Mónica Jiménez, gerente general Clínica Chillán
Un liderazgo que potencia el trabajo en equipo
En la Gerencia General de Clínica Chillán desde agosto de 2018 como interino y ratificada a partir de noviembre del mismo año, Mónica Jiménez, contador auditor, es una mujer líder que a través de su profesionalismo y cercanía ha logrado plasmar un nuevo sello a la gestión gerencial en esta importante institución de salud privada de la Región de Ñuble.
¿Cuáles son los objetivos de tu gestión?
Los principales objetivos de mi gestión apuntan principalmente a mejorar los Recursos Humanos y Calidad de Servicio que van muy de la mano, manteniendo esto bien, lo demás, como mejorar números, se da por sí solo. La idea es tener colaboradores felices, con buena disposición, capacitados, que entiendan el fin de esta organización y que sepan identificar prioridades. Para eso, nuestra labor desde Gerencia es guiarlos en la resolución de los problemas de salud de nuestros pacientes. Esto solo se da con una dirección participativa, cercana, con mucha comunicación y retroalimentación. Teniendo esto resuelto, que suena simple, pero que exige mucho trabajo y coordinación, la calidad del servicio mejora inmediatamente.
¿Cómo evalúas el periodo transcurrido como gerente general?
Ha sido un período de muchos cambios para la Clínica, sus colaboradores y sobre todo la forma en que hoy se plantea el nuevo gerenciamiento. Estamos implementando un cambio de cultura organizacional, que apunta a la responsabilidad organizacional y social. Hoy cada Unidad propone proyectos y soluciones a los problemas, no existe un liderazgo impositivo. Semanalmente, nos retroalimentamos y se da énfasis al trabajo en equipo, entre todos formulamos soluciones, existe una comunicación constante de su actividad y eso hace que se autodesafíen a mejorar. Del mismo modo, la interacción con nuestros pacientes. Esto realmente ha sido muy positivo, se puede ver claramente cómo ha impactado en nuestros resultados y en el clima laboral que poco a poco ha ido mejorando.
Siendo una mujer profesional en un cargo de liderazgo, ¿cuáles son tus máximas fortalezas al respecto?
Más allá de mi género, tengo mucho sentido del compromiso como cualquier profesional que ame su trabajo, me comprometo con los proyectos y los desafíos, y este es un desafío muy grande e interesante. Cuesta hablar de uno mismo, pero creo que mis fortalezas más destacables, entre las duras, son mi expertise en finanzas relacionadas a la actividad y, por otro lado, mis habilidades blandas, como el sentido de organización y estructura que se debe dar cuando identificas lo primero. Soy cercana, lidero en forma segura y asertiva y siento la confianza de los demás, gracias a esto, implemento un liderazgo participativo, democrático y negociador con nuestros colaboradores, el cual contagio al resto de nuestras jefaturas.
¿Cómo ves la respuesta de los funcionarios (as) de Clínica Chillán a ese liderazgo?
Muy positiva, están muy comprometidos y me gusta contagiar mi entusiasmo que siento, de a poco, se ha logrado. Brindar el servicio de resolución a los problemas de salud es una labor muy bonita, muy seria además, ya que no se debe olvidar que hay seres humanos detrás con emociones; veo como nuestros colaboradores empatizan con los pacientes, desde la alegría por el nacimiento de un bebé, hasta el dolor por pacientes enfermos. Por eso, me preocupo de conocerlos cada vez más y entenderlos. Trato que no me vean como el estereotipo de liderazgo antiguo, más bien distante, sino que sientan que estoy para ayudarles a resolver y guiarlos en sus conflictos de todo tipo, como también impulsar sus habilidades y reconocerlas.