Chile es el país más largo del continente americano, ya que cuenta con 4.270 km continentales de territorio, y el más estrecho, con un ancho promedio de 190 km entre cordillera y mar. Con una superficie de 756.626 km².
Es por ello, que utilizar los recursos naturales de la manera más sustentable posible, es vital para el desarrollo de nuestro país y el rubro de la construcción en el futuro, desde el uso de suelos y la explotación de recursos marinos.
Muchas de las construcciones de Chile, han adoptado al ladrillo como uno de los materiales más importantes y usados a lo largo de su historia. Tanto como un material ornamental al igual que estructural en la construcción de edificaciones. Por ende, es necesario resonar cuáles son las condiciones actuales de este material constructivo, ya que, la elaboración de estas unidades de arcilla, al igual que tejas, enchapes, pastelones, entre otros, son de origen artesanal, descartando en su fabricación controles de calidad presentando deficiencias respecto a sus pares industrializados.
La Escuela de Ingeniería en Construcción del Departamento de Obras Civiles de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería, en sus variados trabajos de titulación, han buscado en la reutilización de diversos usos en la materia prima, uno de ellos, son los residuos marítimos como lo son las valvas o conchas de mitílidos, para generar aleaciones con materiales de construcción, como lo es la arcilla y su uso para la fabricación de ladrillos, con el propósito de buscar nuevas propiedades que mejoren las condiciones actuales de mentado material de construcción.
En Chile, la generación de residuos sólidos producidos por las industrias genera toneladas de residuos anuales, los cuales afectan directamente tanto el medio biótico como el abiótico del mundo en el que vivimos.
En Chile, según la resolución 5081 de la norma 37.732 [Salud, M. D. E. (1993, 18 marzo). RES-5081 18-MAR-1993 MINISTERIO DE SALUD], se establece desde el año 1993 un sistema de declaración y seguimiento de desechos sólidos industriales con el fin de resguardar que el desecho sólido industrial cumpla con ser transportado desde su punto de generación a su destino final.
Desde el año 2016 se instaura la Ley N° 20.920, Marco para la Gestión de Residuos, la Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje [Ambiente, M. D. M. (2016, 1 junio). Ley-20920 01-JUN-2016 MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE], la cual tiene como objeto disminuir la generación de residuos, fomentar su reutilización, reciclaje y otro tipo de valorización, a través de la instauración de la responsabilidad extendida del productor y otros instrumentos de gestión de residuos, con el fin de proteger la salud de las personas y el medio ambiente y, aunque esta ley es un gran enfoque en materia ambiental al igual que la resolución 5081, esta se aplica a residuos prioritarios de la industria como neumáticos, baterías, aceites lubricantes, entre otros, no hace mención a la industria productora de alimentos y a los residuos generados por la misma.
La industria acuícola, por otra parte, respecto a la producción de alimentos en relación con el cultivo de mitílidos se centra en 3 especies: el chorito o mejillón (Mytilus chilensis), el choro (Choromytilus chorus) y la cholga (Aulacomya ater). Las tres especies se encuentran en fase de desarrollo industrial, sin embargo, la primera de ellas es la que está alcanzando mayor impacto comercial y social.[Lovatelli, A., Farías, A., & Uriarte, I. (2008)]
No obstante cabe destacar que, según el último anuario estadístico realizado por el servicio nacional de pesca y acuicultura [Sernapesca, (2020)] al año 2019 se produjeron 1.103 toneladas de materia prima de cholgas en el territorio nacional sin considerar la extracción de manera artesanal realizada por buzos y pescadores artesanales a lo largo de nuestro país, la cual generaría un ascenso aún mayor de residuos por el consumo de este producto, así , es como la miticultura y su actividad de extracción y cultivo de productos marinos genera gran volumen de desechos, ya que la concha representa un 31-33 por ciento del peso del animal, ocasionando impactos ambientales negativos, por tratamiento inadecuado o falta de este.[Figueroa, J., Fuentealba, M., Ponce, R., & Zúñiga, M. (2020, May)]
Las conchas como residuo contienen materia orgánica que se descompone generando malos olores y la proliferación de vectores (microorganismos, moscas, zancudos, roedores, entre otros); además con la probabilidad que los lixiviados puedan provocar contaminación de aguas, por otro lado, generar un deterioro del paisaje; lo que puede tener consecuencias económicas negativas para las comunidades costeras.[Figueroa, J., Fuentealba, M., Ponce, R., & Zúñiga, M. (2020, May)]
Por ende, alrededor de 331 toneladas solo de esta especie de conchas son destinadas a ser un residuo dentro del territorio nacional, de las cuales ninguna es usada de manera directa para su reciclaje o utilización para la creación de nuevas materias.
Es por ello, que se pretende entregar una alternativa para la utilización de manera más dinámica de los recursos marítimos considerados desechos, en el área de la construcción.
Aportando a la vez en materia ambiental ya que, se pretende la reutilización de un material que en la actualidad es considerado un residuo evitando así que se transforme en un desecho que puede ser utilizado a través de procesos para darle diversos usos de manera positiva, no solo desde el área investigativa, sino también de manera social y económica, para optar a mejorar las características de materiales de construcción, en este caso para superar las características actuales del ladrillo artesanal, dando cumplimento a la normativa nacional vigente, en cuanto a la aislación térmica, la capacidad de absorción de agua y resistencia a compresión que presentan los ladrillos con adición de particulado de valvas de mitílidos bivalvos, bajo las normas NCh 167 Of 2001 y NCh 850 Of 2008, sin desacreditar su aporte para futuras posibles investigaciones relacionadas en el ámbito ambiental enfocadas en nuevas tecnologías para materias desechadas y la implicancia en la utilización de los recursos marinos que presentan nuestras costas a favor del rubro de la construcción.
Dr. Ing. Juan Figueroa Meriño – Director FIC Ladrillo UCM
Máster en Ingeniería Estructural y Mecánica en la Universidad de Cantabria, España.