frutilla, de la cual hacemos 3.000 toneladas, todos los berries, frambuesas, moras silvestres, moras cultivadas, uvas, de todo…
Y al ver usted Copramar, ¿qué siente?
Satisfacción, como una “misión cumplida”, me siento muy orgulloso en realidad.
De acuerdo a su opinión, ¿cuáles son los desafíos que la agricultura debe asumir?
Yo creo que la agricultura tiene que seguir con lo que ha hecho siempre, recordemos que la agricultura es alimento y los seres humanos son cada vez más, pero el alimento es más o menos el mismo, así que la agricultura siempre va a faltar. Entonces, pienso que los agricultores tienen que seguir innovando, tratando de hacer las cosas a menor costo y así obtendrán buenas ganancias.
Y luego construyó el Hotel Parada…
Sí, a principio de 2017 se abrió el hotel, pero su construcción comenzó tres años antes. Surgió porque los mismos clientes que venían a Copramar se quedaban en Talca o Chillán porque decían que no había un buen hotel acá, yo creo que ese fue el motivo que me dio la energía para hacerlo, y eso demuestra que en realidad soy muy linarense porque no me gustaba que no hubiera un hotel en Linares de calidad (ríe).
Hotel Parada Linares se ubica en el antiguo terreno de Copramar, a la entrada de la ciudad, y es un recinto de seis pisos, 68 habitaciones, en donde trabajan alrededor de 80 personas.
UNA FAMILIA UNIDA
Roberto Parada es casado con Carmen Gloria González, con quien lleva 32 años de matrimonio. De este amor, nacieron sus dos hijos: Patricio (32) y Belén (30), quienes son su mano derecha en administrar sus empresas, Copramar y Hotel Parada respectivamente.
Y es que entre todos se apoyan, como cuando sufrió de una neumonía hace cinco años que le ocasionó estar alrededor de un mes la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) en Santiago.
¿Cómo definiría a su familia?
Somos como todas las familias, nos llevamos muy bien, somos muy unidos, sobre todo cuando alguno de nosotros tiene algún problema.
¿Qué valores les inculcó a sus hijos?
Yo creo que los valores más importantes que traté de enseñarles a mis dos hijos fueron la libertad, ser felices y muy responsables.
¿Y qué legado emocional le gustaría dejar en ellos?
De lo emocional, yo diría que sean como son, buenas personas y que siempre sean correctos con quienes trabajen.
100 % Linarense
Al preguntarle a Roberto Parada si cree que es un enamorado de Linares, responde, sin pensarlo, que sí: “En realidad me gusta mucho Linares, creo que la zona es buena, como en todas partes hay que esforzarse, porque si uno se sacrifica le va bien, acá o en cualquier lugar”.
¿Qué lugares recomendaría de Linares?
El Cajón de Achibueno, que es precioso, un río de aguas transparentes y cristalinas, la verdad es que todas las aguas de acá son muy bonitas. Cajón de Vega Ancoa también, toda la precordillera es muy linda.
¿Cómo le gustaría ver esta ciudad?
Con más industrias grandes para que su gente en general viviera mejor y así hubiera más trabajo.
DETRÁS DEL EMPRESARIO
¿Cómo se define?
Como un hombre empeñoso, muy solidario y que quiere lo mejor para toda la gente.
¿Alguna vez se interesó por la política?
No, nunca. Porque creo que para ser político hay que ser un poquito “chueco” y yo he visto eso en los partidos. Me interesa la política, pero vista desde afuera, yo para la política no serviría, ni como alcalde ni a nivel nacional, eso sí, entiendo que tiene que existir, la política es el arte de gobernar.
¿Sus pasatiempos?
Antes me gustaba mucho la pesca y la caza, algo que no me enorgullece tanto pero antiguamente era diferente, ahora felizmente ya no lo practico.
¿Cuál es su filosofía de vida?
El esfuerzo en el trabajo, creo que no hay varitas mágicas para que a las personas les vaya bien o mal, yo creo que es una acumulación de puro esfuerzo.
¿Pasional o racional?
Pasional, simplemente porque le pongo más pasión que razón a las cosas.
¿Música favorita?
Me encanta Fredy Mercury, por ejemplo.
¿Y vio la película?
Sí, me gustó mucho, una muy buena película.
Por último, ¿qué consejo le brindaría a quienes desean a emprender?
No es fácil, hay que cruzar el río como dicen, te puedes mojar, hundir y caer también, entonces yo creo que la persona que quiere arriesgarse debe pensarlo mucho y si está decidido que lo haga, pero que lo haga con todo el empeño del mundo. No se olviden que siempre va a existir un fracaso, pero tienen que seguir, hasta que se logre dar ese paso necesario.