Al hablar de desarrollo económico, crecimiento y economía, nos imaginamos prima fase, a la gran empresa monopólica y transnacional. Pero durante parte importante de la historia siempre ha estado presente – casi de manera invisible – la empresa creada y desarrollada por un socio fundador, que junto a su familia ha desarrollado una empresa que aporta al crecimiento de la comunidad en la que se inserta. Esta empresa “siempre presente pero pocas veces vista y reconocida” se denomina “Empresa Familiar” – “Family Office”-, la que se caracteriza por ser creada por un fundador jefe de familia, que es propietario de dicha empresa, en donde dicho fundador y algunos miembros de la familia administran y manejan el negocio, teniendo responsabilidad en la propiedad y administración. Junto con lo anterior siempre sueñan prolongar la vida de esta empresa más allá de la vida de su fundador.
En nuestro país, la empresa familiar representa entre el 70% y 80% del total de este tipo de organizaciones y tiene una participación de entre un 60% a 65% de las ventas totales, lo que genera un número de empleos que bordea al 80%. Es decir, tienen un gran impacto en el desarrollo del país.
Por otro lado, la esperanza de vida de estas organizaciones no es alentadora. En general y estableciendo un promedio, en Chile de todas las empresas familiares, un 25% de ellas pasan a la Segunda Generación y solo el 10% llega a la Tercera Generación. El promedio de vida de una empresa de este tipo bordea los 12 años.
Para mejorar estos números, las familias propietarias deben poner preocupación en tres esferas: propiedad, familia y administración. Aspectos que permitirán un buen gobierno corporativo y una adecuada estrategia impositiva o tributaria eficiente que permitan sostener el negocio en el tiempo.
Le juegan en contra los conflictos familiares y la carga tributaria. Esta última de gran relevancia luego de la Reforma del año 2014, que ha buscado aumentar la recaudación fiscal mirando o apuntando – entre otros aspectos – a la tributación final de los propietarios de las empresas.
El éxito y supervivencia de este tipo de empresas requiere de un gobierno corporativo y una estrategia impositiva eficiente, que permitan mantener el negocio a través de las generaciones, optimizar su carga tributaria y mitigar eventuales conflictos familiares.
En la Región de Ñuble se destacan empresas familiares en áreas relevantes como Agricultura, Transporte, Comercio, Forestal, Servicios Técnicos y Profesionales, Educacionales, entre otros.
Respecto de los Servicios Técnicos y Profesionales destacan el área de la salud a través del ejercicio de la Medicina, Servicios Legales, Servicios de Ingeniería, Arquitectura, Educación y otros. Estas actividades – en donde predomina el trabajo intelectual – se han ido estructurando en el tiempo a través de sociedades de responsabilidad limitada y no son miradas como una “empresa familiar”, cuando en realidad sí lo son. Es perfectamente posible estructurar una empresa cuyo giro sea la prestación de servicios profesionales en donde la propiedad sea de la familia, por lo que las responsabilidades y utilidades son establecidas no solo de acuerdo a criterios comerciales, si no que incorporando criterios o razones de carácter personal, ya que cada negocio familiar tiene características propias y distintivas. De esta manera es posible distribuir cargas tributarias acorde o en proporción con la propiedad en la empresa familiar y las utilidades que se pacten, a través de los instrumentos legales y contractuales que se encuentran a nuestra disposición, que permitan realizar una planificación eficiente, segura y dentro del marco legal.
Para lograr los denominados “ahorros tributarios “, que en realidad corresponde a la determinación correcta del tributo, se debe trabajar, explicar y desarrollar el análisis de las normas que regulan los impuestos locales, organizar y reorganizar la empresa, planificar la compra y venta de activos relevantes, inversiones en Chile y en el exterior, preocupación del cumplimiento tributario, selección de régimen de tributación adecuado y determinación adecuada de gastos y costos.
A modo de ejemplo:
1.- Elegir entre el Régimen Tributario establecido en el artículo 14 A y el 14 B de la Ley de Impuesto a la Renta, genera una diferencia en la tasa del Impuesto de Primera Categoría de un 2,5% – sin perjuicio de que ambos regímenes tienen incentivos diversos-.
2.- En el área de la agricultura, transporte y minería se puede optar por el sistema de determinación de impuestos sobre renta presunta, lo que puede significar una notable rebaja en el Impuesto de Primera Categoría, versus la determinación de impuestos sobre renta efectiva.
3.- Conocer los beneficios tributarios en la enajenación de bienes inmuebles y determinar si el vendedor puede quedar en situación de no pagar impuesto alguno por ser calificado el ingreso que recibe por esa venta como Ingreso No Renta.
Tomar las decisiones correctas permitirá obtener ahorros, incentivos y beneficios que nos ofrece la legislación tributaria.
Roberto Alarcón Venegas
Alarcón & Cía. Abogados
Socio director