El linarense Christian Muena se declara un idealista en búsqueda del lado mágico de la vida. A través de dibujos y pinturas echa a andar su creatividad para representar realidades en torno al patrimonio arquitectónico, paisajes y rostros. Ha recibido diferentes reconocimientos por su dedicación y aporte al arte, participando en concursos de pintura y cómics amateurs. El 2012 ganó un Fondart para apoyar el desarrollo de las artes y la conservación del patrimonio cultural de su ciudad.
¿Cuándo comenzó tu interés por lo artístico?
Recuerdo que desde segundo básico comencé a dibujar y pintar. Empecé a participar en concursos y tenía el apoyo de mis amigos y mi familia. En mis ratos libres me dedicaba a hacer réplicas de dibujos animados y videojuegos en mis cuadernos. Me encantaba dibujar figuras con mi propio estilo. Cuando supe que era dibujante, decidí aprovechar las oportunidades para aprender diferentes técnicas. Así que a los 17 años tomé un curso de óleo que me gustó mucho, porque comencé a trabajar con mis propias ideas. Pintar con óleo es entretenido porque tienes muchas posibilidades cromáticas.
¿Qué acciones realizaste para hacerte conocido?
El 2005 comencé a pintar en las calles de Linares porque estaba aburrido de estar encerrado en mi taller. Quería que las personas conocieran mi trabajo y además me servía para echar a andar mi creatividad. De hecho, partí pintando con lápiz grafito, otros días usaba óleo y también hacía retratos con carboncillo. Lo importante es que aprendí a rescatar cosas que veía en la vía pública.
Esta experiencia fue muy irregular, porque algunos días sentí mucha indiferencia de las personas, pero también hubo ocasiones en que las personas se interesaban en lo que estaba pintando y me ayudaban con dinero o compraban la pintura.
¿Cómo ha sido el proceso para consolidarte como pintor?
El artista es una persona que expresa lo que siente en algún momento. Pero tiene todo el derecho de ir cambiando de punto de vista. La misma edad te va trasladando a otros estilos. A los 16 años pintaba cosas muy diferentes a las que creó a los treinta y nueve.
A veces es muy difícil identificar la significancia real de ser artista, porque muchas veces nadie te ve y sientes que eres una anécdota en vez de realidad. Y eso pesa harto. Soy una persona que quiso encontrar una virtud en algo, yo quería encontrar la posibilidad de exprimir lo mejor de mí. Nunca me gustó ser parte de la masa, por lo tanto, siempre fui creativo y diferente al resto. Creo que en mí mismo y también cuento con el apoyo moral de mi familia, el cual me ha estimulado a dar el 100 % como pintor.
¿Cómo transmites tu arte?
Hago uso de la información, despejo la mesa y empiezo a armar un collage para separar mis ideas. Para mí, la pintura es un conocimiento que transmites, pero debes agregarle diferentes ingredientes como buen color, dibujo, pasión, contrastes y ojalá realizarlo en un tiempo acotado. Es fundamental potenciar la parte lúdica y decorativa de una pintura.
¿En qué momento sentiste valorados tus procesos creativos?
El 2005 comenzó una instancia en Linares que favoreció a varios exponentes pictóricos. El Instituto Cultural de la Ilustre Municipalidad de Linares realizó cinco versiones anuales del concurso de pintura “Nuestras Tradiciones”. Este certamen de pintura era alusivo a la tradición provincial. Yo participé todos los años y recibí reconocimientos por obtener el primer, segundo o tercer lugar en los diferentes certámenes. Esta iniciativa me dio la oportunidad de crecer y además motivó a las personas de Linares a esforzarse, porque había premios en dinero para jóvenes y adultos.
¿Qué te ha motivado a continuar dibujando y pintando?
Recuerdo el 2009 cuando fui a Pucón a trabajar durante un verano. Llevé un stock de pinturas y también creé otras mientras pintaba cerca del lago. Un día llegaron dos turistas extranjeros y una mujer quedó mirando un cuadro y me dijo “ese señor es mi abuelo”. Resultó que esta irlandesa quedó sorprendida con mi dibujo de un hombre borracho, porque representó a su abuelo y lo compró a un muy buen precio. Este tipo de historias me inspiran a continuar pintando para transmitir realidades de la sociedad.