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Marcelo Melo. Presidente Cámara Chilena de la Construcción Los Ángeles

Hombre de familia, líder y Rotario

A pesar de que estudió Educación Física, exploró otros caminos en el área forestal y gremial, todo por su núcleo familiar. Un ser humano esforzado, creyente y consecuente en cada decisión que ha tomado en su vida.

Marcelo MeloMarcelo Melo es desde 2017 presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) de Los Ángeles, cargo que asume tras haber conformado anteriormente la mesa directiva, específicamente como vicepresidente, del gremio.

Es oriundo de Yumbel, noveno de doce hermanos, siete mujeres y cinco hombres. Hijo de Oscar, quien falleció en 2012, y María quien vive en Yumbel. Es muy apegado a su familia y con convicción declara que siente mucho orgullo de que Dios lo haya ubicado en ese entorno afectivo.

“Soy una persona de esfuerzo, respetuosa, de valores y principios, así como aprecio mucho a las personas y a la familia. En ese sentido, me define la honestidad y ser consecuente entre lo que pienso, digo y hago”, menciona. Con esa descripción, se da inicio a un recorrido por su vida.

¿Qué recuerdos tiene de su infancia?

Lo que más atesoro es la sabiduría de mis padres, quienes formaron una familia con el mínimo de recursos económicos. Mi padre era empleado de la parroquia de Yumbel y mi madre dueña de casa, así que vivimos en un entorno donde se valora lo poco que tienes. Los recuerdos son fabulosos, fui extremadamente feliz y siempre me sentí apoyado.

¿Quiénes componen su familia?

Soy casado con Michelle Galaz, tenemos cinco hijos varones, de los cuales lamentablemente el mayor nos dejó en 2007 y luego está una pareja de gemelos que son Marcelo y Rodolfo,  Mauricio y Cristián. Coincidentemente todos nacieron cada tres años, fui muy precoz en la paternidad, cuando terminé la universidad ya tenía tres hijos y actualmente mis hijos siguieron la misma huella porque tengo una nieta de siete años, Paolita, y un nieto de un año y medio, Marcelito.

¿Cómo recuerda la decisión de su hijo mayor?

Alain. En una decisión incomprensible e inesperada para cualquier ser humano, nos dejó a los 20 años. Desde 2007 hasta 2011 vivimos una situación compleja en el día de su cumpleaños, 9 de septiembre. Pero yo soy muy creyente y así como Dios quita también nos da. En 2011, por cosas de la vida, nace el 9 de septiembre nuestra nieta, una fecha que solo era tristeza, la Paolita la recupera y se convierte en algo de alegría.

¿Cómo enfrentaron esta situación como familia?

Fue bastante complejo, lo enfrentamos teniendo fe. Si uno no tiene fe se derrumba, desarma y se torna un ambiente de confusión, en cambio, cuando uno cree, tienes algo a lo que aferrarte.

El básquetbol, Rotary y actitud de líder

¿Cómo fue su etapa escolar?

Estudié en Yumbel, tuve una pasada por el Colegio Salesiano de Concepción en la enseñanza media y en esa etapa fui parte de la familia del Rotary, organización internacional dedicada al servicio, junto a compañeros con quienes formamos el grupo Interact, que va desde los 14 hasta 18 años, y que sin querer llegué a ser el primer presidente y fundador de esta rama menor.

¿Y estudios superiores?

Me fui a estudiar Construcción Civil en Valdivia, no me fue bien porque mi fuerte no era la matemática, pero lo disfruté mucho porque jugué básquetbol, actividad que practicaba desde los 12 o 13 años. En 1986 decidí estudiar Educación Física en la Pontificia Universidad Católica de Chile, cuando estaba la sede en Talcahuano.

En esos años universitarios conocí a muchas personas y fui parte de Rotaract, estructura intermedia de los Rotarios para jóvenes de 20 a 30 años, del cual coincidentemente fui primer presidente.

¿Cómo comenzó su trayectoria profesional?

Cuando egresé en 1990 como Profesor de Ed. Física, con tres hijos y un sueldo mínimo para ejercer la profesión, a través de un contacto del área forestal que logró mi papá con Osvaldo Leiva comencé a trabajar en Maderas Río Colorado en Los Ángeles, un mundo totalmente ajeno pero que me llamó la atención por la dinámica del negocio y de la empresa.

Tuve la oportunidad de especializarme y mejorar mis conocimientos, por lo que realicé un diplomado en la Universidad del Desarrollo en Gestión y Administración, también Formulación y Evaluación de Proyectos y obtuve una mención en Estrategia de Negocios, lo que me dio herramientas para manejarme mejor. Sin embargo, en 2007 tras una crisis económica fui despedido después de 15 años.

Y luego…

Marcelo MeloEn esa época me sentí muy apoyado y muchas personas me dieron la idea de arrendar las instalaciones mientras la empresa entraba en situación de quiebra. Fue así como en junio de ese año fui al Servicio de Impuestos Internos, abrí mi giro, negocié y arrendé la planta. De 130 personas nos redujimos a 25, pero como tengo fe y a Dios de mi lado logré sacar la empresa adelante.

Durante el tiempo que nos estaba yendo bien, le planteé a mi exjefe, Osvaldo, que nos asociáramos. Aceptó bajo algunas condiciones, a lo cual yo accedí pero a cambio obtuve la dirección, administración y gerencia general de la empresa desde 2008. Ese mismo año, un empresario de la VII Región me invita a replicar la idea de Maule (de una asociación gremial nueva) y formar Pymemad en Biobío para afrontar la problemática del mundo forestal, y me gustó la idea, de ella fui presidente y fundador hasta 2011.

Otro aspecto importante es que en 2012 nos integramos como Maderas Ríos Colorado y entramos como proveedores a la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), con el objetivo de darle la posición a la madera como materialidad en un mundo maderero como el nuestro y que tan poco valora.

¿Cómo llegó a la Cámara Chilena de la Construcción?

Tenía un amigo, Ignacio García (QEPD), que fue vicepresidente el año que entré a la CChC, y me invitó a ser su vicepresidente durante su presidencia. Luego vino la presidencia de don Claudio Moraga, seguí en el mismo cargo, y hace un año y fracción soy presidente. Esta oportunidad me sorprendió gratamente porque es una organización que va a cumplir 70 años de vida, donde su origen social fomentó muchas de las actuales leyes que rigen el quehacer del mundo laboral chileno, manteniendo hasta hoy a las personas como uno de sus ejes principales a través de sus distintas entidades, logrando ser uno de los gremios más importantes de Chile.

¿Cuál es su legado en la CChC?

El legado del diálogo y los consensos. Eso se ejemplifica en un proyecto que formamos denominado Visión de Futuro, que consiste en formar un Consejo Urbano que nos permita recoger cómo queremos que sea Los Ángeles en el futuro. Nosotros somos facilitadores de la idea, ponemos a disposición y apoyamos la realización de una iniciativa ciudadana para tener un documento consensuado con la ciudadanía, con algunas conclusiones que será entregado a las autoridades encargadas de la planificación.

El ser humano fuera de lo profesional

¿Cuáles son sus pasatiempos?

Trato de no tener tiempos libres, me dedico al trabajo, mi casa, mi familia, al Rotary, estar con mis amigos y a la Cámara Chilena de la Construcción. Mi tiempo libre es mantener el deporte, básquetbol, y el resto lo dejo para mi refugio en mi hogar.

¿Quién es su modelo a seguir?

Mi padre. Él me enseñó mucho, y lo menciono a él sin dejar fuera a mi madre, porque ellos como unidad me enseñaron que en el matrimonio se puede actuar como una sola célula. Ellos son los pilares a los que más admiro por su laboriosidad, humildad, sencillez y honestidad.

¿Qué rol cumple la amistad en su vida?

Siempre fui una persona de estar acompañado, desde muy pequeño en el barrio jugando “pichangas”. Hoy tengo mi grupo de amigos de la universidad, en Yumbel, el básquetbol, en el Rotary y también del trabajo. Así como a quienes he conocido en la vida. Es fundamental porque somos seres sociales, necesitamos estar acompañados y algo que no me gusta es la soledad, no va conmigo.

¿Qué personaje histórico le hubiera gustado ser?

Me cuesta definir alguno en particular pero el expresidente de Uruguay (José Mujica) por ejemplo, porque logró mantenerse con una consecuencia más allá de sus ideales, es contemporáneo y creo que él reúne algunas condiciones de consecuencia que yo busco, él supo representar, dirigir y mover grandes fuerzas de todo tipo.

¿Cuáles son sus virtudes y defectos?

Mis virtudes, conciliador, esforzado, de familia y un hombre de fe. Mis defectos radican en no exteriorizar mucho las cosas que me pasan, me cuesta un poco externalizarlas.

Por último, ¿cuáles son sus proyecciones?

En lo personal, me veo más acercado a mi familia porque estamos mutando. Mis hijos están pasando de ser hijos a ser padres, y yo de padre a abuelo. Pediría a Dios que me permita llegar a una edad suficiente para ver a mis hijos realizados y poder envejecer junto con mi esposa.

Y en lo profesional, me gustaría poder adaptarme de mejor manera a las condiciones del negocio que tenemos, la madera, que no está pasando por un buen momento. Respecto a la vida gremial, terminar mi período en la Cámara y seguir integrando la mesa directiva regional y aportando a esta gran organización.

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