Zona Agro

Reciclaje orgánico. Abono natural para nuestros cultivos

Para que los cultivos agrícolas se desarrollen de manera adecuada y económicamente rentable es necesaria la utilización de fertilizantes, que hoy en día están bajo la lupa del consumidor debido a sus niveles de toxicidad y nula presencia de control en su aplicación.

En pleno siglo XXI la conciencia por alimentarse saludablemente y buscar los productos más inocuos para ello se ha transformado en una constante. Cada vez son más las personas que consideran “la forma” en la que ha sido cultivado un producto, con el fin de no dejarse llevar solo por la vista, sino que también por los procedimientos agrícolas que intervinieron en la producción para tener en la mesa más salud y menos toxicidad.

En este punto el reciclaje orgánico ha tomado un rol interesante, sobre todo en el mundo hortofrutícola. Son cada vez más los productores que optan por bajar la utilización de fertilizantes tradicionales, los que reemplazan por composta como abono orgánico, lo que aporta en la salubridad de los productos y en bajar el costo de producción de los mismos.

¿Qué es el reciclaje orgánico?

Cecilia Céspedes, ingeniera agrónomo e investigadora de INIA

Cecilia Céspedes, ingeniera agrónomo con especialidad en Fitotecnia, además de Master of Science de la Oregon State University de Estados Unidos e investigadora en agroecología de INIA Quilamapu, aclara que el reciclaje de los residuos orgánicos para compostaje “consiste en reutilizar los residuos y agregarles valor, en el caso del compostaje solo se usan residuos orgánicos, es decir que provienen de animales o vegetales, se puede usar casi cualquier residuo: hojas, malezas, restos de la cocina, rastrojos, estiércoles (de cualquier animal), no se recomiendan residuos muy difíciles de degradar como trozos grandes de madera, conchas, u otros que demoren el proceso de compostaje.  La norma chilena 2880 Compost-Clasificación y requisitos no permite el

Mauricio Schoebitz, ingeniero agrónomo y académico U. de Concepción

uso de heces de perro, gato o humano, como tampoco compuestos tóxicos”, afirma la profesional.

Por su parte, el Dr. Mauricio Schoebitz, ingeniero agrónomo y jefe de carrera del Departamento de suelos y recursos naturales de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción agrega que “es un proceso de descomposición realizado por bacterias y hongos que degradan los residuos (restos de verduras, frutas, entre otros) y los transforman en nutrientes útiles para las plantas. Este proceso se llama compostaje y puede ser acelerado incluyendo lombrices. Las lombrices son capaces de descomponer los residuos orgánicos en un corto periodo de tiempo, proceso denominado vermicompostaje”, señala.

Beneficios a la agricultura

Ante todo, Cecilia Céspedes aclara que existen 5 tipos de agricultura:

  • Agricultura convencional: Sistema de producción agropecuario basado en el uso de pesticidas y fertilizantes de origen sintético, que tiene un objetivo netamente económico.
  • Agricultura orgánica, ecológica o biológica: Sistema holístico de producción silvoagropecuaria basado en prácticas de manejo ecológico, cuyo objetivo principal es alcanzar una productividad sostenida en base a la conservación y/o recuperación de los recursos naturales (Ley chilena 20089).
  • Agricultura tradicional: Sistema de producción basado en conocimientos y prácticas que han sido desarrollados a través de muchas generaciones. Es la practicada antiguamente que considera y utiliza las tradiciones.
  • Agricultura con base agroecológica: Sistemas de producción que utilizan a la agroecología como base para la toma de decisiones, entre ellos se encuentra la agricultura orgánica.
  • Agroecología: Disciplina que proporciona los principios ecológicos básicos para el estudio, diseño y gestión de los agroecosistemas, que son a la vez naturales y productivos, culturalmente sensibles, socialmente justos y económicamente viables (Altieri 1999).

En este escenario, la profesional manifiesta, respecto de los beneficios, que “la agricultura tradicional recupera el conocimiento de los campesinos que ha sido generado y transmitido a través de las generaciones y que tiene mucho valor porque ha sido generado bajo las condiciones locales.  Por su parte, la agricultura orgánica es un sistema de producción acotado, que se basa en reglamentos y normas, que busca producir alimentos de calidad sin dañar el medioambiente ni la salud de productores ni consumidores, hay quienes se limitan a cumplir las normativas y hacer agricultura orgánica sustituyendo insumos, lo que les aumenta los costos de producción y en el corto plazo fracasan, porque no son sistemas sostenibles. Los agricultores que practican la agricultura orgánica con base agroecológica, reducen sus costos año a año, en la medida que el sistema productivo se estabiliza. Para que el consumidor tenga certeza de que lo que está comprando es producido bajo las normativas orgánicas, existe un sistema de certificación.  La agricultura orgánica así como toda la producción con base agroecológica basa su éxito en el manejo sostenible del suelo, para lo cual, entre otros manejos, es importante mantener niveles adecuados de materia orgánica en el suelo, por ello es tan importante la elaboración y uso de las enmiendas orgánicas de suelo, como el compost, bokashi y lombricompost.

Respecto a la calidad de los productos, se ha demostrado que los orgánicos tienen mayores niveles de antioxidantes, mejor postcosecha y además carecen de residuos de productos tóxicos, en relación al tema comercial, en general los productos orgánicos tienen un mayor precio, la diferencia respecto de uno convencional, depende del producto y del momento de cosecha, sin embargo esa diferencia generalmente permite pagar los gastos de certificación”, asevera Cecilia.

Al respecto, el académico de la Universidad de Concepción, asegura que “la agricultura orgánica tiene varias ventajas con respecto a la convencional. Primero que todo el respeto por el medioambiente, la agricultura orgánica no utiliza fertilizantes de síntesis química y por ello no contamina el suelo, el agua ni el aire. Segundo, la calidad de los productos son de mayor calidad al no tener residuos químicos en los productos vegetales. En tercer lugar, al reciclar los residuos orgánicos se está restituyendo los nutrientes al suelo para favorecer el crecimiento de las plantas”, acota el Dr. Mauricio Schoebitz.

Beneficios para consumidores

¿Y qué pasa con nosotros?, se preguntará usted, Schoebitz aclara que “los consumidores se ven beneficiados al consumir un producto libre de residuos químicos que puedan causar a largo plazo algún tipo de enfermedad. Por otro lado, es importante aumentar el consumo de productos orgánicos. Esto, se puede incrementar bajando los costos de los productos orgánicos, que de momento tienen una gran diferencia con respecto a los productos de la agricultura tradicional. Además, es importante mejorar los canales de distribución de manera que más gente pueda consumir productos orgánicos. En Europa, por ejemplo, existen cadenas de supermercados que solamente venden productos orgánicos y a precios muy razonables”, expresa el ingeniero agrónomo.

Misma opinión es la que entrega Cecilia Céspedes, quien hace hincapié  en que los grandes beneficios son “la calidad del producto que consumen las personas, y la protección de los recursos naturales en la producción con base agroecológica”.

¿Cómo es el proceso de reciclaje?

Céspedes dice que “es posible reciclar los residuos a distintas escalas, por ejemplo, en el caso de la elaboración de compost, se puede hacer una abonera, cuyo tamaño mínimo recomendado, para que funcione bien, es de 1,5m por 1,5m por 1,5m, esa abonera se puede hacer en un par de horas entre dos personas, no requiere más que los residuos, un poco de suelo, agua, un palo de unos dos metros,  una pala  y una horqueta. Ese es el tamaño mínimo, pero puede crecer cuantas veces se desee, logrando una pila de 1,5m de ancho, por 1,5m de alto, por el largo que se desee, de acuerdo a la cantidad de material que se disponga. En situaciones donde existe mucho material es recomendable una máquina revolvedora de compost, para facilitar el trabajo.  La gracia de tener una máquina revolvedora es que se acelera el proceso, ya que en la medida que la pila esté aireada y bien húmeda, el proceso es más rápido. Además la máquina permite regar”.

Para complementar, Mauricio Schoebitz menciona que el proceso de reciclaje es un proceso gratuito realizado por los microorganismos del suelo. “Cada persona pude reciclar los residuos domiciliarios y usar este abono para mejorar el crecimiento de sus plantas, flores o huerto. Los desechos se pueden acumular en pilas, cajas o composteras. Para la obtención de este compost es importante humedad y una buena aireación. Por otro lado, en Chile se debería incrementar el reciclaje de residuos orgánicos debido a que cada habitante de este país genera más de 1 kg de residuos cada día, lo que significa 360 kg de residuo por persona al año aproximadamente. En ese sentido, estamos dejando de utilizar una gran cantidad de residuos que pueden servir como fertilizante natural para el crecimiento de las plantas. El compost es un abono lleno de nutrientes que nos sirve para mejorar el suelo de nuestro jardín, una alternativa más respetuosa con el medioambiente que los fertilizantes químicos. Además, con el compost disminuimos la cantidad de basura que va a parar a los vertederos y reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero”, afirma el experto.

Educación ambiental

Finalmente, ambos profesionales coinciden en que para llevar adelante este proceso, sin duda que es necesaria una educación ambiental para productores, consumidores (desde niños) y nuevos profesionales del área. “Es muy importante una educación ambiental a corta edad, de manera que los ciudadanos que estemos formado sepan de la importancia del reciclaje para el cuidado y protección de nuestros recursos naturales. En ese sentido, es relevante tener políticas públicas de reciclaje que las personas desde sus domicilios puedan separar la basura. Acompañado de lugares o puntos limpios en las ciudades de recepción de vidrios y plásticos”, concluyó Mauricio Schoebitz.

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