El cáncer cérvico uterino se produce por el contagio del Virus del Papiloma Humano (VPH), virus que se transmite por contacto sexual a temprana edad, generalmente en la adolescencia. Se cree que más menos el 80% de la población se va a contaminar en su vida con el VPH, pero sólo algunos subtipos virales son los que provocarán, 10 ó 15 años más tarde, el cáncer de cuello del útero. Es decir, hay una década al menos, para prevenir esta enfermedad, que es la cuarta causa de muertes de mujeres en Chile y probablemente, la primera razón por la que fallecen mujeres a temprana edad, alrededor de los 40 años.
Entonces si hay una década para pesquisar este tipo de cáncer, parece incomprensible que al año mueran en nuestro país alrededor de 800 mujeres por esta enfermedad. Pero sucede y la razón principal es porque no se practica el examen que ayuda a pesquisar lesiones cuando aún no son cancerígenas: el Papanicolau (PAP). Examen que es extremadamente simple, rápido y barato en comparación con el beneficio que trae a la paciente.
La tasa de mortalidad por este tipo de cáncer en los años 90 era de doce por 100 mil mujeres, hoy tenemos una cifra menor: ocho por 100 mil, no obstante este número se ha mantenido estable en los últimos diez años. Para disminuir esa cifra de muertes, que son perfectamente evitables, deberíamos tener una cobertura del PAP en torno al 80% de la población. Pero la realidad es que la cobertura del examen ha ido bajando sostenidamente. Si el año 2008 lográbamos que un 65% de las mujeres se practicara el examen, el 2011 tenemos sólo el 59%. O sea casi una de cada dos mujeres no se hace el PAP en sus controles habituales.
La pregunta obvia es por qué no se hacen el PAP. Los estudios muestran que el 43% de las mujeres piensa que no es necesario. Y eso es lo más grave: la falta de educación frente al tema. Muchas pacientes no saben que con el PAP se puede pesquisar las lesiones provocadas por el VPH y prevenir con tratamientos ambulatorios y sin anestesia, un posterior cáncer del cuello del útero.
A lo anterior se suma que hay un porcentaje importante que no se practica el PAP por falta de preocupación, ya que las mujeres postergan mucho su salud en pos de su familia y otras preocupaciones. Por último, hay un 10% que no se lo hace por miedo, por el dolor o por vergüenza.
Y es que hay muchos mitos en torno a este examen preventivo. Las mujeres piensan que les van sacar una parte del cuello de útero y no es así, sólo consiste en frotar con una tórula de algodón para extraer algunas células que van a ser analizadas.
Entonces el consejo es que toda mujer desde los 23 hasta los 64 años debería hacerse el examen del PAP al menos cada tres años. Además hoy se ha incluido en el programa nacional de vacunación, la vacuna contra el VPH en cuarto básico para las niñas, esta es una vacuna muy segura que permitirá disminuir la posibilidad de contagio de este virus que posteriormente puede provocar un cáncer del cérvico uterino potencialmente mortal.