Jaime Grimalt Suárez, entrenador equipo de vóleibol Linares
“El vóley es una verdadera escuela de vida”
Jaime Grimalt Suárez (61) es un hombre multifacético, un apasionado por su trabajo como agrónomo, por el vóleibol y también por los caballos. Es hijo de Jaime y Lucía, matrimonio que tuvo siete hijos, seis hombres y una mujer (Lucía), melliza de nuestro entrevistado, quien fue la primera en incursionar en el deporte de los remaches, formándose así la primera generación de los Grimalt.
“Todos tenemos un paso por el vóley. Mi señora también, Mónica Fuster, quien fue capitana de selecciones juveniles y adultos y, diría yo, que está dentro de las cuatro mejores mujeres voleibolistas de Chile. Nosotros (con Mónica) nos conocimos en este ambiente y fue así como nacieron mis tres hijos, Jaime, Rafael y Esteban, quienes salieron potenciados del matrimonio con mi amada esposa y son mucho mejores que yo”, cuenta.
SUS GRANDES PASIONES
Nació en Santiago y estudió en el Liceo Manuel de Salas, ¿cómo recuerda esta etapa?
Mi colegio era súper entretenido, era un establecimiento experimental que dependía de la Universidad de Chile entonces teníamos un sistema más bien universitario. Un colegio donde se hacía mucho deporte, a los 15 años fui seleccionado nacional, entrenaba todos los días, gira todos los años, todo muy bonito.
¿Y cómo nace el gusto por este deporte?
En el colegio se jugaba mucho vóleibol y llegué de rebote porque tenía un amigo mío, Marcos Godoy, que quiso probarse en la selección y me pidió que lo acompañara a mirar. Justo ese día faltaba uno, así que jugué pero no daba nada (ríe), sin embargo, quedamos seleccionados ambos, ahí empecé con este tema que fue muy rápido.
Luego estudió Agronomía en la Universidad de Chile, ¿por qué esta carrera?
Yo diría que por mi abuelo materno, quien era un hombre de campo de la zona de Melipilla, entonces, desde chico me llamó la atención eso, cuando iba los veranos para allá, mi única elección fue agronomía porque me gusta estar en terreno y en contacto con agricultores. Además, durante mis años de carrera participé en vóleibol y logramos posicionar a la Escuela de Agronomía en los campeonatos de interfacultades.
DE SANTIAGO A LINARES
Después de egresar de Agronomía, Jaime se casó con Mónica Fuster, con quien lleva más de 35 años de matrimonio: “Mónica era muy amiga de mi hermana Lucía y por ahí nos conocimos, nos veíamos en los entrenamientos y enganchamos, así parte nuestra historia de amor”, nos cuenta.
Se casó y se vino a Linares, ¿qué tal el cambio?
Me adapté inmediatamente, porque cuando llegué a Linares y caminé por la calle principal (Independencia) me di cuenta que conocía a mucha gente y eso fue porque mi primera gira por el colegio Manuel de Salas, cuando tenía 15 años, fue en Linares. Cuando vinimos a jugar en el año 71’ también estuve en Linares, después vine a reforzar a un equipo de acá y luego, con la selección nacional, a hacer unos partidos de exhibición frente a la selección China, entonces ya tenía muchos conocidos.
Además, cuando llegué a Linares me puse a entrenar y me di cuenta que me gustaba ser más entrenador que jugador, ahí descubrí mi verdadera vocación.
SÚPER ENTRENADOR
¿En qué momento decide pasar de jugador a entrenador?
Yo me retiré de mi club, que era la Universidad de Chile, en el año 86’ si no me equivoco y ese mismo año tomé la selección juvenil de la Universidad de Chile y comencé como entrenador. Después llegué acá a Linares y retomé el año 2006 aproximadamente, me actualicé y me puse nuevamente como entrenador.
Cuando asume, ¿cómo estaba posicionado el equipo de Linares?
Bien, Linares siempre ha tenido un buen vóleibol, de la mano de nuestro querido y recordado Juan Arroyo, pero le faltaban los títulos, así en 2008 obtuvimos nuestra primera liga semiprofesional y de ahí en adelante hemos participado en diez ocasiones, donde en ocho fuimos campeones y una vez subcampeones. Actualmente, contamos con una base que son los seleccionados nacionales, entre ellos están mis hijos, también traemos refuerzos del extranjero y el resto son de Linares.
¿Cómo es el rol de ser padre y entrenador a la vez?
Es súper entretenido y difícil a la vez, porque en realidad uno exige mucho más a los hijos, entonces si tengo que llamar la atención a alguno de los jugadores lo hago mirando a mis hijos (ríe), pero ha sido apasionante, bonito para todos porque Mónica siempre nos acompaña a todos los partidos.
¿Cuál es la clave del éxito de la selección linarense?
Básicamente contar con buenos jugadores y con un equipo de apoyo que encabeza el presidente de nuestra asociación, Patricio Valdivieso y su grupo, lo que permite conseguir los recursos para costear a los jugadores extranjeros, dar un viático a los jugadores nacionales, y yo diría que además una buena preparación y convicción en lo que hacemos.
Y así se ha logrado que el vóleibol de Linares sea el más importante a nivel nacional…
Yo diría que sí, no hay un equipo que haya ganado ocho veces la liga semiprofesional nacional con diez participaciones y, de hecho, hay pocos equipos a nivel sudamericano en sus países que tengan estos logros.
¿Cuáles son los siguientes desafíos?
Vamos a ir por la estrella número nueve este año, ese es el objetivo principal, y también queremos participar en competencias internacionales, sin ir más lejos, este 2019 se va a instaurar la Copa Libertadores de vóleibol y queremos participar.
¿Y qué le parece la participación de los primos Grimalt últimamente?
Están cosechando lo que nosotros siempre pensamos, este año ha sido realmente espectacular, muy bueno, estar dentro de la elite mundial de vóleibol y estar muy considerados por la federación internacional. Esperamos que puedan lograr su objetivo de clasificar a Tokio 2020.
El vóleibol nos ha traído grandes alegrías, aun así, sigue siendo el fútbol lo que más se ve en la televisión, ¿qué le parece esto?
Yo diría que los deportistas amateur de alto entrenamiento, practican tanto o más que los futbolistas profesionales. Lamentablemente es un tema de marketing, de negocios, y por eso nosotros no hemos logrado posicionar nuestro deporte a pesar que el vóley bien jugado es muy bonito. Espero que algún día tengamos cobertura, por eso nuestra idea es traer un sudamericano a Linares, un año hicimos eso y fue espectacular.
Preguntas breves
Pasatiempo: Me gustan mucho los caballos, tengo algunos que criamos pero con un afán recreativo.
Filosofía de vida: Mirar para adelante, ver las cosas positivas y tratar de ver el vaso medio lleno.
Lugar que recomendaría de Linares: El Cajón del Achibueno y las Termas de Panimávida.
Aprendizaje del vóleibol: El vóley es una verdadera escuela de vida, un deporte que invita a la solidaridad, a trabajar en equipo y a perseverar mucho.