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“Mis obras son historias enmarcadas dentro de la pintura clásica”

Diego Fuentes Vega, pintor

Oriundo de Cauquenes y con residencia en San Nicolás, Diego recuerda que su pasión por la pintura comenzó desde muy chico, aunque reconoce que era pésimo. “Siempre se me dio fatal incluso en los años de universidad, lo que hago ahora lo saqué por la insistencia y el cansancio. Además, aún soy joven, pretendo morirme de viejo pintando mis mejores cuadros y no pintar siempre igual sino irme superando”, manifiesta este artista ñublensino.

¿Estudiaste algo relacionado con la pintura o has sido autodidacta?

Estudié Pedagogía en Artes Visuales para poder vivir como profesor, que es mi trabajo actual. Esa carrera incluye Pintura en la malla de estudios pero en mi caso, y me atrevo a decir que en la mayoría de los casos, es una malla bastante precaria en lo que a Pintura respecta. Como ya no hay una “manera de hacer las cosas” es bastante subjetivo todo y la manera “realista” o clásica de pintar es considerada un asunto anticuado, poco contingente, así que los primeros dos años te enseñan un poco y luego tú ves para dónde te vas o qué es lo que haces con la pintura. Muchos se van al tema abstracto, a la decoración o a tratar de ganarse un proyecto por aquí o por allá.

Pese a que tuve formación universitaria también tengo mucho de autodidacta, pero guiado. Tomé también un curso hace dos años con el pintor chileno Sebastián Salvo (actualmente residente en Noruega) y he sido asistido a distancia por algunos de sus estudiantes y colegas como Javier Adams y Patricia Navarro Chaud.

¿Cómo es el proceso creativo en tu estilo clásico?

Tomo lo mejor de todos los pintores de la antigüedad que me fascinan y trato de aplicarlo a mi trabajo. A veces lo copio descaradamente, no tengo ningún tabú con copiar como tampoco lo tenían los grandes maestros que entre ellos mismos se copiaban. La pintura era una disciplina casi impersonal en la que todos competían por superarse entre ellos, era fascinante. Mi estilo se enmarca en lo que hoy se conoce como pintura Kitsch, término acuñado por Odd Nerdrum para referirse al nuevo figuracionismo contemporáneo tan desdeñado por la post modernidad. Al respecto, mi proceso creativo es ensayo y error. Me declaro en guerra con la pintura y cada cuadro exitoso es una batalla ganada, desde ahí sé que la competencia, la única competencia posible es conmigo mismo. Lo que más hago son autorretratos porque como vivo solo y estoy confinado en mi casa no tengo acceso a modelos y trabajar desde fotos no es lo mismo, aunque a veces tengo que ceder o sería yo el único protagonista de todos los cuadros.

¿Has realizado exposiciones?

Solo he expuesto dos veces en mi época universitaria y recién egresado. El año 2012 en la Casa del Arte Galería Gabriel Pando y en la casa El Castillo, ambas en Talca, y una vez en la Casa de la Cultura de Cauquenes, que es mi ciudad natal, en 2014. No me enorgullecen mucho esas exposiciones pues son de una etapa bien mediocre de mi carrera.

¿Cuáles son las temáticas que predominan en tu obra?

Últimamente predomina harto un aire religioso como se ve en mis dos pinturas sobre Cristo y en mi Judith sosteniendo la cabeza de Holofernes. Pero no es la fe lo que me mueve, sino la sensación de sentirme parte de la tradición pictórica, ver a Rembrandt o a Tiziano como humanos y no como dioses te acerca a la idea de que tú también puedes hacer ese tipo de obra. El tema del autorretrato un poco “dramatizado” también aparece ya que me he representado como viajero, como ladrón, incluso como una cabeza decapitada. La temática para mí es sugerir una historia, exista la historia previamente o no, generar una especie de drama teatral y hacer conversar a la gente sobre qué tienen en la cabeza los personajes o lo qué están haciendo. A veces soy muy ilustrativo pero no me importa, ojalá fuera más.

¿Tienes creadores que sean tus referentes?

Principalmente el pintor noruego Odd Nerdrum que es la cumbre de toda la pintura. Sus escritos y su manera de pintar están inspirando a miles de autores alrededor del mundo, yo incluido. Los mundos que genera son fascinantes y yo en base a su obra y a la de los maestros del pasado trato de generar los míos, guardando las proporciones.

Cuéntanos sobre las clases de pintura que impartes

Son clases de arte de liceo, nada muy sobresaliente. Lo sobresaliente en sí mismo es el modelo en el cual trabajo: El Liceo Polivalente San Nicolás, que nos ha dado una enorme libertad para dictar clases de artes visuales. Yo personalmente enseño manualidades a los más pequeños, nada muy ambicioso, mucho menos ahora en el contexto a distancia. En tercero y cuarto medio enseño ya de una forma más clásica, trabajamos del natural usando carbón sobre papel y óleo sobre tela y hacemos temas sencillos. Cuando aparece alguien talentoso le ofrezco una formación más intensiva para poder sacarle “más trote”. Destaco entre mis estudiantes más aventajadas a Luz Bravo, actualmente cursando la carrera de Artes Visuales en la Universidad de Concepción y a Dafne Latorre, aún en la enseñanza media pero con un futuro muy prometedor en el área de la ilustración. También hacía clases particulares pero es algo que he dejado.

¿Cómo te proyectas en estos momentos?

Tengo tres proyectos grandes muy puntuales, más bien son sueños a mediano plazo: El primero es hacer una gran exposición de dibujo y pintura con mis mejores obras de los últimos dos años, el segundo sería tener mi propia casa- academia en donde pudieran venir a formarse aquellos que quisieran aprender pintura a la antigua conmigo y el último sería conseguir un encargo para pintar un enorme cuadro en alguna Basílica o Catedral Católica, muy bien pagado obviamente. Un sueño frustrado por ahora sería irme a estudiar unos meses a Noruega con Odd Nerdrum y los alumnos de su estudio pero como están las cosas, será tema para cuando ya no le tengamos miedo al virus.

@diegofuentesvega / dfuentesvega@gmail.com

 

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