Así es. Hoy tenemos más tiempo para pensar, clarificar y valorar tantas cosas que antes pasaban ante nuestros ojos de manera invisible. En plena pandemia, mientras llueve sin pausas, me invito a detenerme y elevo mis pensamientos hacia lo que nos hace ser humanos: los sueños, esas proyecciones que vamos haciendo día a día de nuestra propia vida, porque todo fluye, nada es estático y estamos en constante cambio, siempre queriendo ser nuestra mejor versión. Y para eso luchamos con energía.
Hoy las circunstancias nos obligan a detenernos. A hacer una pausa en nuestros sueños, pero solo eso, una pausa, no un término. La idea es que este paréntesis permita reconstruir con mayor convicción nuestra senda, colocando el acento en lo positivo y rescatando los mejores versos de nuestras almas, para vibrar, escribir las notas mágicas y hacer de nuestras vidas la composición más maravillosa para la cual estoy convencida estamos destinados.
En estos momentos estamos viviendo una realidad que solo habíamos visto en películas de ciencia ficción. Hemos tenido que cambiar nuestros estilos de vida, adaptándonos a una forma de relacionarnos entre nosotros absolutamente diferente a lo que estábamos acostumbrados. En general los seres humanos hacemos planes para el futuro pensando que tenemos el control de nuestras vidas, pero basta un pequeño virus, un microorganismo que no podemos ni ver, para alterar completamente nuestras rutinas y destruir nuestros planes. Y esta crisis de salud nos recuerda cuán frágil es el ser humano.
Es normal sentir tristeza cuando ocurren cosas negativas y más si nuestros sueños se ven con más dificultad, pero pienso que no debemos dejar que la tristeza se cronifique y limite nuestros intereses, proyectos o sueños.
Para mí tener la necesidad de poder apasionarse por algo que nos lleve a vivir con intensidad ha sido la clave en estos tiempos de pandemia, así como fortalecer el músculo de la confianza interna con el objetivo que cada vez sea más fuerte y autosuficiente.
Quisiera aprovechar este espacio dar las gracias y brindar toda mi admiración a quienes trabajan en el área de salud; auxiliares, personal interno, enfermer@s doctor@s, que merecen más que un aplauso en los balcones, me refiero a la posibilidad de contar con los medios adecuados para realizar su imprescindible labor.
Por eso los invito a agradecer este tiempo para meditar profundamente y no rendirnos. Nuestros sueños siempre valdrán ese esfuerzo.
NATALIE KAIRATH
Personal Trainer
Diplomada en entrenamiento personalizado para el ejercicio y salud, con mención en rehabilitación metabólica
ISAK 1 (año 2020)
nataliekairath.agencia@gmail.com
@nataliekairath